La concientización es el primer paso en la lucha contra la violencia de género
No se necesitan hipotéticos, ficciones o supuestos para demostrar las consecuencias de la violencia de género. Las letras rojas que constantemente reportan nuevos feminicidios son suficientes; muestran el asesinato de cientos de mujeres que viven en una realidad que las castiga únicamente por su género.
Desafortunadamente con cada hecho violento se unen a una estadística, dejan su forma humana para convertirse en un número; pero no son una cifra, son: María Trinidad Matus, Lesvy Berlín Rivera Osorio, Mara Castilla, Mariana Lima Buendía, Jessica Serrano, Susana Flores Martínez, Magda Beatriz García Rodríguez, Karla Marisol Valencia Yañez y más. Cada nombre fue una tragedia, la destrucción de un hogar, víctimas de un país donde la violencia de género es desdeñada e incluso omitida por las autoridades.
Sin importar si somos hombres, mujeres, etc., somos víctimas de asaltos, secuestros, robos y fuegos cruzados. No obstante, la violencia de género va más allá de estos hechos; está enfocada en un grupo que es visto como un inferior, una forma macabra de reafirmar el dominio del grupo “alfa”.
Los feminicidios y la violencia de género son hijos de una sociedad que tolera estas acciones, que culpa a las víctimas y que no tiene la capacidad de ver cuáles son los generadores de los hechos violentos. En esta realidad, una de las mejores armas es la visibilidad, o hacer explícitas las acciones que son las raíces de la terrible situación en la que nos encontramos.
Uno de estos esfuerzos es la campaña “Vámonos Respetando”, por el Grupo IMU que realiza un esfuerzo de concientización a través de sus muebles urbanos. Platicamos con Gerardo Cándano, Director General del grupo y nos comentó de los logros alcanzados tras un mes del inicio de este esfuerzo.
La primera edición reunió a personalidades de la talla de Rigoberta Menchú, Natalia Téllez y Paola Rojas. Gerardo Cándano nos comentó que además de continuar con la colaboración con voceras, se establecieron relaciones con aliados estratégicos como Fundación Origen, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia (CONAVIM) y México Unido Contra la Delincuencia.
Agregó que los resultados de la concientización y la nueva colaboración se pueden observar en la línea Háblalo —un apoyo psicológico, médico y legal accesible a cualquier persona que llame al 01800 422 5256 o entrar a su portal— que ha incrementado notablemente el número de llamadas atendidas.
Gerardo Cándano añadió que la experiencia de las voceras, entre las que están Danielle Dithurbide, Denise Dresser, Dulce María y Veronica Toussaint, ha sido positiva en las redes sociales, donde se pueden hacer explícitas las acciones que generan violencia pero son ocultas, ya sea por ignorancia o por falta de apoyo.
Los esfuerzos se incrementarán por medio de foros y pláticas en universidades que se anunciarán en un futuro, todo lo posible para hacer consciencia de que “la violencia inicia en la casa y se traslada a todos los ámbitos”, como lo afirmó el Director General del Grupo IMU.
La lucha para erradicar la violencia de género es dura, lo ideal sería que esta fuera la última edición de “Vámonos Respetando”, porque significaría el fin del problema. Sin embargo, campañas como esta son los primeros pasos para cambiar la terrible realidad a la que se enfrentan las mujeres de nuestro país.
