No hace mucho me encontré con una amiga en una churrería. Entre café y café, me contó que había renunciado a su trabajo para escribir su primera novela. Una historia fantástica que desde su adolescencia había comenzado a incubar en su mente.
Un día se levantó con la consigna de entregarse por completo a la escritura. Antes, quemó sus naves. Vivió durante meses de sus ahorros hasta que consiguió sacarse de la cabeza aquel cuento de hadas e imprimirlo en más de 200 páginas.
Hace poco me invitó a presentar la novela. Lleva por título Mäywen y ella, que también ha escrito ficción en las páginas de Playboy, Magdalena P. Selvas.
No es fácil dedicarse a ser artista. Recientemente, el Sindicato Nacional de Músicos y Artistas de Chile (Sinamuarchi), publicó un estudio que reveló, basado en 270 entrevistas a jóvenes, que el 41% de quienes no estudiaron música, fue debido a la presión familiar. Un 37% de quienes respondieron, confesó que no estudió arte porque pensó que no encontraría trabajo nunca. En el caso de todos, se decantaron por una carrera mucho más “segura”.
La realidad no es mucho más alentadora en México. Mientras escribo, continuaban las protestas de más de 3,000 artistas mexicanos que no habían recibido sus pagos correspondientes a 2019, de acuerdo con lo que habían trabajado para la Secretaría de Cultura federal.
Parece mentira que a una secretaria de Cultura haya que explicarle que aquello de que “el aplauso es el alimento del artista”, no es más que una metáfora.
En Playboy México, creemos en el poder del arte. En su fuerza transformadora. En el derecho de los artistas a ejercerlo.
Por eso, ponemos en tus manos esta nueva Edición Especial de Arte 2020, en la que reunimos a 23 artistas (22 creadores individuales y un estudio de diseño) que reinterpretaron el Conejito en diferentes técnicas. Son todas unas heroínas y unos héroes sólo por el hecho de mancharse las manos, literalmente, de pintura.
¡Que lo disfruten!