Alan Vera no es solo el director de marketing y vocero de Prudence. Es un activista del placer seguro, un agitador creativo, un tipo que habla de condones como si hablara de arte pop.
Su enfoque radical, provocador y profundamente humano sobre la salud sexual ha hecho que Prudence no sea solo una marca de preservativos, sino un fenómeno cultural y social que busca cambiar el mundo desde el humor, sabores exóticos y campañas que sacuden a la moral tradicional.
En entrevista exclusiva para Playboy México, Alan nos habla de condones sabor Coca-Cola, de vasectomías con pizza y chelas, de por qué Facebook censura más un tutorial sobre sexo seguro que un meme violento, y de su sueño más utópico: un mundo en el que Prudence ya no sea necesario.
Quise estudiar música, pero terminé cantando en el marketing. Tenía una banda de rock con varios cuates que ahora son músicos conocidos. Empecé en el marketing de laboratorios, luego estuve casi 10 años en ventas en Novartis, y de ahí salté a agencias de publicidad. Trabajé con marcas como Prozac, que se considera la “pastilla de la felicidad”, y fue entonces que me empezaron a llamar para campañas médicas.
Alan Vera: La verdad, nunca quisimos ser solo una marca de condones. Desde el inicio decidimos que teníamos que ser diferentes. Vendemos productos que tienen sabor, aroma, diseño… ¡condones sabor tamarindo, Coca-Cola, mojito! Y además de eso, regalamos condones. Por cada Prudence que compras, hay otro que se dona. Es una experiencia, no una simple compra.
Sí. No lo hacemos por marketing, lo hacemos porque es parte de nuestro ADN. Por ejemplo, en el último Corona Capital regalamos 80,000 condones. ¿De dónde sale eso? De las compras. Si vendemos, podemos donar. Si no, no hay cómo. Es un círculo virtuoso que depende de la gente. Y lo increíble es que muchos no lo sabían.
Exacto, eso casi nadie lo sabe. Prudence forma parte de DKT International, una ONG global que promueve el acceso a anticonceptivos en más de 110 países. En cada región tiene nombres distintos: en Filipinas se llama Trust, en Nigeria Kiss, en India otro nombre… pero en Latinoamérica fue donde se decidió unificar la marca, y así nació Prudence.
DKT vende alrededor del 65% de todos los anticonceptivos del mundo, de todo tipo: condones, pastillas, parches, dispositivos intrauterinos. Cuatro de cada diez métodos anticonceptivos en el mundo están relacionados con DKT. Es una locura. Pero la idea nunca fue hacer dinero por hacer dinero, sino crear un sistema autosustentable.
Sí, es una locura. Alguna vez en Guatemala nos bajaron un espectacular porque, según ellos, “atentábamos física y emocionalmente contra la población”. ¡Física! Como si el condón les fuera a caer encima.
En México, todavía hay mucha doble moral. Facebook, por ejemplo, nos ha censurado videos educativos. Teníamos una campaña que se llamaba la “Universidad Prudence” con clases en YouTube sobre salud sexual. Todo lúdico, todo educativo… y aún así, nos lo quieren bajar.
También lanzamos un OnlyFans con educación sexual explícita, desde cómo hacerse un autoexploración de mama, hasta cómo poner un condón o practicar sexo oral seguro. Ganamos premios internacionales por esa campaña. Pero claro, era costoso mantenerlo.
Porque no es un mito… en parte. Hablando claro: no se siente igual. La naturaleza del cuerpo es sentir más sin barreras. Pero también depende del condón. Tenemos uno que se llama “Prudence Zero”, que es ultradelgado, y emula muy bien esa sensación de no traer nada. Pero aún así, hay gente que prefiere el clásico, el grueso, porque se siente más protegida.
Es como dormir desnudo o con ropa. No es lo mismo. Pero lo que sí no es igual es despertarte al día siguiente con la tranquilidad de haber usado protección.
Sí, tenemos campañas de la pastilla del día siguiente, como Alina, y también de dispositivos intrauterinos sin hormonas, como Silver Care. Pero uno de los proyectos más importantes que tenemos es “La Vase”: un centro de vasectomías sustentado por Prudence.
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Es una locura hermosa. “La Base” es un espacio donde hacemos vasectomías a bajo costo y con toda una experiencia alrededor. Vienen artistas, influencers… ponemos pizzas, chelas, música. Lo convertimos en un acto de amor. Porque eso es la vasectomía: un acto de amor hacia tu pareja, hacia ti mismo.
Hemos tenido a Francisco Familiar de DLD, al Diablito, a Luis Fernando Peña, casi todos se la han hecho con nosotros. Y es gracias a que vendemos condones. Esa venta financia todo.
Nuestra casa matriz, DKT International, no mide éxito por ventas, sino por “CYP”: Couple Years of Protection. Es decir, cuántos años de protección anticonceptiva proveemos. Un DIU equivale a cuatro CYPs; 100 condones, a uno. No importa si vendimos 10 o 50 millones de pesos. Lo que importa es cuántos años de salud sexual garantizamos. Así de comprometidos estamos.
Que todos los niños que lleguen al mundo sean deseados. Que el sexo sea genial, divertido, libre, pero también responsable. Mi sueño es que un día, en el año 2130, cerremos las puertas porque ya no se necesiten condones. Porque ya no hay enfermedades, ni embarazos no planeados, ni ignorancia sexual. Ese sería el verdadero triunfo.
Sensabroso: la nueva era del condón ha llegado