Mythos; sabores griegos que transportan al mediterráneo
En la antigua Grecia el simposio era la forma preferida de celebrar triunfos y ocasiones especiales. La palabra literalmente significaba “reunión de bebedores” y se trataba de majestuosos banquetes donde los invitados disfrutaban de magistrales platillos con la compañía del mejor vino.
Somos una cultura latina y supimos adoptar a la perfección este amor por la comida y la celebración que ella ocasiona. En algunos simposios los invitados eran coronados con guirnaldas para remarcar que se trataba de una ocasión especial, y en nuestros días el rincón que sirve a sus comensales con aquella celebración es Mythos.
La primera épica
El universo griego que guarda este restaurante se puede abrir con un pikilía, un plato que nos introduce a los sabores mediterráneos con cuatro dips y dolmadakia (hoja de parra rekkeba de carne picada y arroz), Kolokythokeftedes (bolas de calabacín frito, dos pequeños spanakopita (pastel relleno de espinaca, queso feta y ricota), Tiropitakia (pastel relleno de una combinación de huevo y queso), además de las indispensables aceitunas Kalamata.
Este plato se acompaña a la perfección con la Torre Mythos, láminas de calabaza y berenjena capeadas y acompañadas con Tzatziki, un aderezo de yogur griego, pepino y aceite de oliva. Sensaciones que introducen a la perfección a los paladares neófitos en el mundo de Pericles.
El episodio principal
La oferta de Mythos es amplia y ofrece más de 50 platillos, en los que es fácil perderse y motiva a hacer de su recinto una rutina. El platillo que te enganchará en las sensaciones del mediterráneo es el Oktapodi Sti Skará, pulpo marinado y a las brasas con arúgula, alcaparras, orégano, aceitunas, aceite de oliva y limón, todos los sabores tradicionales griegos en un único bocado.
Los favoritos de la casa es el Garides Mykonos, camarones con una salsa de jitomates, pimientos y queso feta, último toque que le da un sabor sin comparación, y el Lythrini, brochetas de Huachinango con pimientos amarillos y rojos.
Un final dulce
Para finalizar con un toque dulce, la opción griega es el Galaktoboureko, natilla a base de semolina y vainilla, aromatizada con naranja envuelta en pasta de filo. Sensaciones al paladar que en pocos lugares podemos experimentar.
Mythos abre el mundo a la comida griega a cualquier comensal, desde los principiantes hasta los expertos y los tradicionalistas. Ya sea en su sucursal de Polanco o la Roma Norte, al probar el servicio y platillos no pudimos evitar sentirnos en las cosas del Mediterráneo.
