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Los primeros 365 días de Obrador: el año de la incertidumbre

Por: Mauricio Flores 10 Dic 2018
Las primeras iniciativas del nuevo gobierno han obligado a los empresarios a ponerse en estado de alerta. Habrá que tomar con cautela lo que venga.
Los primeros 365 días de Obrador: el año de la incertidumbre

Julio del 2018 fue de días luminosos, en especial para la relación entre el entonces candidato triunfante, Andrés Manuel López Obrador, y los representes de empresarios, inversionistas y banqueros que sin mayor dilación reconocieron la mayoría aplastante con que el tabasqueño llegó a la presidencia de la república.

Es imposible olvidar aquel video donde presurosos, los más destacados miembros del Consejo Mexicano de Negocios que encabeza el también director general de Cinemex, Alejandro Ramírez, salieron a felicitar al ahora presidente en funciones, a quien hasta hace un año y previo a las elecciones de julio consideraban un riesgo y hasta “un peligro”. Nació así lo que Alfonso Romo, jefe de la oficina de la presidencia, llamó la “Luna de Miel” que se ratificaba de evento en evento empresarial e inversionista, donde López Obrador realizó una “transición de terciopelo”.

Apareció entonces la primera manzana de la discordia, el destino del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, proyecto que López Obrador traía en la mira desde su campaña electoral. Entre 2016 y 2017 acusó al NAIM de ser una cuna de gigantesca corrupción —sin mostrar prueba alguna—, y de provocar un “daño ecológico” irreversible; en marzo de 2018, en la Convención Bancaria de Acapulco, dijo que de ganar revisaría el proyecto, mismo al que no le pondría un peso público (aunque el proyecto fue siempre autofinanciable), pero que lo concesionaría a los particulares que lo quisieran culminar. Con esa idea jugueteó hasta que a mediados de agosto, el secretario de comunicaciones y transportes Javier Jiménez Espriú, anticipó que la decisión final sería tomada tras una consulta con expertos que examinaran todas las alternativas, incluyendo el emplazamiento en Santa Lucía.

Se consultó al Colegio de Ingenieros Civiles, de Pilotos Aviadores, así como en los temas financieros, logísticos y de turismo al Consejo Coordinador Empresarial. Pero sus opiniones y estudios fueron desestimados cuando Jiménez Espriú agregó que la decisión final se tomaría en una consulta o encuesta el 28 de octubre.

Como es sabido, la consulta se desarrolló de manera precaria, sin el andamiaje legal que establece el Instituto Nacional Electoral, y con menos del 1 % del padrón electoral justificó una decisión que parecía tomada de antemano: la cancelación del NAIM en Texcoco y el lanzamiento de un incierto proyecto en Santa Lucía. López Obrador, incluyendo a su asesor José María Rioboó, desestimó los señalamientos de la autoridad global en aeropuertos, MITRE, que Santa Lucía es peligrosa para la convivencia con el Actual Aeropuerto de la Ciudad de México. Las principales calificadoras de valores pusieron en observación la perspectiva económica del país o de plano en negativo; el Índice de Precios y Cotizaciones y el peso sufrieron marcas pérdidas en sólo unos días, y las Afores resintieron minusvalías de 132 mil millones de pesos. Coparmex y CCE manifestaron su abierto desacuerdo. Se acabó la “Luna de Miel”. Fue el “Error de Octubre”.

El presidente, en respuesta, se reunió con los contratistas del NAIM a quienes ofreció “pagar hasta el último centavo” de sus trabajos y que concursarían por las obras de Santa Lucía. Salieron todos sonrientes de la comida efectuada en Corazón de Alcachofa de Polanco. Un asistente confió a quien esto escribe: “no se puede ser hombre y contratista al mismo tiempo”.

Parecía venía la calma cuando se suscitó lo que empezó a llamarse “El Error de Noviembre”: sorpresivamente el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, lanzó una iniciativa de ley para eliminar y controlar las comisiones bancarias. La bolsa tuvo su peor pérdida en siete años y el peso volvió a caer… y las cosas no fueron a peor cuando el ahora presidente y su secretario de hacienda, Carlos Urzúa, atajaron por cuando menos tres años esas y otras iniciativas de orden fiscal por parte de su congreso. Ahora, en el primer mes de la Carta Transformación, muchos se preguntan si en vez de un evento fallido de “creatividad legislativa”, la iniciativa de comisiones fue otro “manotazo” sobre la mesa del presidente para mostrar “quién manda en ese país” y confrontar a sus críticos en el sector empresarial en el afán de “separar el poder político del económico”. CitiBanamex considera que un riesgo importante es la desinstitucionalización de la toma de decisiones públicas… y estamos a pocos días de corroborar o no si así será el tipo de relación que el nuevo gobierno sostendrá en 2019 con algunos de los llamados “poderes fácticos”.

Entre tanto, tengan todos Feliz Navidad.

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