Playbill: Cupido, yo te maldigo
¿Qué harías si desde el momento en que inicias una relación amorosa supieras cuándo terminará?
En un capítulo de Black Mirror, se fantasea con la idea de que, en un futuro cercano, existirá una app de emparejamiento que te anunciará la fecha de caducidad de las relaciones. Una especie de Tinder con fecha de caducidad.
Una idea que el cineasta belga Jaco Van Dormael ya había explorado en su película de 2015, El nuevo Nuevo Testamento. En ella, Dios aparece como un tipo malencarado que disfruta martirizando a los humanos (algo que, en mi opinión, no dista mucho de la realidad), hasta que su hija de diez años decide reescribir la historia informándole a cada persona la fecha exacta de su muerte. Para que disfruten mejor de su tiempo.
No hace mucho platicaba con una mujer acerca de cómo la tecnología ha complicado nuestras relaciones. Incluso a la hora de terminarlas. Me platicaba ella que cuando rompió con su primer novio, reunió todo lo que él le había dado, cartas, muñecos de peluche, fotografías, y le prendió fuego. Delante de su hoguera particular, incineró el recuerdo también de la persona.
Hasta un acto de justicia poética encierra la escena.
–En cambio– añadió la mujer –ahora tienes que eliminar foto por foto de tus redes, desetiquetarlas o reencuadrarlas para que no salga alguien. Borrar correos, buscar en tu timeline tweets, mensajes de inbox… ¡qué hueva!
Quizá si desde un principio supiéramos cuándo terminaría, nos ahorraríamos el doloroso y burocrático proceso de ruptura.
Entonces quizá no quemaríamos nuestras naves, nos despeñaríamos sin paracaídas y contendríamos nuestras emociones, para no sufrir. ¡De eso se trata el amor! Cupido: ¡yo te maldigo!
Sirva este editorial para darles la bienvenida al número de febrero de Playboy México. Con tres hermosas chicas en portada: Lauren, Kaylee y Gillian. Además de una entrevista con la bellísima Ana Mena, con el último cocinero de Luis Donaldo Colosio y una más con el que es, para muchos, sensei de la música heavy, el gran Eddie Trunk, de That metal show. A quien por cierto le pregunté sobre su power ballad favorita para enamorarse.
Porque hasta el tipo más duro, cae.
De lo contrario, como dijo esa mujer con la que hablé, ¡qué hueva!
