Luciano Pereyra: la música no es para comparar, sino para disfrutar

Pocos pueden cumplir dos décadas en la industria musical, un titán con poca compasión para los proyectos sin un camino claro y que no están dispuestos a darlo todo. Luciano Pereyra lo sabe y por ello ha estado celebrando su carrera con varios conciertos en Latinoamérica y Estados Unidos, de los cuales con más de 56 conciertos sold out.
20 años para muchos artistas pueden verse como una especie de decadencia o como un camino monótono. No obstante, el cantautor argentino no podría ser más lejano a estos escenarios: actualmente está viviendo su etapa más exitosa y lo ha hecho a través de sonidos multifacéticos que se han adentrado en un mundo de géneros.
En esta experimentación podría ser fácil perderse, pero Luciano siempre ha tenido presente su raíz: la música folclórica sudamericana, sonidos que constantemente le recuerdan su lugar de origen y que forman parte de la esencia de su “árbol musical”.
Pb: Ese Luciano de Amaneciendo es muy diferente al que ahora está celebrando sus 20 años de carrera, ¿qué te motivó a adentrarte en diversos géneros?
L: La música, porque escucho y me he criado con un gran número de géneros. Siempre digo que es como darle a un pintor un solo color para que haga un cuadro, ¿por qué lo vas a limitar? No me voy a limitar a nuevos ritmos y a poder fusionarme con otro tipo de música que no estoy acostumbrado a hacer.
En la casa de mis padres pasábamos de los tangos de Gardel a Mercedes Sosa, de Rolling Stones a Beatles; después pasamos de Miguel Aceves Mejía a Juan Gabriel, Vicente Fernández y Roberto Carlos. Crecí escuchando de todo, como la música es tan amplia y no discrimina, ¿por qué no hacer los géneros que tanto me gustan?
Pb: ¿Crees que es la clave de tu éxito esta capacidad de reinventarte?
L: No lo sé, primero se debe al gran amor que tengo por lo que hago y segundo es el trabajo. El éxito pasa por otro lado, pasa por sentirme pleno después de cantar y disfrutar de lo que hago. Es una bendición trabajar de lo que me gusta y hacerlo desde hace 20 años es increíble.
La vida ha sido muy generosa conmigo, sueñas con un primer concierto, tocar en diferentes lugares, colaborar con distintos artistas, y de repente se hace realidad. No obstante, no conozco otra manera que las cosas se den más que trabajando, hoy me toca a mí hacerlo y encima de algo que me gusta. El éxito para mí es eso: tener la posibilidad de hacer lo que amas, de disfrutarlo, de compartirlo y sentirte pleno al llegar a tu casa.
Pb: Y en todos estos años de éxito, siempre se han mantenido presentes los sonidos folclóricos en tu música, ¿crees que esa es tu esencia?
L: Sí, es parte de la raíz. La música es como un árbol, hay que regar la raíz y siempre será la misma; el árbol crece, pasa por todas la estaciones del año, pierde sus hojas, incorpora nuevos vientos y soles. La raíz siempre estará, pero le doy todo lo que necesita en nuevos géneros y ritmos, eso hace que el árbol musical crezca, que me siga formando como músico, y sobre todas las cosas como persona.
Pb: Continuando con esta metáfora del árbol musical, ¿cuál sería tu invierno?
L: El proceso de creación, donde terminaste una gira y la etapa de un disco, llega el invierno y hay que buscar un nuevo sol, esperar que fluya lo nuevo para crecer y germinar. En ese tiempo estoy actualmente, en medio de la gira, pero estos dos últimos meses han sido de composición. Trabajé con distintos músicos y compositores, por primera vez con Áureo Baqueiro y eso está buenísimo, dentro de poco van a florecer nuevas canciones.
Pb: En esta búsqueda por el nuevo sol nos hablas de las dos etapas de la vida del artista: el estudio y los conciertos, ¿cuál disfrutas más?
L: Aprendí a disfrutarlas todas, a veces quieres llegar a un lugar y cuando lo haces ya no hay más; pero cuando comienzas a disfrutar el viaje se hace mucho más divertido. Trato de no ser tan futurista, porque al ser así te olvidas de disfrutar lo que pasa en el presente, pensando en cosas que pueden o no suceder. Ahora gozo de cada etapa: la hora de componer, el estudio, probar sonido, las voces, colaborar con artistas, después llega un proceso muy lindo que es subir al escenario y poder cantar la canción. Ahí está la magia de la música, cuando un montón de gente te ayuda a cantar una canción que compusiste tirado en un sillón. Siempre pienso en la frase “una tristeza compartida es la mitad de la tristeza, pero una alegría compartida es el doble de la alegría”, si puedo compartir lo que amo hacer, que es cantar, imagínate si se multiplica.
Pb: Ahora el presente es ‘Como Tú’ con Lucero, ¿cómo nació la colaboración?
L: Me llamó mi manager para avisarme que me invitó a cantar Lucero en el Auditorio Nacional, no me lo podía creer. Ella eligió ´Como Tú’, yo sí conocía su importancia en la música, pero no personalmente, y nos conocimos como lo muestra el video, ella tocando a mi puerta. Fue una amistad a primera vista, química instantánea y me hizo sentir como si nos conociéramos de toda la vida, ahí entendí por qué Lucero encanta tanto, te dice “hola” y de derrites.
Pb: Se trata de una colaboración que entra en los sonidos latinos, que tanto éxito han tenido recientemente, ¿a qué crees que se deba?
L: A que la música ha cambiado, a que hay mucha más información, a que la música es instantánea y a que la fusión con los artistas latinos ha sido muy fuerte. Hace unos días en Miami terminamos en un bar muy gringo donde tocaban puro Country, de repente llega el reggaetón a todo volumen y todos comenzaron a bailar. Antes eso no sucedía, ahora se escucha música en español en el radio, es una apertura que el mundo ha hecho, la globalización, y siempre he dicho que la música no es para comparar, sino para disfrutar.
Pb: Estas nuevas tecnologías que han propiciado este cambio no estaban presentes cuando comenzaste, ¿cómo has visto que ha cambiado la industria?
L: En principio difícil, pero uno debe irse acostumbrando y adaptando, por suerte tengo sobrinos que me han ayudado a eso [risas]. Es parte de la evolución, la música evoluciona al igual de la manera de escucharla y hacer promoción; a pesar de todo eso sigo rescatando la esencia, lo que no me gustaría que sucediera es que la balanza se incline para un lado. Es muy buena la globalización, la información inmediata, pero sin perder el rumbo y lo real.