La seducción es el arma de la espía rusa Maria Butina
Durante la Guerra Fría hubo pánico, Joseph McCarthy aseguró que en las instituciones estadounidenses se encontraban espías soviéticos que amenazaban con acabar con la democracia. Las sospechas provocaron una caza de brujas que afectó a toda persona que era “sospechosa” de ser comunista.
En realidad, el terror rojo no tenía muchas bases y más bien se trató en un movimiento político para acabar con la oposición del gobierno. La caída del Muro de Berlín y la Caída de la Unión Soviética significaron el fin de la Guerra Fría, pero recientemente un arresto ha puesto en duda si el conflicto en verdad terminó.
Hace algunos días, fiscales federales anunciaron el arresto de una mujer, Maria Butina, y la acusaron de tener constante contacto con agentes de inteligencia rusos, un funcionario ruso de alto nivel y un oligarca multimillonario cercano al Kremlin.
La infiltración inició una operación de 125 mil dólares para adentrarse a la Asociación Nacional del Rifle (NRA), uno de los grupos más poderosos de Estados Unidos gracias a su injerencia en la agenda del Partido Republicano.
La relación con la NRA fue central para su entrada a Estados Unidos, en dos ocasiones había solicitado una visa para atender a la reunión anual del grupo y en dos ocasiones la rechazaron. Sin embargo, en 2013 la asociación en pro de las armas llegó a Moscú para establecer conexiones con un grupo ruso similar, Butina asistió a la reunión y poco tiempo después obtuvo su visa.
Con permiso en mano, mintió para obtener una visa de estudiante y hacer un posgrado en la American University de Washington. Aparentemente, ofreció sexo a un estadounidense para obtener una visa de trabajo y en 2016 estableció una relación sentimental con un agente político republicano que le doblaba la edad, aparentemente Paul Erickson de 56 años. En privado lo despreciaba, pero era el precio de la información.
Ella formaría parte de otra aproximación del gobierno de Rusia para controlar la política estadounidense. Mientras hackers atacaban las computadoras y el correo electrónico de Hillary Clinton y el Partido Demócrata, Butina se encargaría de encantar al lado republicano para manipularlo. Su relación sentimental con un miembro del Partido Republicano y su influencia en la NRA serían muestras de estos objetivos.
Actualmente se encuentra acusada de conspiración y de fungir ilegalmente como agente del gobierno ruso. Las organizaciones implicadas han mantenido su silencio y Rusia ha negado cualquier relación, entre tanto la mujer que sedujo a Estados Unidos está esperando su veredicto.
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