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La responsabilidad de Bolsonaro en los incendios del Amazonas

Escrito por:Iván Montejo

Jair Bolsonaro acaba de afirmar que las Organizaciones No Gubernamentales provocaron los incendios forestales del Amazonas como represalia del recorte de recursos y con la intención de manchar la imagen de su gobierno. El presidente no ofreció ninguna prueba de su afirmación, se limitó a decir que su país no tenía la posibilidad de combatir en su totalidad las llamas.

Crónica de una tragedia anunciada

Desde su campaña electoral, Bolsonaro se presentó como una figura controversial. De inmediato fue llamado el “Trump brasileño”, por su tendencia a la extrema derecha, racismo y amor por las fake news, pero la comparación no era justa. Su contraparte estadounidense tiene algunas restricciones con respecto a algunas minorías (específicamente la comunidad LGBT+), límites que Bolsonaro no tiene.

 

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Su lema “¡Brasil por encima de todo!” no era gratuito, lo que Bolsonaro veía como “el bienestar de la nación” se ponderaría por encima de cualquier grupo, etnia,  tendencia y derecho humano, para sus seguidores, el país necesitaba una mano dura para colocarla por la senda del progreso y este político paulista era el elegido.

Buena parte del éxito de su régimen se basaría en el crecimiento de la economía, las arcas de un país no pueden crecer sin sacrificios y en el caso de Brasil los padecimientos los brindarían las minorías y el medio ambiente.

La producción de ganado y de madera estarían en el centro del progreso, actividades que necesitan de una “limpia” de la tierra. El presidente anunció que para preparar el terreno este año sería la temporada de la queimada, o quemada en español, con lo que se obtendrían zonas en las que se basaría la nueva economía brasileña.

 

 

Por si fuera poco, democraciaAbierta acaba de publicar documentos del gobierno brasileño que plantean habitar partes del Amazonas para  evitar proyectos de protección forestal. La información se encuentra en una presentación de Powerpoint a la que el medio tuvo acceso y se puede leer lo siguiente: “Hay que implementar el Calha Norte sobre la cuenca del Amazonas e integrarlo al resto del territorio nacional, para hacer frente a las presiones internacionales por la implantación del proyecto denominado “Triple A”. Para ello es necesaria la construcción de la hidroeléctrica del río Trombetas, el puente de Óbidos sobre el río Amazonas y la implementación de la carretera BR 163 hasta la frontera con Surinam”.

Los frutos del “progreso”

Los anuncios no quedaron en palabras, el Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE) reportó que en junio la tala en Brasil aumentó en un 88 % con respecto a los números del año pasado.

La tendencia aumentó las talas e incendios ilegales en una zona que ya estaba agonizando. El año pasado Sam Eaton realizó un reporte sobre la tribu Guajajara, un grupo del Amazonas que había tomado las armas para proteger su hogar.

Se llamaron “Guardianes del Bosque”, su tierra hasta la actualidad es protegida por las leyes, pero los papeles no importan cuando la madera y las tierras de pastoreo están en juego, en la selva el poder no se mide con letras, sino con rifles y machetes.

No obstante, las reservas y los indígenas no tienen lugar en un mundo globalizado que todavía ve al progreso como su máxima deidad, y menos con Bolsonaro al poder. Esos defensores de la selva son reaccionarios que no quieren ver avanzar al país, baches en un camino que llevará a Brasil al primer mundo.

Claudio da Silva, líder del grupo dijo: “Pero tenemos un corazón,  a veces también sentimos pena por los forasteros. Ellos han acabado con todo lo que tienen y ahora quieren acabar con lo que tenemos. Por ello seguiremos luchando, hasta que ya no suceda.”

Este mundo forastero que provocó los incendios respondió inmediatamente ante el alarmante incremento cuando presidente tomó acciones inmediatas: despidió al director de la INPE asegurando que sus datos eran incorrectos.

Los números conforman a casi 73 mil incendios entre enero y agosto de este año, frente a los 39 mil de todo el 2018, lo que demuestra que la situación no es convencional. Ya no se trata de un evento que preocupa únicamente a las entrañas de la selva, este lunes el sol de Sao Paulo fue cubierto por una oscura nube de humo y cenizas, una prueba más que la catástrofe no tiene precedentes.

 

 

La destrucción continuará con un líder de extrema derecha que está dispuesto a acabar con todo con tal de imponer su idea de Brasil; en el proceso potencias internacionales pedirán un cambio mientras mantienen sistemas políticos que propician las acciones de Bolsonaro. Historias que se seguirán repitiendo hasta que hayamos agotado el último recurso del planeta.