La verdad desnuda

Por Arturo J. Flores

@arturoeleditor

En 1953, las mujeres empezaron a votar en México. Fue el mismo año en que Playboy se publicó por primera vez en Estados Unidos, con Marilyn Monroe en la portada. Las mujeres de ese país habían conquistado el sufragio apenas tres décadas antes, en 1920.

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Me pregunto si cuando se supo que una revista masculina mostraría fotografías de mujeres sin ropa, causó el mismo revuelo que cuando, sesenta y dos años más tarde, anunció que dejaría de hacerlo.

En aquel entonces no existían las redes sociales, pero en 2015 me tocó leer expresiones de auténtica indignación, enojo y desconcierto.

No puedo negar el orgullo que me provoca ser parte de una publicación que genera semejantes reacciones entre sus lectores.

Y no me cupo ni la menor duda: en 2015 que una revista masculina anuncie que colocará un poco más de ropa encima de sus modelos resulta tan escandaloso como lo fue en 1953 quitársela de encima.

Me he preguntado por qué.

Tal vez porque en 1953, en nuestro país las mujeres apenas pudieron votar, porque los homosexuales ejercían su sexualidad en la sombra y los negros y los blancos en Estados Unidos no gozaban de los mismos privilegios.

Hefner fue el primero en presentar fotografías de mujeres sin ropa en una publicación masiva, para beneplácito de los caballeros, aunque también para sacudir a una sociedad estancada en su absurda moralidad. Peleó por igual contra los prejuicios religiosos, primos hermanos de todo autoritarismo. Pero no terminó ahí: el dueño de Playboy se pronunció muchas veces a favor de la libertad sexual, de que cada quien se acostara con quien lo decidiera. Incluso, sacó de la cárcel a un hombre que tuvo sexo anal consensuado con su esposa.

El tipo había sido encerrado porque esta práctica iba contra la ley.

Y a sus programas televisivos, Playboy’s Penthouse y Playboy After Dark, Hefner invitó a jazzistas afroamericanos a pesar de la negativa de los canales.

Dijo un cibernauta que ahora hay más desnudos en redes sociales que en Playboy. Tal vez, y por eso se comprendió que era necesario reinventarse para conectar con un público a quien no le llama tanto la atención un a chica sin ropa en una revista. Una audiencia joven que vive su sexualidad sin prejuicios, sin conflictos de raza o de género.

En México pensamos que Playboy aún necesita de ese ingrediente erótico que tanto nos place. Todavía hay puritanismos a quienes incomodar y libertades que no se conquistan. Por eso, nos quedamos con el desnudo en nuestras páginas, porque un cuerpo bello al natural continúa siendo un arma cultural.

Pero nadie le quita a Playboy la conquista histórica de haber sido la primera revista masculina en presentar un desnudo… Y la primera en quitarlo.