Cuando una mujer te dice vete, en realidad quiere decir quédate

Dicen que “a las mujeres no hay que entenderlas, sólo hay que amarlas”.

Hay tantas situaciones que los hombres no se explican y para nosotras son tan de cajón, que sí parecemos de planetas diferentes.

Una de las más típicas donde mis amigos hombres se quedan más desconcertados es cuando discuten con su novia y ella les acaba diciendo “¡Vete!”.

Mi texto mi voz: pero fuimos buenos

Lo que suele pasar es que ellos se van, claro. Porque los hombres piensan de forma sencilla, dos y dos son cuatro, no hay dobleces ni pensamientos retorcidos, es lo que es, “me dicen vete, pues me voy”.

¡O al menos lo intentan!

Porque en el momento en que voltean hacia la puerta para seguir la instrucción, la bronca crece en automático y ella contraataca: “¡eso, vete, es lo que querías, ¿verdad? Cómo no, así dejas las cosas, lo más fácil es largarte, si ya lo sabía yo…!” etcétera.

Aquí el novio no entiende nada, “pero ¿me voy o no?”.

Cuando una mujer quiere de verdad que te vayas, te lo dice seria, convencida, firme, sin drama, sin darle vueltas, sin opción a discutir ni argumentar, ya no necesita escuchar nada más, sólo te abre la puerta y espera que te vayas y poner fin a la situación.

Si por el contrario, cuando tú te vas a ir reacciona contraatacando como te contaba, ese “VETE” significa “QUÉDATE”.

Lo que te está diciendo es que por favor hagas algo para resolver el problema, para calmar la discusión, para hacer las paces, quiere que le digas que todo está bien, que no te vas a ningún lado porque la amas y ella es lo más importante para ti, y que tú no le vas a fallar.

La abrazas, la haces sentirse segura, y todo se resuelve.

Este “vete/quédate” es una neurosis: cuando lo que dices, lo que haces y lo que quieres no coincide (aquí además son opuestos).

Hay muchas razones detrás: culturales, sociales, familiares, de historia de vida, creencias que hemos adoptado muchas veces sin saberlo… y si bien es responsabilidad de cada uno trabajar en nuestra mejor versión, hay que empezar por ser conscientes, tanto hombres como mujeres, de lo que estamos haciendo y de lo que está pasando.

No puedes cambiar algo que no conoces.

Si aún así les pareció muy enrevesado todo esto, no traten de entenderlo, sólo ámennos y ya.