Compartir
Suscríbete al NEWSLETTER

¿En qué pienso cuando dicen “Mundial”?

Por: Carlos Guerrero Warrior 07 Jun 2018
Con experiencia en coberturas mundialistas desde Alemania 2006, nuestro colaborador alista las maletas a Rusia 2018 con una columna con sabor a nostalgia e ilusión futbolera
¿En qué pienso cuando dicen “Mundial”?

En que ya no falta nada. En que mientras escribo estas líneas en la recámara, aparecen a mi derecha, justo al lado del televisor, un par de maletas que aguardan sigilosas el momento en que las colme, sabedoras de que han sido las elegidas para llevar en ellas ilusión y entre cada prenda, esfuerzo, mucho esfuerzo.

Aún reviso fotografías de Brasil 2014 y no comprendo a dónde demonios se fueron tan rápido los cuatro años que separan a un Mundial del otro. Siento que el “Maracaná”, que Río de Janeiro, que el gol de Gio a Holanda y que la Alemania campeona fueron ayer… y resulta que Rusia 2018 ya es prácticamente mañana.

Cuando dicen “Mundial” pienso irremediablemente en el 2006. El primero que cubrí y el que me llevó por primera vez a Europa a mis 26 años. Pienso en lo mucho que disfruté Alemania. Lo recorrí entre el sonido de sus interminables vías de tren y pude, entre silbatazos, balones y fervor, conocer el primer mundo desde un balcón de privilegio. Narré al anfitrión en su mundo bávaro, en su joya arquitectónica, el Allianz Arena, que en aquellos años lucía —al menos para mis ojos que habían visto tan poco— como nave espacial sacada de un relato de Orson Welles.

Pienso también en Sudáfrica 2010 y en el estado de shock que me causaron los primeros días cuando sentía que por los retrasos en todas las obras, el Mundial no iba a comenzar. Recuerdo las largas filas en los supermercados que no sólo tenían poco personal, sino también escasa oferta. Pienso en la sonrisa de su gente, en la amabilidad de un pueblo que sufrió tanto y que por fin, abrazados a la libertad, pudo cantarle al mundo con una pelota como pretexto infalible.

Cierro los ojos y puedo rememorar el gol de Javier Hernández a Francia en la gélida Polokwane. Nunca había sentido tanto frío en mi vida y ahí, con los pies bien clavados al césped, detrás de la portería donde “Chicharito” movió las redes, grité silenciosamente mientras celebraban frente a mí. Sin duda, otro sitio de privilegio por el que miles hubieran pagado una fortuna.

Ahora Rusia 2018. ¡Qué rápido! Lo veía tan, pero tan lejano cuando se dio el anuncio oficial. Aquel día me imaginé en una solemne pero mágica inauguración con música de Tchaikovsky, con el Concierto para violín en Re Mayor, Op. 35. Mi obra favorita. Tristemente escrita por el músico ruso en uno de sus momentos de mayor depresión.

 

¿En qué pienso cuando dicen “Mundial”? 0

 

No tengo idea si Rusia nos hechizará con su cultura, con su folclor, su colorido o si nos impondrá con su historia, pero de algo estoy seguro, será el último gran Mundial. Todo lo que vendrá después, cambiará radicalmente a la justa como la hemos conocido desde su origen en 1930. Llegarán más equipos, cambiarán los formatos de competencia y aparecerán las sedes compartidas entre tres países para soportar el gasto.

Pero mientras llega esa nueva era, no puedo dejar de emocionarme cuando pienso en la palabra “Mundial”. Y pienso en todos aquellos que siempre han anhelado como ninguna otra cosa el asistir a una Copa del Mundo y a quienes por distintas razones, el destino no les ha otorgado un pase de abordar para consumar el sueño. Pienso en los que ahorraron dos, o tres, o hasta cuatro años para llegar hasta el país más extenso del orbe y que por presupuesto, sólo alcanzarán un Arabia Saudita vs Egipto y no un partido de México en Rostov o Ekaterimburgo.

Pienso en los que convierten su casa o la oficina en un estadio de futbol. En los que no duermen la noche anterior al debut de la Selección Mexicana por tanto nerviosismo. En los padres que faltan al trabajo por ver el juego junto a su hijo abrazados por una bufanda. En las generaciones enteras que pegan calcomanías.

Pienso en los que viajan de última hora. En los que reciben una sorpresa que les cambia la vida y en los que prendieron veladoras para ganar alguna promoción. Pienso en esa particular fe futbolera que viaja en un mismo vagón y pienso en el tremendo lío en que ponen a Dios, puesto que todos los que compiten le piden lo mismo. Pienso en los que nunca han ido y en los que quizá ya nunca irán. En los que se hicieron viejos de tanto imaginar y los que aún son demasiado jóvenes para aventurar.

Debo comenzar a hacer la maleta y pienso por dónde empezar. Doblo las camisas, lustro los zapatos, calculo los días y lo hago con una sensación de nostalgia y satisfacción, de emoción e ilusión. Me tumbo en la cama y escucho a Tchaikovsky. Sus heroicas notas me enchinan la piel. Señal inequívoca de que debo partir.

Este video te puede interesar

Te recomendamos
Foto perfil de Carlos Guerrero Warrior
Carlos Guerrero Warrior carlos.guerrero
Descarga GRATIS Calendario Revive el Poder 2024
Calendario
Descarga AQUÍ nuestro especial CALENDARIO REVIVE EL PODER 2024.
Suscríbete al Newsletter
¡SUSCRÍBETE!
¿QUÉ TEMA TE INTERESA?