Green piece: sobrantes de comida salvarán al planeta
Quizá recuerdes a tu mamá diciéndote: “cómete todo, aquí nada se desperdicia”. Pero lo cierto es que los mexicanos, como muchos otros habitantes en el mundo, nos morimos de hambre en muchas zonas del país, pero tiramos la comida en los entornos urbanos. “Existen dos datos fuertes sobre el desperdicio de comida en México al año: La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reveló que más del
37 % de lo que se produce en el país se pierde o se despilfarra”. Si quieres imaginarlo, “el desperdicio de alimentos en México equivale a siete estadios de futbol u 800 mil toneladas de pan, 400 albercas olímpicas o más de mil millones de litros de leche”.
La situación es de urgencia, según nos cuentan Christian Wimmler, fundador, y Edgar Paulino, gerente de Operaciones en México de FairMeals, una plataforma digital que inició en Portugal y Alemania, y ha llegado a México para que la gente pruebe comidas deliciosas de pequeños restaurantes a precios accesibles y, de paso, combatir el desperdicio de miles de toneladas de alimentos que terminan en vertederos de nuestro país.
Y es que la realidad del desperdicio es para quitarnos el antojo. La Comisión para la cooperación ambiental CCA menciona en el artículo Cuánta comida se desperdicia en México al año, de la revista National Geographic, que en México se desperdician anualmente 28 millones de toneladas en alimentos; un problema que representa dinero perdido para empresas, hogares y gobiernos, a la vez que agrava la inseguridad alimentaria.
Comiendo sobrantes
Los mexicanos han aceptado bien el consumo de una comida de excedentes o “sobrantes” de buenos restaurantes, pues saben que la comida no debe desperdiciarse, pero el gran reto de iniciativas como FairMeals es explicar su modelo de entrega pick up, ya que “la personas que compran comida por una app están acostumbradas a un servicio delivery, pero el costo de este servicio es caro. Con FairMeals el proceso es apartar la oferta, recogerla en el restaurante y pagar al momento para poder aprovechar totalmente nuestros descuentos de hasta un 70 %”.
Unos cuantos pasos que pueden empezar a cambiar un panorama crítico, donde se ligan la precariedad económica, la mala distribución alimentaria, el escaso tiempo para cocinar de los citadinos y el deterioro ambiental. Quienes se acerquen a iniciativas como FairMeals, pueden estar tranquilos sobre la calidad, higiene y frescura de los productos con que los negocios gastronómicos asociados a la plataforma elaboran sus comidas.
“Al momento de anunciar comida, cada restaurante coloca el rango de horario máximo de cuatro horas, la disponibilidad de las ofertas para tener un control y asegurar que la comida se encuentra en buen estado. Para comprobar que los restaurantes cumplan con estas normas de calidad y frescura, en cada visita a un nuevo socio FairMeals firmamos un acuerdo comercial que especifica las responsabilidades del restaurante y las nuestras”.
Need and trend
Las cifras son alarmantes también desde nuestro vecino amurallado del Norte. Un estudio reciente del US Natural Resource Defense Council en Estados Unidos declaró que casi un 40 % de los alimentos que se cultivan globalmente acaban sin ser comidos en rellenos sanitarios.
Se trata de un problema de desigualdad y mala distribución alimentaria que permea a la población del planeta con hambre y carencias; pero además incrementa la contaminación con desechos que afectan destructivamente a nuestra atmósfera 25 veces más que el CO2. Así lo observan desde San Diego, Estados Unidos, Whit Rigali y Samuel Chereskin, creadores de Misadventure Vodka, un destilado alcohólico que se realiza con productos horneados, por ejemplo, twinkies o baguettes, que no se vendieron en el súper. Rigali y Chereskin obtienen los insumos de un banco de alimentos antes de que los descarten, y así contribuyen a la sustentabilidad y a disminuir el desperdicio de comida, mientras hacen una bebida para convivir con amigos que nos alegra el día y no daña el medio ambiente.
Rigali analiza la situación: “Somos parte de un movimiento creciente de consumidores que está afectando a cada industria. Como mucha gente sabe, el planeta se dirige a un cataclismo ambiental si no hacemos cambios grandes ahora. El negocio tradicional no será suficiente para lograr los cambios que necesitamos. Organizaciones como Refed.org están haciendo un gran trabajo mostrándole a los consumidores que necesitamos mirar más profundamente cómo se hacen, se empacan, se transforman y se desechan sus productos. Las generaciones más jóvenes están exigiendo acciones y un cambio del gobierno y del negocio”.
Un lunch sustentable
Los proyectos Eco-friendly en el sector de la comida buscan herramientas digitales intuitivas y fáciles de usar que se adapten a las personas en el presente y se utilicen constantemente desde las apps en nuestros celulares, generando un impacto ambiental positivo por parte de los consumidores.
De vuelta en México, FairMeals se ha asociado con negocios pequeños y nuevos que buscan controlar mejor los ingredientes que ocupan con cada platillo diariamente. “Entienden que nuestra app es una alternativa de solución para pérdidas económicas y el desperdicio de alimentos. En cuanto a nuestros clientes, entendemos que son personas que tienen acceso a un dispositivo móvil, que les gusta aprovechar ofertas o que no tienen el tiempo suficiente para poder cocinar”, explican Wimmler y Paulino.
Así, la app colabora hasta el momento con 90 restaurantes en la Ciudad de México que anuncian diariamente ofertas de platillos bastante diversos, por ejemplo, una comida completa (bebida, sopa, plato fuerte), platillos para compartir (pizzas o paquetes de hamburguesas con una bebida), y ofertas más ligeras como postres o jugos.
Y es que la clave para iniciativas sustentables como FairMeals o Misadventure Vodka en estos tiempos globalizados y competitivos, pasa por el equilibrio adecuado entre la oferta, el discurso y el producto. No sólo aprovecharse de una leyenda trendy, sino brindar un producto accesible para un mercado que puede pensar en el “go green” como la más reciente moda para sacarnos dinero.
“Nos distinguimos de otras compañías de sustentabilidad porque no tenemos que pedirle a la gente que sacrifique la calidad o pague un precio altísimo en nombre del ambientalismo. No tendríamos por qué hacer esa elección, ésta es la forma como las cosas deberían ser”, concluye Whit Rigali.
