“Si amas algo, déjalo ir”. “Es que lo quieres demasiado por eso no te ha llegado”. “Cuando menos te lo esperes va a pasar” (esta última es verdad). Estoy harta de estas frases asquerosas, odiosas, tan poco empáticas con el profundo dolor y frustración que conlleva desear algo en este mundo.
¿Ustedes creen que no he tratado de olvidarlo? ¿Que no he hecho todo en mi poder para dejar de pensar en esto?
Los guías espirituales nos presentan la idea de manifestar, visualizar perfectamente que es lo que queremos con el mayor detalle posible para después—dejarlo ir—.
Sex and the city: Los hombres de los que me enamoré
Parece broma. ¿Cómo dejar ir algo que me quita el sueño? Algo que vive dentro de mí con mayor o menor latencia y esperanza al pasar de los años. ¿Por qué no puedo desear algo con todas mis putas ganas? ¿Por qué no puedo dejar de fingir que estoy tranquila y serena? ¿Por qué no contárselo a todo el mundo? ¿Por qué no aceptar que soy una urgida desesperada? Que siempre lo he sido. Que no se me van a quitar las ganas de vivir.
Que necesito, con urgencia, las cosas que amo. Que me falta tiempo, amantes y dinero para concretar todo lo que quiero. Que a veces la vida es tan lenta. El otro día escuchaba un podcast de mi bruja virtual y nos contaba del éxito masivo de su libro, el cual ella dice (pero no le creo) que lo hizo solo por invitación. La teoría de la invitación implica que aquello que haces lo haces no porque tú pensaste en hacerlo, sino porque alguien más te “invitó” a hacerlo. Ejemplo: Yo cocino galletas deliciosasy entonces la gente a mi alrededor me dice que debería de abrir un negocio de galletas y lo hago. En el caso de mi bruja virtual ella subía posts y la gente le pedía que hiciera un libro donde todo su contenido estuviera condensado. Y lo hizo y ahora es un best-seller.
Ella dice que su intención “jamás” fue hacer un best-seller, que sólo lo hizo por que se lo pidieron. Pero—qué si yo quiero escribir un libro porque amo escribir, pero al mismo tiempo quiero que sea un best-seller—quiero hacerme famosa, millonaria e inalcanzable con este libro. Quiero sacar el libro y que después hagan la película. Es más, que hagan una saga. Y que me inviten a dirigirlas todas, tal vez actúe. Después de la nominación al Oscar por mejor película, mejor directora y mejor actriz, es obvio que ya soy reconocida como la voz de mi generación. Timothée Chalamet deja a Kylie por mí y me pide matrimonio para después tener 100 hijos juntos, todos viviendo en nuestro estate en las afueras de Francia, donde ordeño a mis vacas por la mañana y cabalgo por la tarde. Me piden escribir un memoir, el cual también se hace película, y es sonorizada con música por Lana del Rey, quien es una amiga cercana.
¿Por qué tengo que fingir que no quiero todo esto, y lo que es más estresante, por qué si acepto querer todas estas cosas asquerosamente triviales y clichés eso implica que mis deseos no son puros? Soy más compleja que eso. Mis deseos son superficiales,plásticos, egocéntricos y también son genuinos, sagrados, expansivos. Your spirit came to earth to be seen. De todas las maneras posibles. Y estoy consciente de que empiezo a sonar muy Born This Way, club de los optimistas, morra castrosa que sube frases de autoayuda a Instagram. Pero me vale verga. Es la verdad. Si te doy cringe, me vale verga. Merezco lo que sueño. Merecemos lo que soñamos, sea eso un wey, dos, la validación de alguna institución o familiar (mi papá), todo el dinero del mundo, un cuerpazo, etc. Todo se vale. Suficiente tengo con la urgencia de mis deseos como para también estar preocupada por no desearlos tanto o desear desear cosas diferentes. Espero que gritarle al mundo lo que quiero no haga que mis sueños pierdan momentum o energía, sino al contrario, que se carguen de ella, que se entere todo mundo para que las fuerzas visibles e invisibles que rigen este Universo conspiren a mi favor.
Y al de ustedes. Que no pierdan fuerzas ni inspiración para concretar aquello que quieren. A este mundo le falta más gente con huevos, presumida, confiada en que todo lo que hacen, lo hacen bien. Toot your own fucking horn. No se disculpen por ser talentosos, ambiciosos. Tramen su camino a la cima y cuando lleguen aviéntense al abismo y griten con muchas fuerzas: ¡Me vale VerGaAaAaAaA!
Endéudense, caigan mal, double text, si fracasan lloren y, sobre todo, no tengan miedo. No tengan nada.