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Manolo Caro: “a todo el mundo le gusta tener un amigo gay”

Por: Susana Heredia 20 Ene 2020
Manolo Caro fue adicto a los ansiolíticos, víctima de un secuestro y proclive a las relaciones tóxicas.
Manolo Caro: “a todo el mundo le gusta tener un amigo gay”

Manolo Caro fue adicto a los ansiolíticos, víctima de un secuestro y proclive a las relaciones tóxicas. Quizá por eso es el director de moda, el llamado Almodóvar mexicano, que el 18 de este mes estrena la segunda temporada de La casa de las flores.

¿Qué personaje de La Casa De Las Flores se parece o está inspirado en ti?

Híjole… todos tienen algo mío. Elena (Aislinn Derbez) en su manera de ver la profesión. Paulina (Cecilia Suárez) en su tipo de humor. Julián (Dario Yazbek Bernal) en sus relaciones amorosas tan caóticas. No he escrito algo realmente biográfico porque siento que estoy muy joven todavía como para entrarle a eso (Ríe).

¿Qué porcentaje de tu esencia les regalas con la pluma?

Se les ponen experiencias y cosas que uno vive y cómo las sorteas y las sacas adelante o, a veces, cómo duele volver a ese momento al escribirlo y me sirve para exorcizar ciertos miedos.

La temática homosexual es columna vertebral en esta historia.

Porque creo que es una columna vertebral en nuestra sociedad, ¿no? Es simplemente hacer un reflejo de lo que somos y darle la importancia y la visibilidad que tiene que tener, y en una lucha de acercar temas que se habían visto rezagados y el público está ansioso de seguir viéndolos. Con La Casa de las Flores hemos visto este nuevo ´boom´ de telenovelas y series que presentan parejas gais y se terminan comiendo a los personajes principales porque la gente quiere ver este tipo de realidad retratada también.

¿No te parece curioso, que aplaudimos la homosexualidad en la ficción y en la realidad seguimos sin aceptarlo completamente?

Hace casi dos años hice una obra que dice que a todo mundo le gusta tener un amigo gay, porque te sientes muy ´open mind´, muy actual. Sientes que estás al día y que eres parte de la nueva sociedad y de cómo se ve, pero cuando esta persona homosexual vive en el interior de tu casa, parece que estás hablando de una enfermedad que quieres erradicar y que quieres que nadie se entere. ¡Eso es patético! Y es lamentable, pero tenemos que hablar de que esa es la realidad y que hay que cambiarla; creo que una forma de hacerlo es poniendo el tema sobre la mesa, dándole visibilidad, haciéndolo con respeto y quitándole los clichés y los estereotipos que nos ha perpetuado la televisión y el cine en otras décadas.

La serie también retrata los secretos de una familia en México y aquí la familia es sagrada…

Si tú ves La Casa de las Flores, lo que está haciendo el espectador, es ser el ojo de la sociedad. A esta familia siempre le importa el qué dirán y tú sólo ves hacerlo a Carmelita (Verónica Langer), es la vecina que lo hace, tú ves el núcleo y el que realmente está poniendo los prejuicios es el espectador, el que está viendo la serie, y eso es lo más interesante.

¿Qué piensas sobre la violencia de género y la reacción de la mujer ante esto?

Me parece importantísimo que suceda esa reacción. No lo juzgo en lo absoluto, yo creo que habla de un hartazgo y hay que alzar la voz, y sí se tiene que hacer como se vivió en la marcha contra la violencia, con monumentos rayados, creo que nunca se ha ganado una batalla tomando un té, ¿no?

Sin embargo, existió todo un debate alrededor del Ángel de la Independencia.

Ningún monumento puede ser más importante que una vida y ningún cristal es más frágil que no poder vivir en libertad, que es lo que está sucediendo con las mujeres en este país. Es un llamado al gobierno, a las autoridades y a nosotros como sociedad de erradicar eso al cien por ciento.

¿Es el nuevo feminismo con diamantina?

Yo creo que es una parte y una forma de expresión del nuevo feminismo, y no solamente se tiene que usar diamantina. Se tienen que usar las letras, la voz, la protesta, la diamantina. Hay que usar todo cuando un grupo tan importante de nuestro país se está viendo violentado de esa manera. Las protestas tienen que suceder las veces que sean necesarias para salir bien librado de esta batalla horrorosa.

¿Has vivido el acoso sexual dentro de un set?

La verdad no lo quiero frivolizar, como lo veo tan a la distancia, nunca lo he tenido cerca en ninguno de mis proyectos, ni ha sucedido con alguien de mi equipo.

¿Simpatizas con #MeToo?

Obviamente he leído al respecto y me parece un tema fuerte, pero yo lo tengo un poco lejano; es una situación que no debe establecerse en ningún trabajo.

¿Cecilia Suárez es tu actriz fetiche?

Sí, somos como hermanos. Cecilia me conoce desde que yo tenía 14 años y somos familia desde ese día, pero no me gusta pensar que trabajo con la gente que me cae bien por compadrazgo. A la gente le gusta mucho la mancuerna.

¿Cuál ha sido tu mejor experiencia a su lado?

Un día, en una alfombra roja en Colombia, no nos vimos hasta que llegamos ahí, y los dos íbamos vestidos igual. Dijimos: —“Ya hay algo cósmico aquí”. (Ríe) Literal, con el mismo color de saco y pantalón negro; también nos pasa mucho que si uno va a un lugar y no va el otro, nos preguntan: “¿Dónde está Cecilia?, ¿Dónde está Manolo?

¿Te molesta que te llamen el Almodóvar mexicano?

Me halaga, lo que me preocupa es lo que pueda pensar él. Tengo la fortuna de que tenemos muchos amigos en común y sé que ha visto La Casa de las Flores y Paco León, Rossy De Palma, Elena Anaya le han platicado. Me siento muy halagado de que justo en España, que es un país donde esta comparación pudiera ser incómoda, no sucede y no sé si es porque siendo los personajes tan mexicanos, lo ven muy lejano, aunque sí me preguntan: “¿Vienes de esta escuela española y también decidiste ser director viviendo en Madrid?”. Yo estudié allá, con un director de actores como Juan Carlos Coraza y me siento muy cercano a los españoles, pero lo que más me gusta es que ellos sientan cercano a México, a través de mis proyectos.

¿La comparación será por el lenguaje cinematográfico que has utilizado y los colores del set?

Yo creo que tiene que ver con eso y con la libertad de hacer un tipo de comedia que no es una comedia de pastelazo. Es una comedia más negra, de momentos incómodos, como en un velorio. Yo creo que sí, que de ahí viene la comparación y obviamente él es una gran fuente de inspiración.

¿Qué otros cineastas son tu influencia?

Jean Pierre Jeunet, francés. Cuando veo Elvira, te daría mi vida pero la estoy usando, mi tercera película, es toda la narrativa de él.

En tu trabajo abordas mucho el uso de medicamentos para soportar la presión social.

Es que yo salí bien librado de ese tema y creo que por eso lo he planteado desde mi primera película de No sé si cortarme las venas o dejármelas largas. Fui adicto a los ansiolíticos desde muy joven. Tuve un caso de violencia personal, sufrí un secuestro y a partir de ahí fui adicto, después los dejé a un lado y ahora me causa muchísimo morbo regresar con mis personajes a hablar de cómo la medicina te ayuda a tapar unas cosas, pero no compone otras.

En esta segunda temporada de LCDLF, planteas un muy curioso centro de rehabilitación para personas con adicción al amor…

Sí, es una peluquería, y gracias por preguntármelo, porque me encantaría que existiera y esos son lugares que uno como creador sueña y piensa que pueden ocurrir en una ciudad y después los pones y te fascina verlos. Ver cómo Elena va a ese lugar después de tantas relaciones fallidas.

También te permites hablar de las sectas como NXVIM, que destaparon corrupción y abusos como los cometidos por Keith Raniere…

Me parece muy fuerte y muy delicado. Es importante hablarlo sin ponerle un nombre específico en la serie, sino hablar de la necesidad que tenemos los seres humanos de aceptación y el éxito, ¿a cambio de qué? A veces nos toman el pelo por ese hueco emocional que tenemos y que en la serie lo explica el personaje de Mariana Treviño. No tiene que ver con lo que es espiritualidad, sino con el negocio y decir “yo te vendo este libro y tu vida, tu pensamiento y tu realidad van a cambiar, y te vas a volver exitoso y si haces estos siete pasos vas a obtener la pareja de tus sueños”, y eso no es real. El mundo está hecho a base de prueba y error y hay que equivocarnos mucho para llegar a un lugar donde nos sintamos cómodos.

¿Qué podrías perdonar, una infidelidad o un desfalco millonario?

Ninguna de las dos (Ríe). El desfalco millonario no lo perdonaría. Está bastante dura la situación económica como para andarle perdonando a alguien un desfalco; pero una infidelidad… creo que vivimos en una sociedad donde el diálogo y la comunión, o las reglas del juego ya se pueden plantear de formas tan diversas en cada pareja y no hay necesidad de engañar. Es mejor hablarlo y si quieres experimentar un trío sexual, ¿por qué no hablarlo con tu pareja? Y si se da, que ocurra con ambas partes consensuadas.

¿Cuál es la flor que más odias y cuál es tu favorita?

Mi flor favorita es la peonía, me encanta, y no me gustan los alcatraces.

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