El rayalibros: Ayahuasca y la aventura moderna

En varias épocas, distintos amigos me han contado su búsqueda por alguna planta, raíz o fruto que los haga mirar el mundo desde nuevos ojos, abrirse a una condición existencial diferente, aumentar su creatividad, vencer sus demonios o simplemente relajarse.

Sus historias constituyen un depositario de aventuras. Algunos han vivido experiencias traumáticas al comer peyote sin preparación ni un chamán adecuado, y vieron la cara de un indio furioso en el cielo, que los acusaba por su falta de respeto. Otros estuvieron a punto de morir por una intoxicación de floripondio y salvaron la vida de milagro en un
hospital.

Pero también hubo quien vivió experiencias maravillosas e iniciáticas, que los transformaron en personas distintas, más conscientes y receptivas a la belleza de la naturaleza, a la sensación de su cuerpo, a la ruptura de barreras mentales que extendieron su conocimiento y los unificaron con el mundo que los rodeaba. Por ejemplo, amigos que consumieron y miraron fascinados los pétalos de una flor, mirando cómo se descomponía mágicamente en texturas, movimientos, respiraciones y músicas vegetales.

El Rayalibros: la lengua materna

El viaje iniciático en busca de la ayahuasca es el tema de una de las crónicas más brillantes del renombrado escritor de viajes Paul Theroux (Londres, 1941). El escritor inglés vivió su periplo buscando ayahuasca en las fronteras de Ecuador y Colombia, pero lo hizo lejos de cualquier idealización. Debió dejar un grupo antipático y mojigato de curiosos e internase solo en la profundidad de la selva, guiado por el chamán y vegetalista don Pablo Amaringo.

Inspirado por las cartas de William Burroughs sobre el yagé, Theroux descubrió en su camino para abrir el Ojo del Entendimiento una tierra de guerrillas, explotación petrolera estadounidense, daño ambiental y marginación. Escribe: “En lugar de una experiencia eco- chic, etnobotánica, selvática, con chamanes y alucinaciones, había encontrado niñas prostitutas, traficantes de armas, petroleros, una selva deteriorada, el lugar rodeado de guerrilleros de las FARC.”

La aventura de Theroux atestigua la realidad de la aventura en la vida moderna, mediatizada y rodeada de desigualdades, consumismo capitalista y trivialización de la espiritualidad. Pero también nos confirma el fin de quebrar nuestros límites de confort con una cita maravillosa: “el objetivo de la aventura es que no sea planeada; un salto en oscuridad, que raye en el infortunio, ofreciendo destellos de peligro; y lo que separa la aventura del desastre es que vives para contarla”.

Su texto de la ayahuasca pertenece al libro de Theroux En busca de la ayahuasca y otros desvíos. Ensayos y reflexiones (Almadía, 2019), volumen que reúne perfiles de Oliver Sacks y Hunter S. Thompson, lecturas de Conrad y Simenon, entre otros textos: una lectura
deliciosa y totalmente recomendable.