Enfermeras, colegialas y policías; ¿cuál es el origen de los disfraces sensuales?
Pensamos en Halloween como una noche para aterrarnos, para hacer frente a esa extraña atracción que tenemos hacia lo desconocido, a lo que no podemos explicar y que nos aterra. Antiguamente se creía que era una noche donde los muertos podían cruzar a nuestro mundo; pero en la actualidad es una festividad donde la sexualidad cruza toda barrera.
Los disfraces sensuales invaden las calles y las fiestas, cualquier cosa puede tener su versión sexy, desde un ratón, hasta una langosta y Donald Trump. Parece que muchas mujeres toman a Halloween como el pretexto perfecto para mostrar su sexualidad, aparentemente es una muestra de la frivolidad estadounidense; pero en realidad disfraces están más ligados al origen del Halloween moderno.
El nacimiento de la noche
Halloween tuvo sus orígenes en la antigua festividad celta, Samhain, que marcaba el fin de las cosechas y el inicio del invierno. El fin de la época de la cosecha implicaba que los animales ya no podían pastorear y algunos eran sacrificados en fogatas, que tenían implicaciones espirituales. Era una fecha en la que se cruzaba una barrera, terminaba una estación para dar origen a otra, aspecto que también afectaba al plano espiritual: los muertos podían atravesar más fácilmente al mundo de los vivos y viceversa.
Cuando llegaron los cristianos a Irlanda fusionaron al Samhain con el Día de Todos los Santos ( All Hallow’s Day en inglés), la nueva festividad adoptó el nombre de la celebración cristiana (Hallow, o santo) y se convirtió en Halloween.
En Escocia la tradición adoptó la forma que se mantiene en nuestros días: guising era un término escocés que refería a la tradición de pedir regalos con un disfraz. Los primeros migrantes de esta zona comenzaron a llegar a Estados Unidos a principios del siglo XX y con ellos llegó a América la celebración.
En la época había una fascinación por la escocia rural y el poema Robert Burns “Halloween” popularizó la celebración. Era un día donde las personas podían derrumbar los límites de lo “normal”, cuando se abrazaban los miedos y se celebraban los disfraces de terribles seres.
Trucos macabros
“Dulce o truco” en la actualidad parece una muletilla, pero anteriormente era una advertencia. Los trucos eran el terror de la ciudad, actos vandálicos que movilizaban cada año a la policía e incluso en 1934 destruyeron buena parte de la Feria Internacional de Chicago.
Por esta razón, en 1950 el senado aprobó una norma que recomendaba renombrar al Halloween como “Día de honor de la juventud”, todo con la intensión que los jóvenes juraran no destruir propiedades a cambio de boletos para una fiesta o un baile.
Halloween, con la regulación, dejó de ser una celebración donde participaban los adultos y fue exclusiva para los niños; pero las estructuras están hechas para destruirse y llegó una revolución que lo cambiaría todo.
La revolución sexual
En la década de los setenta hubo una explosión sexual, los jóvenes no querían formar familias y buscaban explorar su libertad por todos los medios posibles. Este sentimiento se filtró por todos los aspectos de la vida estadounidense y encontró en la noche de brujas un hogar perfecto.
El Halloween era ideal: era una celebración donde las personas se atrevían a retar los límites de lo normal. Según Priceonomics, La comunidad LGBT no se tardó en adoptar esta esencia y en calle East 9th de Nueva York, durante una noche de brujas, se organizó por primera vez un desfile para celebrar la diversidad. Los protagonistas se vestían con prendas del otro sexo y celebraban su sexualidad, se trataba de una fecha para derrumbar las barreras morales y en aquel caso esos muros eran sexuales.
Cualquiera podía vestirse de la manera que fuera y actuar en la forma que quisiera sin asumir las consecuencias de identificarse como homosexual, simplemente estaban siguiendo el espíritu de la noche de brujas. Los eventos eran espectaculares, se replicaron en otras ciudades y personas heterosexuales comenzaron a asistir. Dejaron de ser una actividad exclusiva de la comunidad LGBT y se volvieron celebraciones que representaban a la perfección la esencia del Halloween.
Sensualidad y Halloween
La comunidad LGBT vio en el Halloween una forma de expresar la sexualidad que por tanto tiempo había sido ocultada. Este sentimiento se trasladó al resto de la sociedad y se convirtió en la única noche, como dijo la ilustre Cady Heron: “En el mundo de las chicas es la noche que te vistes de prostituta sin que las demás te digan nada.”
Esta celebración hizo una industria de la celebración, en 1978 se abrió la primera tienda de disfraces en estados unidos, por un mago que era contratado por Sears para animar sus fiestas corporativas. Fue el primer intento de monetizar la naciente moda que estaba surgiendo en los barrios bajos de Nueva York, pero con el tiempo se convirtió en un monstruo de 8 mil millones de dólares anuales. Los disfraces sensuales habían nacido.
