“El día que me agarren, me van a hacer sufrir” : Padre Solalinde
Por Arturo J.Flores
@ArturoElEditor
Fotos de Miguel A. Manrique
@mann_fotógrafo
PLAYBOY: Transmitir fe en un país que ofrece todo tipo de razones para perderla no suena como el mejor trabajo del mundo.
SOLALINDE: Pero cuando hay más opacidad, debe haber más fe. Nos da esperanza.
PLAYBOY: ¿No le gustaría tener menos trabajo?
SOLALINDE: (Risas) Me encantaría y también soñar un poco. Por ejemplo, con que tenemos un gobierno responsable, instituciones al servicio de la gente, cero impunidad y corrupción.
PLAYBOY: ¿Qué tal unas vacaciones? ¿Cada cuándo procura darse unas?
SOLALINDE: Casi nunca. Teóricamente tengo un día de descanso a la semana, pero ante la demanda de mis asuntos casi nunca lo tomo. Aunque también estoy consciente de que no soy Dios, sino un hombre de 70, casi 71 años, que no puede ayudar a todas las causas que quiere. Por eso me quedo con los migrantes. Mientras pueda apuntalar sus derechos, ahí estaré.
PLAYBOY: ¿Cuándo fue la última vez que se obsequió una hora para usted?
SOLALINDE: De vez en cuando me las regalo. ¿Sabes cuál es mi hobby? El silencio y la soledad. Solito produzco mucho. Hago oración, leo y escribo. Estoy por publicar un libro que, espero, ofrezca un poco de alivio a esta sociedad tan agobiada por la violencia. También me gusta mucho la música. Escuchar a Il Divo y a Sara Brightman me relaja bastante.
PLAYBOY: ¿Cómo se llamará ese libro?
SOLALINDE: El reino de Dios, replanteamiento total de la vida. Porque al reino de Dios no lo veo como algo dogmático ni doctrinal. No soy teólogo, esto es una reflexión que he hecho por más de 20 años y una lectura de los signos que Jesús nos da. Hablaré de cosas concretas, de la historia local contemporánea.
PLAYBOY: A propósito de esos signos, hace poco tuiteó: “Jesús, líbranos de los malos gobernantes”. ¿No podría decir Jesús: “oigan, pero yo no los puse ahí”?
SOLALINDE: Efectivamente y te agradezco que reivindiques la inocencia de Dios. Él no los puso ahí. Los que están en el gobierno son personas bautizadas, consagradas para hacer el bien en el reino de Dios. Pero se han ido por otro lado, en busca del dinero y los demonios, y no me refiero a los demonios de colita, cuernitos y que huelen a azufre, sino a los demonios de la ambición y las traiciones políticas. Por eso le pido a Jesús que nos siga dando su gracia, que nos libere de esos malos gobiernos. ¿Y cuándo sucederá? Cuando resurja la sociedad civil, cuando se nos quite el miedo, cuando las mujeres estén seguras de que ellas solitas, junto con los jóvenes, pueden cambiar a México.
PLAYBOY: ¿A través de las armas?
SOLALINDE: No, eso no. La violencia no se combate con más violencia. Guatemala nos dio una gran lección en ese sentido. Sin disparar armas, pero con mucha inteligencia. Cuando se organiza la sociedad pueden cambiar las cosas. ¿Para qué recurrir a las armas? En 2018 habrá sorpresas, estoy seguro.
“HUBO PERSONAS DE LA JERARQUÍA QUE ME RECLAMARON: ‘¿CÓMO ES POSIBLE QUE UN SACERDOTE APAREZCA EN PLAYBOY?’, PERO YO LES RESPONDÍ: ‘JESÚS NOS MANDÓ A EVANGELIZAR EN TODOS LOS RINCONES DE LA TIERRA, ¿Y POR QUÉ NO EN EL RINCONCITO DE PLAYBOY?’”
PLAYBOY: También ha dicho que en 2018 llegará un plazo fatal.
SOLALINDE: Y lo sostengo. Calculo que la resistencia de la sociedad civil llegará en el año 2018. Sobre todo si las mujeres y los jóvenes se ponen las pilas. La democracia también es un derecho humano. Yo creo en el Dios de los derechos humanos. Necesitamos hacer un frente común para que la persona que esté mejor posicionada en 2017, hombre o mujer y ojalá sea mujer, cuente con todo nuestro apoyo.
PLAYBOY: ¿Sin importar de qué partido?
SOLALINDE: No estoy hablando de partidos, pero el único partido que no se ha embarrado de los pactos es Morena, aunque Morena todavía está por verse. Ha cometido errores por integrar a los chapulines de otros partidos. Políticos viejos y reciclados. Hipotéticamente, si López Obrador quisiera ser el mero mero para 2018, pero en las encuestas no fuera el favorecido, tal vez tu- viéramos que pedirle que declinara a favor de otra persona con tal de ganar.
PLAYBOY: Pero no veo a López Obrador muy dispuesto a declinar una candidatura presidencial…
SOLALINDE: Hay milagros, hay milagros (risas)…
PLAYBOY: Tampoco veo a este gobierno muy preocupado por garantizar nuestros derechos humanos.
SOLALINDE: No tiene por qué procurar- los. Los derechos humanos nacieron como una herramienta de defensa hacia los abusos del Estado. Por eso hay que exigírselos. En la Encíclica del Papa Francisco, Laudatosi, vienen cosas tan fuertes como ésta: “si un gobierno es corrupto —nada más faltó que dijera como el de México— las ong’s y la sociedad civil deben organizarse para exigir los cambios”. ¡Y lo dice varias veces!
PLAYBOY: Lo que sí está sucediendo es que ya contamos con uniones entre personas del mismo sexo, interrupción legal del embarazo y un camino hacia la regulación en el consumo de drogas. Para muchas personas esto es sinóni- mo de un mejor gobierno, pero para la Iglesia son medidas negativas. ¿Usted qué piensa?
SOLALINDE: Que se debe respetar la diversidad. Yo no veo que la nuestra sea una sociedad uniformada a la que se pueda controlar. Eso ya pasó. Todos merecemos respeto. A lo mejor no compartimos puntos de vista, pero tampoco es optativo respetar las decisiones de los otros. Ya lo dijo el Papa Francisco: “yo no estoy para juzgar a nadie”.
PLAYBOY: Particularmente la interrupción del embarazo, dice la Iglesia, viola uno de los mandamientos de la Ley de Dios. SOLALINDE: Es cuestión de conciencia. Cada persona lo tiene que decidir y si decide hacerlo, será responsable de ello. Lo malo es que unos tomen decisiones sobre otras personas. Yo no permitiría que nadie tomara una decisión en mi vida que fuera contra mi conciencia.
PLAYBOY: ¿Cómo transcurre un día en el Albergue Hermanos en el Camino? SOLALINDE: La gente se levanta por la mañana, hace oración, se asea, lava su ropa y desayuna. Tenemos una sala de cómputo para quien quiera ver internet, una biblioteca y hay mucha actividad de oficina para los que intentan regularizar sus documentos. Practican deporte y también hay peleas, de vez en cuando. Hay que entender que los migrantes son personas muy lastimadas. Cuando existen roces, tratamos de solucionarlos. Podemos exhibirles una película o de vez en cuando organizarles un baile, alguna actividad lúdica para relajarlos. Hay quienes nos acompañan a recoger las ver- duras y frutas que nos regalan, porque el albergue vive de donativos prácticos. El único donativo en efectivo es el de mi familia, 15 mil pesos mensuales.
PLAYBOY: Es usted una persona muy mediática, padre, ¿por qué no aprovechar eso para atraer más donativos?
SOLALINDE: Porque no soy un sacerdote que pide. Te voy a decir algo y aquí está mi secretaria para avalarlo. ¿Sabes cuánto tengo hoy día en mi cuenta de banco? Aquí traigo el voucher: 60 pesitos, porque no necesito dinero. Soy el hombre más rico del mundo: tengo casa, comida, amigos y nunca me falta nada. Yo no soy sacerdote para sacar dinero. Si alguien llega al albergue y me dice: “Padre, lo quiero ayudar”, lo remito con la hermana Lupita. Ella es la apoderada legal para manejar el dinero. Yo no quiero saber nada del negocio.
PLAYBOY: ¿Llegan muchos políticos al albergue para tomarse la foto?
SOLALINDE: Varios, desde Subsecretarios de Gobernación, Gobernadores y Encargados de Migración. Yo soy un hombre público y me puedo tomar la foto con quien sea, porque no distingo quién es quién. Puedo tomarme la foto con un narcotraficante, con quien sea. Hasta con Salinas de Gortari. Soy un pastor y no me reservo a nadie.
PLAYBOY: En nuestra conversación anterior dijo que hasta un “Zeta” puede aspirar a ser un santo.
SOLALINDE: Ahora te digo que hasta un político del grupo Atlacomulco podría ser un santo… Si quisiera.
PLAYBOY: ¿Si se arrepiente?
SOLALINDE: Sí, de su corrupción, y si endereza su vida. La santidad no significa perfección, sino irnos pareciendo a Dios en su forma de amar. Si amas como Dios, aunque sean sólo destellos, tendrás destellos de santidad. Yo digo grupo Atlacomulco o digo PRI, pero no son todos. También hay gente buena, pero no ha tenido el valor de definirse. Tiene miedo a perder la chamba.
PLAYBOY: ¿Y entre los criminales? ¿Se han arrepentido?
SOLALINDE: (Suspira) Sí, conmigo han llegado sicarios, niños sicarios u hombres que han asesinado a muchas personas. El que más mató fue a 17. Me pareció importan- te platicar con él, descubrir qué pasó den- tro de él, por qué lo hizo y por qué había empezado a cambiar. Esa persona ya mu- rió, pero antes de morir llegaron a dolerle las muertes que provocó. Pensé que nunca sería así, pero sucedió.
PLAYBOY: Hay narcotraficantes que han hecho cosas a favor de las comunidades, independientemente de las muertes que provocan.
SOLALINDE: Porque hay de narcotraficantes a narcotraficantes. Algunos son ojeras, muy “hojalitos”. Sacan su negocio y fastidian a la gente. Es el caso de “Los Zetas”, que nunca se preocuparon por hacer cosas buenas. Hay otros, y no es que haga comparaciones, pero existen cárteles que tienen su base social. Hacen más por la gente que el propio gobierno. Cuidan a las personas. Pero en una vida como esa la ética es escasa, su vida es efímera. Muy pronto mueren o los matan. ¿Vale la pena tener tanto dinero pero teniendo una vida tan corta? Un día platiqué con dos zetas que habían asaltando a unos guatemaltecos. Le dije a uno de ellos: ¿no has pensado en ti? En la mañana te vi aquí, no has ido ni a asearte. ¿Tienes familia? Y sí, era padre de dos niñitas. ¿No te gustaría vivir en paz aun- que ganes menos?, le pregunté. Con este ritmo no creo que sobrevivas más de dos años de vida. Pues a los dos meses lo mataron. Me dio mucha pena por él, por su es- posa y por sus hijas.
PLAYBOY: ¿Quién tiene la culpa?
SOLALINDE: Todos, pero la primera responsable, y lo siento, es la Iglesia Católica. No hablaré de la universal, sino de la de México. Jesús no la mandó para poner tienditas de artículos religiosos, para administrar chan- garros. La mandó para ser misionera y construir el reino de Dios. A ver, hagamos una en- cuesta entre la gente católica para ver si conoce el reino de Dios. Los primeros que no hemos sembrados valores, que no evangelizamos, que no estamos con la gente pobre somos nosotros: la jerarquía católica. ¡Hace falta que la Iglesia Católica se ponga las pilas! La semana que entra comienza la asamblea de arzobispos (en noviembre) y me pregunto, ¿se reúnen para tratar la visita del Papa… Y el pueblo? Ése pueden esperar. El 12 de febrero saldremos del compromiso y lo demás vendrá después. La alta jerarquía vive una vida convencional y el país está que arde.
PLAYBOY: ¿Qué le diría usted al Papa?
SOLALINDE: Que entiendo su lucha. Está esforzándose por apegarse al Evangelio contra las estructuras que el poder y el dinero generan. Que no desmaye. Al pobre Papa Francisco le tocó bailar con la más fea.
PLAYBOY: Tampoco ha de ser fácil liderar un Estado tan rico.
SOLALINDE: A lo mejor ya no es tan rico, a lo mejor tiene deudas. A lo mejor tiene cosas que no necesita. Si yo fuera Papa, declararía al Continente Americano en estado de misión. Invertiría el dinerito que se usa en cosas innecesarias en hacer evangelización, en fomentar esos valores que a la larga generan consciencia.
PLAYBOY. Aunque sobre usted penden muchas amenazas no lo vería viajando en un vehículo blindado.
SOLALINDE: No soy nada paranoico, vivo muy tranquilo. Mi vida está en manos de Dios. Sé que el día en que me agarren no me van a matar de un tiro, se van a desquitar. Me van a hacer sufrir lentamente. Pero aún así, valdrá la pena no haberme echado para atrás.
PLAYBOY: Habla muy fuerte de la Iglesia, ¿cómo se lleva con sus colegas?
SOLALINDE: He recibido expresiones de solidaridad suyas. Habrá quienes no estén de acuerdo conmigo y está bien. Nuestra Iglesia es un poliedro. Hay quienes viven muy cómodos y se incomodan con mis palabras. Un día un alto dignatario me dijo: “Entiendo lo que dices y tienes razón, pero ya me acostumbré a la comodidad y no voy a cambiar”. Lo entendí, tan amigos como siempre. No tengo nada contra nadie. Pero tampoco se vale estar tan tranquilos en un México emergente como éste.
PLAYBOY: De haberse aprobado la Ley Fayad, a usted lo habrían detenido por las cosas que tuitea.
SOLALINDE: Tampoco me da miedo ir a la cárcel. Sé que vivimos en un Estado represor. Si ése el precio por ser fiel a mi con- ciencia, lo pago por adelantado.
PLAYBOY: Leí que hasta 90,000 migrantes por año atiende Hermanos en el Camino, ¿cómo puede asimilar tantas historias y tan crudas?
SOLALINDE: No puedo escucharlas todas, pero mi equipo me ayuda. A veces lloro de rabia. Le dije a Jesús: “no puedo, necesito ver signos de justicia en medio de esta corrupción”. Otras veces me dosifico. Me retiro, me voy a un lugar en silencio y apago la luz. Así me relajo. Algunas noches termino muy mal, pero a la mañana siguiente estoy como nuevo. ¡Y no me meto nada (risas)! Ni medicinas tomo. Ésa es obra de Dios. Soy muy sano. No tengo azúcar ni colesterol, mi corazón está muy bien. Como de todo y ando de una altitud a otra y tampoco soy hipertenso. Pero mira, un día estaba con las Católicas por el Derecho a Decidir oyendo los relatos de padres de chicas desaparecidas; tuve que pretextar que iba al baño para salirme tantito. Era demasiado. Me repugna lo que pasa porque yo apuesto por cuidar la vida, no por destruir- la. Eso va contra la lógica.
PLAYBOY: ¿El hombre es bueno?
SOLALINDE: Es bueno por naturaleza por- que viene de las manos de Dios, pero hay factores que lo envilecen. Jesús decía que si conocíamos la verdad seríamos libres, pero yo veo una sociedad muy esclavizada.
PLAYBOY: Usted es Presidente de la Co- misión de la Verdad, pero en México nadie parece decir la verdad.
SOLALINDE: Pocas personas. Pero hay que buscar la verdad porque de la verdad viene la justicia; de la justicia la reparación del daño y de ahí, una nueva consciencia. Para no repetir los mismos errores.
PLAYBOY: De Ayotzinapa parece que cada quien tiene una verdad distinta.
SOLALINDE: Ayotzinapa es una herida que no superaré mientras viva. Ayotzinapa es un parteaguas. Estoy con los familiares de personas desaparecidas y ellos, aunque no son los únicos, sí representan la más obvia, cínica y descarada desaparición. No podemos tolerarla. En ella se mezcló el narcotráfico, la corrupción política y la colusión de varias corporaciones. Todo contra unos jóvenes, muy pobres, campesinos, que con sacrificios estaban luchando por convertirse en maestros cuando el sistema los aplastó y el gobierno los destruyó.
PLAYBOY: ¿Ha vuelto a la Normal? SOLALINDE: No, no he regresado. Pero quiero aclarar que no me trataron mal. Nunca me corrieron ni me retuvieron. Al contrario, tuve un diálogo de casi dos horas con más de 70 personas. Me dolió mucho pero sirvió muchísimo ir. Y no fui por mis pistolas, me invitaron cuatro padres de familia y un joven del comité de alumnos. Me pidieron tres cosas que cumplí: que pasara esta noticia a los medios internacionales porque el gobierno quería callarla. Dos, que hubiera protección para ellos. Y tres, que se manejara una tecnología de punta para encontrar a los muchachos. Lo que me tocaba a mí lo transmití. Lo demás lo dejé en manos del Estado.
PLAYBOY: ¿EL gie (Grupo Interdisciplinario de Expertos) está haciendo lo que el gobierno no puede?
SOLALINDE: Es que el gobierno no quiere hacer nada. Ese equipo sí está investigando a fondo. La única forma de hacer algo recto en este país es con ayuda de la comunidad internacional. Si por el gobierno fuera todo lo tergiversaría, sesgaría la información y no dejaría que supiéramos la verdad. La prueba es la verdad histórica de Murillo Karam. Este gobierno tiene miedo a la verdad, porque sabe que algunos miembros del Ejército están involucrados en Ayotzinapa.
PLAYBOY: ¿Qué le diría a un tipo como Donald Trump?
SOLALINDE: Amigo, estás dando patadas de ahogado y tienes derecho a darlas. La comunidad latina está dentro. Estás desesperado porque los anglos no están creciendo desde 2012 y tienes derecho a patalear. Haz todo lo que quieras porque nadie puede detener la historia. Tú sólo eres pasajero. La última palabra la tiene Dios. Y no sé si tú creas en él.
PLAYBOY: Usted, que a menudo escucha el rugir de La Bestia, ¿qué piensa acerca de los comentarios de Trump contra los migrantes en contraposición a lo que hacen por ellos, por ejemplo, Las Patronas?
SOLALINDE: Lo que pasa es que él los mira como magnate, con ojos de moneda, y Las Patronas los ven desde los ojos de Dios.
PLAYBOY: La última vez que usted platicó con Playboy, leí críticas hacia sus declaraciones en el Vatican Insider, ¿le llamaron la atención?
SOLALINDE: Sí, hubo personas de la jerarquía que me reclamaron: “¿cómo es posible que un sacerdote aparezca en Playboy?”, pero yo les respondí: “Jesús nos mandó a evangelizar en todos los rincones de la Tierra, ¿y por qué no en el rinconcito de Playboy?”. Otros me dijeron: “Padre, es que usted tiene un prestigio”. Esos “prestigillos” en los que cree la gente… ¿Qué mejor que la palabra de Dios llegue a todos los lectores de Playboy? Además, yo creo que ésta no es una revista pornográfica, sino una publicación seria que incluye desnudos artísticos y artículos de fondo. Y si no es así, ¿para qué me entrevistarían?
PLAYBOY: En aquella ocasión, sus declaraciones en contra del celibato causaron revuelo.
SOLALINDE: Y lo sigo pensando. Esta pugna que los conservadores tienen contra el Papa va por ahí. El Papa está incursionando en temas que no se habían tocado. Es un hombre avanzado de edad y quizá no le toque hacer el cambio, pero pondrá las bases para que inicie. Es un hombre muy estratégico. Está preparando el futuro gobierno de la Iglesia, renovando los cuadros corruptos. Como él dijo, la curia es la lepra de la Iglesia Católica. Esa parte necrosada, enquistada en el poder y el dinero. Él quiere un gobierno humano, con fe, sano y libre, hasta donde sea posible, del poder.
PLAYBOY: Tarea complicada con tantos escándalos de pederastia a cuestas.
SOLALINDE: Hay cosas que la Iglesia no podrá borrar. No sólo la pederastia, tampoco la Inquisición. Tanta represión y tantos crímenes que cometió desde siempre. La historia para eso sirve, nos enseña cosas pero nos deben conducir a la conversión. Lo primero que tiene que hacer la Iglesia Católica es reconocer que está mal.
PLAYBOY: En nuestra anterior conversación me contó un secreto que causó… SOLALINDE: Y que ya no es secreto (risas).
PLAYBOY: Pero también hablamos de muchas otras cosas que parecieron no pesar tanto como lo sexual.
SOLALINDE: El ser humano es un ente psicosocial y espiritual. Cada parte de él es importante y si le quitas una, ya no es él. La parte física también es importante. Dios nos hizo así, hay que quitarle al sexo el tabú que tiene y mejor darle su valor. El cuerpo es hermoso. Nosotros somos un sacramento de Dios y el sexo representa una dimensión que él nos dio. No debemos satanizarlo sino utilizarlo con responsabilidad.
PLAYBOY: ¿Qué le inspira un ateo?
SOLALINDE: No hay ateos. Hay personas extremadamente piadosas que en la práctica dicen que son ateas. Y otras que se dicen católicas pero entran en la corrupción. Muchos de quienes se dicen ateos reconstruyen mejor el reino de Dios en la Tierra con sus acciones. El llamado de Dios es universal, pero quienes mejor están respondiendo no son las religiones, sino quienes no las practican, porque están comprometidos con el ser humano y dan la vida por él.
PLAYBOY: Por ahí dicen que ninguna guerra ha sido comenzada para imponer el ateísmo.
SOLALINDE: Y no podemos medir a las personas por lo que creen o lo que no creen. Eso fue en la Edad Media, pero Jesús fue mucho más práctico. Dijo: “por sus frutos los conoceréis”.