Por Rodrigo Álvarez
La infidelidad está relacionada a la personalidad, pero también a las circunstancias; y no nos referimos a una situación de abandono, maltrato ni nada de eso, sino a simple economía.
Un estudio realizado por la Universidad de Connecticut revela que las personas más propensas a engañar a sus parejas son aquellas que no llevan dinero a la casa o que ganan menos que sus parejas, especialmente si es el hombre el que está en esa situación.
La investigación arrojó que los hombres que no aportan o ponen poco en la relación, económicamente hablando, tienen a ser más infieles que los que no están en esa circunstancia, ya que el 15% de ellos engañan o han engañado a sus parejas. En el caso de las mujeres, sólo el 5% de las que no aportan dinero a la casa son infieles.
La explicación para esta conducta, según los investigadores, tiene que ver con una cuestión de inseguridad que resulta muy obvia, pues los hombres que no aportan económicamente se sienten inferiores y por lo tanto, son infieles para reafirmar su masculinidad y para demostrarle, inconscientemente, a su pareja que no son ningunos perdedores.
Algo diferente pasa en el caso de las mujeres, ya que las razones de ellas casi siempre están más relacionadas con ausencias prolongadas de la pareja o porque son viudas del trabajo, es decir, parejas de personas que pasan demasiado tiempo trabajando.
Con esta información, si tu pareja percibe mayores ingresos económicos que tú y te avientas una “canita al aire”, le puedes decir a tu mujer que es lógico y que sólo sigues la tendencia.