Libros al desnudo: la superación del lector
Si decimos “el que esté libre de haber leído un libro de superación personal que tire la primera piedra”, apuesto que la mayoría escondería la mano en la espalda. Y es que vamos, ¿qué lector no se ha sentido obligado o tentado por los autores de best sellers que prometen cambiar nuestras vidas, hacernos tener rutinas saludables, regresarnos al sendero del bien o calmar nuestras neurosis. Sea porque en la universidad era un deber leerlos, porque el compañero de trabajo nos lo dio en el intercambio navideño o el amigo al vernos cabizbajo nos prestó su obra de cabecera con los siete secretos para ser felices; nos hemos relacionado con esta clase de libros a los cuales muchos le tienen tirria. Sin embargo, ¿en qué momento los dictadores de la literatura excluyeron este género?, que si bien es cierto muchos de ellos se producen con el único objetivo de vender, otros con el paso del tiempo se han convertido en títulos acogidos por la gente. ¿Cuándo se volvió vergonzoso ir por la calle con un libro bajo el brazo de Jorge Bucay o de Paulo Coelho? ¿Por qué pocos en una tertulia se atreverían a decir que la última obra de Jodorowsky les fascinó? Esta semana en libros al desnudo platiqué con algunas personas sobre si alguna vez habían leído un libro de superación personal, qué experiencia tuvieron y qué opinan de ellos. Los invito a conocer las perspectivas de estos lectores que así como pueden leer a Borges, García Márquez, Balzac, Flaubert o Hemingway, no tienen pudor al decir: “yo he leído un libro de superación personal.”
Paula Gutiérrez, lectora, dice: “Si La búsqueda cuenta como libro de superación personal, sí, y Juan Salvador Gaviota; ambos de temática muy parecida. Estaba en secundaria cuando los leí y realmente me hicieron ver cosas de una forma muy diferente.”
Sandra Celedón, actriz de teatro, comenta: “Uf, yo he leído un montón y así seguiré, para mí son lecturas que me abren posibilidades sobre mí misma y la vida, me reconfiguran la matriz, yo les digo libros de conciencia, de autoconocimiento y hay de muchos, desde meditación… Por ejemplo La enfermedad como camino.”
Arlet Barragán, lectora, expresa: “No soy fan de los libros de superación personal y por años fui muy escéptica al respecto, pero recientemente leí uno que se llama El arte de no amargarse la vida y me pareció bastante útil, da muchas herramientas claras para dejar de lado los malos hábitos que nos hacen amargados (risas). a mí me gustó y ahora veo todo desde un plano más objetivo y menos receloso.”
Lola Ancira, escritora y editora, comparte: “Solo por el trabajo he leído varios de Osho. Me sorprendí, no son tan malos”. A esta respuesta un lector concordó con ella sobre lo interesante de la obra del líder sectario indio, a lo que ella agregó: “…Sí, las reflexiones y los pensamientos me parecieron acertados y objetivos, además de que cada libro busca una finalidad específica.”
Marifer Penilla, músico, dice: “Yo leí Las gafas de la felicidad de Rafael Santandreu –si cuenta como tal- Y fue buenísimo para mí. Creo fue el primero que he leído como tal y me ayudó mucho para cambiar para bien cierta perspectiva. Tiene muy buenas herramientas para aplicar a la vida. Me volví fan de él al instante. ¡Recomendadísimo!”
Berenice Ávalos, psicóloga, expresa: “En la universidad leí El caballero de la armadura oxidada. Me gustó bastante, algo diferente a lo que solía leer. He notado en mi corta carrera de psicóloga que los libros de superación personal son muy aceptados por los pacientes, les ayudan a avanzar en el proceso, supongo que por su misma ligereza, lenguaje coloquial y en ocasiones las anécdotas que en ellos se encuentran. Yo en lo personal los uso mucho con la mayoría de las personas que trabajo.”
Cruz Alberto González, historiador comparte: “Yo leí en mi adolescencia La fuerza de Sheccid. ¡Me encantó y me inspiró! Tiene una parte aburrida, donde el autor da explicaciones como psicoterapéuticas o explica cosas de la adolescencia; esa parte siempre me la saltaba, pero la historia del joven y su relación con esta chica me pareció chingona. La leí hace muchos años y no sé si me produzca el mismo efecto ahora. Pero de ahí pasé a otras lecturas. Por eso yo sostengo que <no hay peor libro que el que no se lee>, como le escuché decir a una de mis maestras. También pienso que es terriblemente desalentador y de mal gusto denostar a los lectores que frecuentan ese tipo de lecturas. Creo que para mí hubiera sido horrible si alguien me hubiera dicho, en ese tiempo, que el libro que tanto me ilusionaba leer cuando llegaba a casa, era una mierda, escrita por un tal Carlos Cuauhtémoc Sánchez.”
César Calmont, escritor, dice: “Todos los libros son de superación, hasta los del buen Bukowski. Sólo hay que encontrar el lado inspirador (que es la finalidad de los libros de superación). La diferencia, creo, es que los libros de superación te dan el mensaje masticado y digerido, mientras que en los otros, los que no pertenecen a ese género, el lector debe encontrar la parte inspiradora. Ciertamente he leído algunos: Actitud mental positiva, El hombre más rico de Babilonia, entre otros; y me han gustado. No obstante he encontrado más inspiración en otras obras más literarias como Papillon, El Conde de Montecristo, Los Miserables… Los cuales hablan de que no importa lo sumido que estés en el fango, siempre hay oportunidades de superarse y salir a flote.
Berta Muri, bailarina, expresa: “Un libro que aunque no es de superación personal pero que así se puede tomar y que recomiendo es El hombre en busca del sentido, de Viktor Frankl, padre de la logoterapia. Magnífico para mí. Leo últimamente a una escritora Caroline Myss, recomiendo Anatomía del espíritu. Leí más de diez de Paulo Coelho y no me avergüenza nada aunque creo son novelitas (risas)… Los humanos no sólo estamos hechos de estadísticas y cosas tangibles, habrá sucesos en los que si el espíritu no está templado, todo se desmorona. Es necesario crecer en todos los sentidos.
Tras leer las confesiones de estos lectores siento un poco de desahogo en cada uno, como si hubiésemos armado un grupo de confianza donde nadie se siente juzgado por tal o cual libro; atavismo que debemos romper porque mientras algo nos guste, nos haga sentir y se vuelva especial, no importa lo que piensen los demás. Y si creían que me iba a retirar sin decir si yo he leído libros de superación personal, están equivocados, he leído un montón. Luego les cuento cuáles.
