Macellería, el lugar para cenar como un capo
Las escenas más emblemáticas de El Padrino ocurren en la mesa. La boda de la hija de Vito Corleone ocurre en medio de un fastuoso festín. Clemenza le enseña a Michael a preparar albóndigas durante un momento de crisis en la familia. El asesinato detona la transformación de quien se convertirá en el nuevo líder de la mafia sucede en un restaurante de pasta en el Bronx.
Así de importante es la comida en la cultura italiana. En la Condesa, existen muchas cocinas que ofrecen la experiencia de viajar a la nación en forma de bota. Pero ninguna como Macellería. Ubicado a unos metros de la transitada Álvaro Obregón, el restaurante concentra en su amplio local el viejo sazón hogareño que sedujo a los personajes de la trilogía de Mario Puzo.
Queso, pan y vino
Macellería en español es carnicería. Por eso los embutidos se exhiben donde puedas verlos. Porque el amor entra por los ojos y se estaciona en el estómago. La cocina es abierta. Sólo un cristal la separa de ti. Para que puedas admirar la manera en la que los ingredientes nacionales le imprimen personalidad mexicana a la cocina de Italia.
¿Por qué no arrancar la aventura con una tabla de quesos? De cabra, parmesano, provolone, camembert y gorgonzola. Pretextos ideales para pedir una de las más de 50 etiquetas que conforman la cava de Macellería. Y es que ya lo dijo Dante: “el vino siembra poesía en los corazones”.
Recomiendo las mesas de calle. Para llenarse los oídos de los ruidos de la CDMX. Desde los músicos urbanos hasta los pájaros que por la tarde descansan en las ramas. Porque nos acostumbramos cada vez menos a disfrutar del mundo lejos de la pantalla de nuestro celular. Porque ahí podemos saborear la Sopa de jitomate rostizado mientras hacemos el recuento de las películas italianas que nos han conmovido hasta las lágrimas. La vita è bella, diría Roberto Benigni si se sentara contigo.
Preparado ante tus ojos
La tentación de participar de un desfile de platos puede ser demasiada. Tentado estarás de saborear la Pizza de arúgula y prosciutto, la Milanesa parmigiana y que representa a la estrella de la casa, la Pasta a la Ruota que llega a tu mesa en un carrito-estufa. El chef la prepara delante de ti, a fuego lento y en una olla de queso, fundiendo más queso delante de ti para que el antojo supere toda mesura de tu parte. Le saltarás al planto apenas lo tengas enfrente.
La aventura no termina hasta que sirven el postre. Incluso en una de las escenas de asesinato más crudas de El padrino, Peter Clemenza pronuncia una de una frase lapidaria. “Deja el arma, trae el cannoli”. Porque el dulce típico de Sicilia no puede ser abandonado en una escena del crimen.
Así cuando no quede plato en pie, deberás dar cuenta de un Tutto cioccolato. Pastel de nuez servido caliente te transportará al más feliz de los sitios. O un Crumble de manzana con helado de vainilla, en la interpretación a la italiana de un clásico americano.
Algo así pero a la inversa, fue la trilogía de El Padrino de Francis Ford Coppola.
