Osso Carnicería y Salumeria: para chuparse los dedos

En el 2010 aún sin nombre y sin destino final, empieza la historia de lo que sería Osso Carnicería y Salumeria, justo cuando Andrea y su marido, el carnicero Renzo Garibaldi, viajaron a San Francisco, para descubrir el mundo de la carnicería sostenible.
Fue amor a primera vista, o mejor dicho, a primer corte, luego de que Andrea inscribiera a Garibaldi a una clase de corte con el maestro carnicero Ryan Farr. Desde entonces, no ha podido soltar el cuchillo.
Es así como en 2013, nace en Lima Osso Carnicería y Salumeria, haciendo realidad un sueño que se venía cocinando hace mucho tiempo.
Salchichas y chuletones
Osso fue tomando forma entre los años 2010 y 2013 con un tour de estudios y prácticas que comenzaron en San Francisco con Taylor Boetticher (Fatted Calf) para después viajar a la granja Baradieu en Francia y terminar estudiando y trabajando con Joshua y Jessica Applestone en Fleisher’s, una de las carnicerías artesanales más importante de Estados Unidos.
“La meta es clara, ofrecer productos artesanales con trazabilidad, hechos con pasión y el máximo respeto a los animales”.
Osso es una carnicería y un restaurante que debes visitar forzosamente en la capital peruana, pues no existe otro lugar para obtener los mejores cortes, desde chuletón perfectamente cocido hasta salchichas con sabor (cheddar, mermelada de pimiento rocotó y chili limusina).
Casi todo es asado a la parrilla y cuentan con un menú dinámico, desde el informal a la carta, así como uno de degustación para comer solo con las manos.
¿DÓNDE?
OSSO SAN ISIDRO
Av Santo Toribio 173 y Av Central 172, Torre Real 6, local 4 Lima 469-7438.
OSSO CARNICERÍA
Calle Tahiti 175, Lima 368-1046.
La deconstrucción
Entre los clásicos del lugar encontrarás el Carpaccio de Osso, Chuletas Deconstruidas, Hamburguesas Artesanales y el característico Steak Tartar de Wagyu, elaborado con cebolleta, sal de Maras y yema de huevo.
El menú de degustación diario es para solo 12 personas sentadas en una mesa común, que puede incluir su excelente charcutería, pescado y verduras a la parrilla y, por supuesto, un bistec de autor. El restaurante más grande, un poco más informal, está abierto a un lado.
Osso abrió en 2013 con solo una mesa semi secreta en la parte trasera del emporio cárnico de Garibaldi. Pero resultó tan popular, sobre todo entre los chefs internacionales visitantes, que pronto se extendería al espacio de comedor adyacente que ocupa hoy y que es parte de The Latin America’s 50 Best Restaurants.
