#PlayboySeLee

Unos lo llaman así y otros piensan que es simple vandalismo. Examinamos la borrosa frontera entre la expresión urbana y el graffiti, la evolución del artista callejero en el mundo actual, y el sorpresivo interés de algunos emporios comerciales por estas corrientes marginales y citadinas.

Por Irlanda P. Vargas Ruelas

A principios de los años 30, el fotoensayista húngaro Gyula Halász, mejor conocido como Brassaï, describió irónicamente al graffiti como: L’art bâtard des rues mal famées, (El arte bastardo de las calles de mala fama). Intrigado por las marcas que encontraba durante sus recorridos nocturnos por las calles parisinas, el ferviente admirador y amigo de Picasso fue una de las primeras personas que comenzaron a creer en el graffiti como un arte. La mala reputación que en algunas partes de la esfera sigue teniendo éste es, en gran medida, la peor herencia que le dejaron los años 60 y la ciudad de Nueva York después de que artistas como Super Kool y Phase 2 comenzaran a vandalizar las estaciones y vagones del metro de la ciudad. El bombing, los tags, el graffiti writing y las denominadas pieces nos remontan a un contexto de Style Wars (Guerra de estilos), cuya principal finalidad era la expresión y competencia de distintas personalidades y egos. Los años 80 y los 90 fueron para el graffiti los momentos más cruciales. Establecieron, además de obras de gran calidad, técnicas nuevas y vigentes hasta hoy como el stencil (planillas), el wheatpasting (generalmente ilustraciones o collage) y los mosaicos pixel (Rubikcubism), como los que propagó Invader en París. El graffiti comenzó a tornarse un poco más interactivo con la llegada del francés Blek le Rat, pero fue el londinense Banksy quien comenzó a llevarse los aplausos por tener la fortuna de desenvolverse en una época más abierta a este tipo de propuestas.

UNA EXPRESIÓN PELIGROSA

En su libro Banksy Wall and Piece, el artista menciona que el graffiti sólo resulta peligroso para tres tipos de personas: políticos, publicistas y graffiti writers. Artistas y colectivos contemporáneos como: Lapiztola (Oaxaca), Trash (df), Bonder (Israel), Ledania (Colombia) y C215 (París) compartieron la visión y filosofía con que plasman en los muros su trabajo.

En entrevista, el francés C215, conocido en la vida cotidiana como Christian Guemy, destacó sobre sus pinturas: “Mi trabajo está lleno de contexto, porque mi trabajo es contexto. Me gusta experimentar siempre con nuevas ideas, no pinto sólo vagabundos, pinto los rostros de la gente que conozco, pinto los rostros de amigos, de gente anónima o de gente a la que he ido conociendo. Me gusta llevar el street art a lugares donde nunca lo han visto. Hace poco estuve en Haití, pero también he dejado algunos trabajos en lugares como la India o Senegal”.

Y añade para entender las diferencias entre una y otra expresión urbana: “El graffiti es sociológico, en su época vandálica fue creado para marcar territorio o para molestar a la gente, a diferencia del street art que sólo busca complacer, es menos subversivo y más comercial, comparte el contexto de la calle con el graffiti, pero no es para nada la misma filosofía. Hace un tiempo me arrestaron en Barcelona cuando estaba pintando y me llevaron frente al juez, pero me dijo que podía irme porque a simple vista se notaba que lo que yo hacía era arte y no vandalismo”.

Para artistas más recientes e inquietos, como Bonder, las circunstancias y motivaciones para incursionar en el mundo del street art fueron completamente diferentes: “Cuando tenía 10 años emigré con mi familia desde Ucrania y comencé a interesarme más por escenas como el punk y el skate. Tenía amigos que practicaban el graffiti en la calle o que pegaban stickers en cualquier lugar, así que pronto sentí la necesidad de crear algo propio. En realidad fue el skate lo que me introdujo al arte urbano, las matrioskas fueron algunos de mis primeros stickers y hasta la fecha los sigo imprimiendo porque me gustan muchísimo y me recuerdan mi infancia… ¡Soy sólo un niño! Me encantaría salir algún día de Israel para poder colaborar con una buena marca de skateboarding en América”, comentó entusiasmado.

LATINO STYLE

Al otro lado del mundo, en tierras más tropicales, Ledania, una chica bogotana joven, guapa, sexy y muy segura de sí compartió su punto de vista acerca del street art: “La palabra arte ya es demasiado subjetiva para definirla y si la combinamos con el street que significa calle, nos metemos en un rollo bien raro. El arte es una especie de revolución, sea cual sea su estrategia de puesta en escena. Me gusta que haya personas a las que les cambie el día ver otro tipo de cosas en lugares donde viven y transitan. El street art es parte de toda una tendencia de expresión, pero no es la única. Somos millones de personas queriendo hacer millones de cosas, teniendo miles de ideas y millones de medios”.

Para ella, “el objetivo es generar un cambio y éste puede ser a corto o largo plazo. Mi manera de cambiar las cosas es pintando las calles, pero creo que cualquier persona que tenga una habilidad para hacer algo que sea distinto y único puede causar una revolución, ya sea en un estado, un país o hasta mundialmente. Casi nunca trato de utilizar temas políticos o religiosos, pero estoy muy consciente de que tengo un punto de vista como ser social que debe ser respetado y procuro ponerlo siempre de manera latente en mis obras”.

Yéndonos un poco más al norte, también la Ciudad de México ha demostrado tener muy buenos exponentes en el sector callejero. Artistas como Trash o el Colectivo Lapiztola plasman muy a su estilo cómo conciben la vida cotidiana al ser habitantes de distintas regiones. Trash, en el df, está completamente inmerso en sus pinturas y prefiere la improvisación con aerosol y la pintura acrílica; mientras que el Colectivo Lapiztola en Oaxaca, conformado por Roberto, Yankel y Rosario, busca ser más práctico y directo. Con la ayuda del stencil los chicos abordan de forma realmente eficaz temáticas muy comunes para la mayoría de los mexicanos como la migración, el narcotráfico y la introducción del maíz transgénico a tierras nacionales.

Trash, por su parte, prefiere plasmar a través de sus personajes una representación de lo triste y violenta que puede llegar a ser la vida tras la pérdida de la inocencia: “Mi trabajo puede llamar fácilmente la atención de un niño, me gusta crear personajes y combinarlos con juguetes, muñecos, u otras cosas, pero casi siempre viene implícito un contenido bastante violento. Me interesa mucho el contraste de la sociedad, a veces puedes ver las cosas como algo bonito, lleno de felicidad, pero la realidad es que en muchas otras ocasiones, también encuentras mundos llenos de crudeza y oscuridad. Me gusta crear al momento, disfruto más la espontaneidad y siempre soy muy detallista en las líneas, formas y sombras de mis piezas”.

LOS PROBLEMAS DE SER LIBRE

Expresarse es un arte y en muchas ocasiones vivir de la expresión puede ser un tema complicado para los artistas. El aspecto monetario siempre influye, y la vieja creencia de que el trabajo de un artista urbano tiene que estar peleado con las grandes marcas ha quedado en el pasado. En el caso de C215, que es un artista con influencias muy cercanas al graffiti, la situación no es del todo diferente: “El problema no es trabajar para las marcas, la cuestión es saber para cuáles. Sería muy incongruente de mi parte que si uso alguna de tenis o de ropa, no quisiera trabajar para ella. Si llegara Absolut y me propusiera hacer algo, mi respuesta sería no, porque yo no bebo. Los street artists utilizamos, en cierta forma, el mismo sistema gráfico de las grandes empresas, pero para corromperlo”.

Ledania, al igual que C215, expuso las cuestiones que para ella son importantes al colaborar con compañías como Kenzo y su perfume Flower Tag: “Cualquier desarrollo de mercado es válido, así no se reciba como una marca registrada o como una empresa multinacional. La gente ya no se da cuenta de la cantidad de productos que consume diariamente. Por eso miles de personas se molestan si van y les pintan la fachada que está enfrente de su casa, pero les parece gratificante que les metan papeles por debajo de la puerta con millones de promociones de probióticos y de comida ultra procesada que van y consumen el mismo día. Si prostituyes tu trabajo te conviertes en un simple diseñador gráfico, pero si encuentras la forma de hacer las cosas bajo tu propio territorio, no veo por qué no colaborar”.

PUBLICIT-ARTE, VENDE

El “Brandalism” (Banksy Wall and Piece) ha comenzado a convertirse en una técnica obsoleta para las empresas inteligentes que buscan suavizar los prejuicios de las personas que no se dejan persuadir fácilmente para adquirir sus productos. En 2012, Asos y Puma generaron una alianza para impregnar sus diseños de inspiración urbana, y a fines del 2013 Reebok sorprendió a sus seguidores con una colección de sus Classic Leather R12, intervenida por artistas visuales como: Mad (Philadelphia), Wane (ny), Monster (París), Pose (Chicago), Sicksystem (Moscú) y el mexicano Xghetto666.

La importancia de lograr una buena imagen lo es todo y la creatividad ya no resulta suficiente para superar el desafío de llegar al público de la manera más genuina posible. Pequeñas, medianas y grandes empresas buscan ganar el afecto de la gente, intentan comunicar de una forma más pasional y abierta lo que para ellos caracterice mejor a sus productos, como una “creación estética”.

Después de haber colaborado con algunos nombres de prestigio, el diseñador gráfico Antonio Brasko realizó una crítica al mundo de la publicidad con la serie de latas Montana spray-paint. Como principales fuentes de inspiración tomó marcas que han logrado beneficiarse con este tipo de expresión como Nike, Adidas, Jordan, Gucci, Supreme, Levi’s, Hermes, Jimmy Choo, Burberry y Channel. Kidult, un graffitero de extrema izquierda, protagonizó un divertido enfrentamiento con Marc Jacobs después de pintar las paredes de su tienda en Nueva York, con la palabra Art en color verde. El diseñador neoyorquino respondió imprimiendo miles de playeras con la fotografía de la intrusión para después venderlas al público por la módica cantidad de 686 usd.

Tiempo después, Kidult pintaría ese precio en la tienda de Marc Jacobs en París, a manera de revancha, y luego tuiteó en su cuenta oficial “680? 689?…686?! How much are you going to sell this for?”, apoyándose de los hashtags #kidultarmyparis y #thisisnotart. Esto impulsó a Jacobs a publicar en la misma red una campaña publicitaria sobre cómo su marca orgullosamente apoyaba el arte, invitando a la gente a visitar su tienda y constatar la nueva intervención de Kidult en su lujoso establecimiento, poniendo nuevamente playeras a la venta y causando una fuerte controversia por la supuesta inclusión de la firma del graffitero en su nueva colección.

La saturación constante de los medios ha desatado en las personas la necesidad de buscar cosas nuevas, under, originales, chidas, elegantes, cool o no tan mainstream, según sea el nicho al que pertenezcamos. Sin embargo, no debemos de olvidar que aunque hay cosas por las que vale la pena pagar, las mejores cosas de la vida son gratis. Como lo dijo Ledania en algún momento de nuestra entrevista: “La idea no es sólo hacer volar la mente, si no hacer nadar el alma. Sentir la ligereza que se adquiere al momento de nadar y aplicarla como un buen método para afrontar la vida”.

LOS ARTISTAS DICEN

-C215

“El graffiti es sociológico, en su época vandálica fue creado para marcar territorio o para molestar a la gente, a diferencia del street art que sólo busca complacer y es menos subversivo y más comercial.”

www.c215.fr

-Ledania

“Si prostituyes tu trabajo te conviertes en un simple diseñador gráfico, pero si encuentras la forma de hacer las cosas bajo tu propio territorio, no veo por qué no colaborar.”

Facebook: Ledania
www.ledania.blogspot.com

-Trash

“Mi trabajo puede llamar fácilmente la atención de un niño. me gusta crear personajes y combinarlos con juguetes, muñecos, u otras cosas, pero casi siempre viene implícito un contenido bastante violento.”

http://culturacolectiva.com/trash-artista-de-la-ficcion

-Bonder

“Tenía amigos que practicaban el graffiti en la calle o que pegaban stickers en cualquier lugar, así que pronto sentí la necesidad de crear algo propio.”

Facebook: Israel Street Art. Álbumes: Bonder

-Colectivo Lapiztola:

lapiztola.blogspot.mx

DENTRO DEL SISTEMA

Vans y Stüssy (arriba) lanzaron este año la colección Vault que rinde tributo a los orígenes skaters de la marca, ligados al street art. Reebok (derecha) echó mano de artistas como el ruso Sicksystem (Moscú) y el mexicano Xghetto666 para intervenir la colección Classic Leather R12, en 2013.