Influencer: El Hijo del Santo
Este mes se estrena en Cinemex el documental “El hombre detrás de la máscara”, que sirve para conmemorar cien años del natalicio de su padre, además su debut como luchador y heredero de la leyenda.
imagen cortesía.
1. Mi papá sabía que el Santo como personaje iba a morir, pero no quería que el personaje falleciera en las arenas de lucha libre. Primero dijo —aparece en el documental —que no quería que yo fuera luchador, pero lo que no deseaba es que lo hiciera sin antes estudiar una carrera. Por eso terminé Ciencias de la Comunicación. Pero mi papá siempre me inculcó el amor al deporte.
2.Espero que cuando yo ya no esté físicamente, el Santo, como leyenda, quede en manos de mi hijo.
3.La lucha es un deporte espectáculo, una terapia para aquellos que trabajan de lunes a viernes y quieren olvidarse de sus problemas un día, por lo menos. Además, le gusta a hombres y mujeres por igual.
4.Lo que ha mantenido al enmascarado de plata vigente es que ama la justicia, pero es humano y tiene problemas de humano y se sobrepone a ellos. Yo he intentado ser congruente con el legado que me dejó mi padre, tanto como con el personaje como en mi vida personal. Además, es cercano a las personas. Por eso es un influencer.
5.El Santo es un personaje de carne y hueso. Si un día me duele la espalda, puedes ver en mis redes cómo me voy a checar con el doctor. Sufro como cualquiera de ustedes.
6.En el documental hay momentos dolorosos, como la muerte de mi mamá o de mi papá. Cuando me bloquearon las empresas en México y no me dejaron luchar con su gente. Tuve que emigrar a Europa para abrirme camino. En ese sentido, tomar terapia me sirvió mucho para no tener que hablar de estas cosas con un nudo en la garganta.
7.La máscara es sexy. Las mujeres son curiosas y quieren saber lo que hay debajo de la máscara. Me preguntan si me da calor o si mi piel se maltrata por utilizarla. El Santo en el cine no sólo fue un superhéroe, sino un galán. Las mujeres más bellas del mundo querían con él, pero él nunca tenía tiempo porque se la pasaba luchando contra el mal.
