Las mujeres que protagonizan las pesadillas de ISIS
A sus cortos 21 años de edad, Zilan sufrió el abuso de dos exesposos y de sus familias, una vida “común” en una sociedad impregnada por el machismo. Hubiera continuado una vida similar de no ser porque sus antiguas parejas les quitaron a sus hijos; le habían quitado todo y sólo quedaba hacer una cosa: tomar un rifle y combatir al sistema que permitió su injusticia.
Zilan se unió a las Unidades Femeninas de Protección (o YPJ por sus siglas en kurdo), una organización militar que lucha por la defensa de la región del Kurdistán sirio. Ella es árabe, pero el grupo a raíz de la guerra civil en siria ha aceptado a cualquier mujer que busque crear un cambio, en una entrevista para Al-Monitor confirmó que en su tiempo combatiendo todo había cambiado: “Me siento respetada como mujer. Mi vida ahora tiene sentido”.
Las fuerzas femeninas
Las YPJ forman parte del grupo Unidades de Protección Popular, el brazo armado del Comité Supremo Kurdo del Kurdistán sirio. La organización nació como una división mixta, pero en 2013 cambió para ser exclusivo de mujeres, el grupo aseguró que en 2017 tenía en sus filas 24 mil mujeres.
Nesrin Abdullah, comandanta del grupo, resumió a la perfección la necesidad de la organización: “Hoy estamos en el implacable esfuerzo de liberar al oprimido, por lo que nos hemos extendido a Al-Raqa. Además, las YPJ se han convertido en la esperanza de protección de todas las mujeres en nuestras tierras. Creemos que siempre debe haber fuerzas de defensa populares de ambos sexos, no sólo militares; en una forma intelectual, psicológica y espiritual. Nosotras decimos: “Conózcanse y defiéndanse”.
Nesrin Abdullah
El grupo fue central en la batalla para controlar Kobani, al estimarse que aproximadamente el 40 % de las tropas kurdas que participaron en la operación eran mujeres. Importancia que se repitió en su papel para la comunidad Yazidi que estaba atrapada en el Monte Sinjar, Irak en 2014; liberación que evitó un genocidio a manos del Estado Islámico.
Más allá de la guerra
Lo que enamoró a la prensa occidental fue la historia romántica de un grupo de mujeres que combatía al grupo más radical del mundo. No obstante, el papel de las YPJ va más allá del mundo bélico. En un video de la organización, Azina, comandanta del grupo, aseguró que: “No sólo nos organizamos contra ISIS, sino contra las condiciones que nos fueron impuestas previamente por nuestra sociedad”.
Ese punto coincide con las relaciones que ha tenido la organización con la organización Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK por sus siglas en kurdo), cuyo líder, Abdullah Ocalan, defiende que “un país no puede ser libre a menos que sus mujeres sean libres” y que la libertad de cada estado se determina por los niveles de libertad que tienen las mujeres en la sociedad.
La lucha es contra del oprimido, sin importar el género, por lo que la batalla no finalizaría con la caída de ISIS. Como lo dice una de sus integrantes: “Como miembros del YPJ, nos dedicamos al crecimiento y lucha como mujeres revolucionarias, con coraje, honestidad, empatía e integridad a través de cualquier situación, tanto en el frente de batalla como en la vida diaria”.
Ellas no son las únicas ni son una novedad en la región, Dilar Dirik de Al Jazeera citó la historia de Kara Fatima, mujer que lideró un batallón de más de 700 hombres en la región, al hablar del grupo. Además las fuerzas de las Unidades de Protección Popular tienen una gran presencia de mujeres que luchan por acabar con el mal que acecha sus hogares.
Las batallas ideológicas
Su presencia en el conflicto altera las condiciones “normales” de la guerra. Ellas son conscientes que de ser capturadas serán violadas, torturadas y asesinadas. Esta cuestión hace que la lucha esté en el filo de una espada: entre una guerrera más o una combatiente suicida para evitar ser capturada; como lo fue Arin Mirkan, una militar que prefirió hacerse explotar antes de ser capturada con vida por ISIS.
Esto las podría colocar en una desventaja frente a sus rivales; pero las mismas creencias del enemigo juega contra ellos. Los miembros del Estados Islámico creen que uno de las mayores desgracias es ser abatidos por una mujer, debido a que al morir de esta manera no pueden entrar al paraíso. Convirtiendo a las guerreras en la peor pesadilla de ISIS.
En cualquier otro lugar Zilan habría sido una víctima más de un sistema que devora a sus hijas. No obstante, la lucha eterna que han tenido las mujeres kurdas le dio una oportunidad para tomar un rifle y cambiar el sangriento mundo que le rodea.
