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Difícil de creer: La sonrisa eterna del vocho

Por: Sergio Sepulveda 13 May 2019
Al Volkswagen, quizás el auto más simpático y familiar del que se tenga memoria, fue concebido por el peor tirano de la historia.
Difícil de creer: La sonrisa eterna del vocho

 

Muchos mexicanos tenemos alguna historia ligada a un vocho, el auto más carismático de todos los tiempos. Mis padres tuvieron tres vochitos. El primero era modelo 1973 de color azul clarito. Mi papá siempre lo traía impecable, excepto por las vestiduras de color blanco, imposible que no lucieran percudidas. El medallón trasero lo adornó con una extravagante persiana blanca, rara moda vehicular en los años setenta. El segundo vocho fue modelo 1982 de color rojo. Con más presupuesto en su cartera, lo traíamos con rines cromados, estéreo Pioneer y vestiduras de terciopelo negras. El tercero, modelo 1984, azul cosmo. Pasó el tiempo, llegó el año 2000 y continué con la tradición, me compré un vocho de color negro, sólo que más esponjado que el original, bautizado como el nuevo Beetle. Vaya que le di batalla hasta que lo desbielé.

Se dice que el Vocho fue llamado así porque en el México de 1954, cuando llegó el coche a nuestro país con la exposición “Alemania y su industria”, a lo germano se le decía boche, apodo que resultó muy conveniente para el caló mexicano que hizo un juego de palabras; así, con Volks y boche resultó la palabra vocho; palabra muy familiar para los mexicanos pero extraña si pensamos que su nombre oficial era Volkswagen Tipo 1, el auto del pueblo, un sueño de Adolfo Hitler que nunca vio hecho realidad.

La idea de Hitler, encargada a Ferdinand Porsche, era producir un auto para cuatro pasajeros, con un motor pequeño que pudiera andar a 100 kilómetros por hora en las autopistas alemanas y con un tren motriz capaz de superar pendientes del 30 %. Un auto aguantador que reflejara, según Hitler, “la fuerza a través de la alegría”. Los primeros prototipos de “bochornos” se ensamblaron para la élite del partido nazi y otros más se probaron para el ejército; sin embargo, ya con todo listo, con una ciudad construida para producirlo en serie, fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, que el sedán comenzó a producirse para el mundo, con su motor sonoro y con una apariencia que lo rebautizó como escarabajo en varias partes del mundo.

Si tuviéramos que escoger al escarabajo más famoso del mundo, sin duda sería el vocho blanco que apareció en la portada del disco Abbey Road de The Beatles. Mientras John Lennon vestido de color blanco, Ringo en traje negro con camisa blanca, Paul McCartney sin corbata y descalzo y al final George Harrison en mezclilla, cruzaban el paso de cebra el 8 de agosto de 1969, el fotógrafo Iain MacMillan, amigo de Lennon, tiró seis fotos en sólo 15 minutos. En todas ellas apareció el vocho blanco, cuyo propietario ni siquiera fue informado de que su vehículo pasaría a la historia, de hecho jamás nadie lo habría imaginado; pero su coche no llamó tanto la atención por ser un escarabajo sino por las letras y números de su matrícula. Antes del álbum Abbey Road se corrió la leyenda de que McCartney murió y habría sido reemplazado por un doble. Bajo esa teoría, la placa del coche blanco de la portada del disco confirmaba el rumor, ya que en la parte de arriba estaban las letras LMW y debajo se leía 28 IF. Para los creyentes de que el Paul del disco no era el Paul original, las letras LMW significaban Linda McCartney Widow (Linda McCartney viuda) y el 28 IF daba la pista de que si Paul estuviera vivo tendría 28 años de edad.

Con el tiempo, el vocho 1967 del disco de The Beatles llegó a manos de un coleccionista estadounidense quien lo subastó en 1999 y adquirido por el director del museo del auto en Wolfsburg, Alemania. La mayor cantidad de dinero que podría haber ofrecido eran 50 mil marcos, por fortuna logró ganar la subasta con una oferta de 34,160 marcos alemanes. Hoy ese vocho inglés, con su volante en el lado derecho y con una gran leyenda en su carrocería se exhibe en su ciudad de origen.

Resulta curioso que un coche tan noble haya sido concebido por un tirano, es curioso que un auto chiquito se haya convertido en un grande, más por las anécdotas que millones de personas pueden contar por haber viajado en uno de ellos que por su carrocería curva, tan curva como una sonrisa eterna que llevaba en el frente. En este 2019, después de 65 años de existir en la industria automotriz, luego de haber aguantado una primera muerte, el escarabajo morirá en definitiva, dejará de producirse, y llama la atención que así como el Beetle llega a su fin, la última canción que grabaron juntos los Beatles fue ‘The End’, publicada hace 50 años en el mismo álbum Abbey Road, donde aparece el Vocho Blanco en la tapa más legendaria del cuarteto Liverpool. Difícil de creer.

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