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Desvaríos Nocturnos: fantasías sexuales

Por: Sandra Corcuera 06 Feb 2019
Sí, muchas mujeres nos prendemos viendo porno lésbico, sí fantaseamos teniendo sexo con otras chicas...
Desvaríos Nocturnos: fantasías sexuales

Una amiga de Sandra aprovechaba que su novio se iba a trabajar para tirarse a otras chicas en su apartamento. El hombre lo resolvió como los grandes: proponiéndole a su mujer que la próxima vez lo dejara mirar.

La fantasía sexual más común entre mis amigos hombres es acostarse con dos mujeres a la vez. Si son gemelas, mejor, y si son madre e hija, estarían dispuestos a hacer un pacto con el Diablo. Saber con qué fantasea una mujer ya está más complicado porque la mayoría no se atreve a hablar de eso y mucho menos con su pareja, no vaya a ser que la consideren una cualquiera o algo (wtf!). Sin embargo, te apuesto lo que quieras a que la mayoría de tus novias (si no todas) han fantaseado con otra mujer y, ¡es más!, han tenido experiencias lésbicas en algún momento de su vida. O fue un juego tipo experimento en la adolescencia que ahí murió, o las fantasías con mujeres siguen formando parte de sus vidas hasta el día de hoy, aunque tengan parejas masculinas; el punto es que la idea de estar con una mujer también nos pone cachondas a nosotras. Pero ¿hasta dónde llega la fantasía…?

Mi amigo Memo descubrió que cuando él se iba a trabajar, su novia citaba en su casa a chicas que conocía por Facebook y se las tiraba. Pasado el drama del primer impacto, decidieron pasar página con el siguiente acuerdo: acostarse con una de estas chicas, ahora sí, entre los dos. Parecía un buen plan para estar en tablas, pero a la hora de la hora, resultó que la novia de mi amigo y la muchacha invitada se armaron la fiesta entre ellas y Memo casi quedó relegado a un mero espectador. No volvieron a hablar del tema. Tal vez no fue la mejor idea para una relación que entró en crisis por cuernos… (¡Los tríos dan para otra columna!)

Prueba de mujer totalmente heterosexual era mi amiga Auri, y ante la sorpresa de todos un día ¡apareció con novia! Se enamoró de una chica, se fue a vivir con ella y duraron cuatro años de intenso romance, hasta que salió con el corazón partido cuando la cortaron. Después de aquel “paréntesis lésbico” siguió relacionándose con hombres como si nada hubiera pasado. Ella decía que se enamoró de la persona, sin importar el género. Yo que la conozco tan bien sigo sorprendida, y me pregunto si eso nos podría pasar a todos.

Hace unos años, mi amiga Sil y yo nos contábamos nuestros flirteos adolescentes con amigas, y ambas compartíamos la inquietud de saber cómo sería liarse con una mujer que te gustara ahora que ya estábamos grandecitas. La fiesta en modo “on” hizo el resto: noche de chicas, copas y shots, todas acabamos bailando en la barra del bar, y “dicen” que sabroseándonos entre nosotras (yo no recuerdo eso, así que seguro no pasó). Sil y yo fuimos al baño, ella empujó la puerta, entró conmigo, nos encerró, y de repente me encontré pegada a la pared, ella besándome y metiéndome mano por donde quiso. Estuvo raro, era de mis mejores amigas y no la veía en plan erótico, aunque sí fue un momento megacachondo, la verdad. Al día siguiente, me pidió que por favor esto quedara entre nosotras. No quería tener problemas con su prometido un mes antes de casarse.

De qué se trata esta atracción “mujer contra mujer”: ¿somos bisexuales, lesbianas, o sólo “viciosas”? Creo que aquí el punto es saber qué nos gusta para luego no tener conflictos con uno mismo (querer una cosa y hacer otra). Para mí alguien bisexual es quien se puede enamorar tanto de hombres como de mujeres y por tanto tener sexo con ambos; lesbiana es quien se enamora sólo de mujeres y sólo tiene sexo con mujeres, y el resto de variaciones (lesbianas que se acuestan con hombres, mujeres heteros con mujeres, hombres heteros con hombres, gays con mujeres…) Yo los llamo con cariño y picardía “viciosos”; es decir, les encanta el sexo (“el vicio”) y se permiten salir de lo “tradicional” siempre que les apetezca, lo que no les hace mejores ni peores personas, ni más o menos respetables, sino individuos que viven su sexualidad sin culpas y en libertad.

Sí, muchas mujeres nos prendemos viendo porno lésbico, sí fantaseamos teniendo sexo con otras chicas, y qué crees: a muchas les encantaría compartir estas fantasías y mil más con su pareja, pero no lo hacen por miedo a ser juzgadas, a que las crean unas zorras o las rechacen sólo por querer disfrutar del sexo.

Por eso voy a lanzar una idea al aire: qué pasaría si todos los hombres se liberaran de prejuicios y consideraran tener un sexo pleno también con su pareja y no sólo con extrañas o prostitutas, dar a sus novias o esposas también la libertad de expresarse y de compartirles sus fantasías, ser abiertos en lo que de verdad les gustaría a ellos y vivir juntos las apetencias de ambos. ¿Qué tal, eh…? Así que si, por ejemplo, te da morbo imaginar a tu novia con otra mujer, podrías empezar por preguntarle al respecto, tal vez te lleves una sorpresa…

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