Hoy en nuestra columna Libros Al Desnudo, los momentos incómodos que han originado a los escritores burlas, rencor y hasta golpes.

Por Jaime Garba

A veces me pregunto quién habrá sido el ñoño que sacralizó la literatura, quién dijo había que hacer reverencia a las palabras, que si bien eternas y poderosas, nos pertenecen a todos por igual. Ha pasado tanto desde eso, que aun atávicamente seguimos signando la cruz ante cada libro y autor, haciéndolos levitar en sus egos y alejándolos cada vez más de los que ellos llaman “simples mortales”. Pero no se necesita mucho para darse cuenta de que la veneración termina en ocasiones por los mismos literatos, quienes en su calidad de humanos sacan a relucir ciertos momentos equívocos que los bajan al lugar común. La historia ha registrado varios, tanto de grandes escritores de la literatura universal como de aquellos que se mueven en la farándula, donde el destino les recuerda que en la literatura como en la vida “ni tan, tan, ni muy, muy”.

Momentos incómodos <1>

El escritor que anuncia chupe en la tele.

Xavier Velasco es un escritor raro, por un lado tiene un amplio séquito de lectores que tras ganar el Alfaguara con Diablo Guardián en el 2003 lo siguen a cualquier lugar con una admiración absoluta; mas por el otro, un vasto sector de lectores y escritores lo rechazan, argumentando no saber escribir y que se ha valido de su personalidad histriónica para abrirse espacio en el mundo literario. Sea como sea, se puso de “pechito” al sorprender a propios y extraños apareciendo en un comercial de una reconocida marca de Whisky, haciendo una apología de su propia imagen, como la del supremo autor que escribe con pluma fuente y que anda por la vida captando la inspiración en los detalles del mundo. Al final un comercial muy bonito, sin embargo vaya que redujo algunos puntos su popularidad entre los que de alguna forma le dan el beneficio de la duda como fecundo escritor.

Momentos incómodos <2> 

Coelho se pone con Sansón a las patadas.

El escritor brasileño Paulo Coelho no tiene que demostrarle nada a nadie, su república literaria está habitada sólo por él y como el viento a Juárez le pasan los memes que constantemente invaden la red burlándose de su obra. ¿Por qué? Porque el tipo es millonario gracias a las magníficas ventas de sus novelas y los halagos de los lectores que le nutren más que la crítica de académicos que lo tachan de pseudo escritor. Sin embargo, hace poco el autor de El Alquimista cruzó un límite impensable y que hasta a sus más apasionados lectores les hizo decirle “no manches”, y fue decir que el Ulises de James Joyce hizo mucho mal a la literatura. ¿Qué habrá pasado por la cabeza de Coelho para afirmar semejante barbarie? Nadie sabe, pero lo cierto es que metió un golazo en su propia portería, el cual cobró mayor relevancia y dio mayores motivos de burla, al agregar que a diferencia de Joyce, quien es considerado prolífico por su amplia base cultural, artística y literaria, que reta al lector a descifrar sus páginas; él es moderno porque hace que lo difícil parezca simple. Los libros de Coelho se venden igual, pero después de esto seguro muchas personas más le odian.

Momentos incómodos <3>  

Dos del Boom que hicieron “Pum”

Los escritores del Boom Latinoamericano son respetados por imponer un estilo, por hacer de la literatura latinoamericana lenguaje universal. Estas figuras fueron, o son, personas altamente reconocidas no sólo por la calidad de sus libros, sino por su capacidad de análisis en los diferentes problemas de la sociedad. Pareciera que son perfectos y que aquellos hombres que vemos con porte elegante han nacido así, pero no. Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez son nombres del dominio popular, y quién se los imaginaría en un lío de faldas. Es muy sabido el episodio donde García Márquez va a casa del fotógrafo colombiano Rodrigo Moya a que le tome una foto del gran moretón que tiene en el ojo izquierdo. Cuando Moya le pregunta qué pasó, la esposa del escritor de Cien años de soledad cuenta que al encontrarse con Vargas Llosa en un cine en la Ciudad de México, apenas Gabriel al pronunciar su nombre con los brazos abiertos para saludarlo, Mario le atinó un certero puñetazo que lo derribó, provocando todo un escándalo. Muchos atribuyen este acontecimiento a las diferencias ideológicas de los escritores, pero la pareja de García Márquez después aseveró que se debía a que los celos del escritor peruano lo habían llevado a ese impulso. Quién diría que estos premios Nobel de literatura pasarían por una situación así.

Sé de un amigo que en la presentación de su libro al llegar tarde no tuvo tiempo de ir al baño y se orinó en el acto, un chorro de líquido amarillo resbaló por debajo de la mesa y mojó a los que estaban en la primera fila. No vendió ni un solo ejemplar pero apareció en primera plana de la sección cultural. Un día en una presentación vi cómo sacaban a empujones a un autor que quería golpear a un chico que acompañaba a su ex novia. Al verlos, encolerizado se dejó ir sobre éste causando tremendo alboroto. Ninguna editorial lo volvió a publicar hasta hoy en día.

Muchas anécdotas, algunas graciosas, otras no tanto, recuerdan a la memoria que el escritor es tan humano como cualquiera, y puede tropezar con las sorpresas de la vida cuando menos se lo espera.