Todos en algún momento de pasión hemos aplicado el clásico “salivazo”, ya sea porque salió algo de improviso, olvidaron comprar lubricante o se volvieron prácticos. ¿Realmente funciona el “con paciencia y saliva, el elefante se la metió a la hormiga”? De primera vez, quizás se disfrute.
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La saliva es un líquido compuesto en un 99% de agua y el agua se seca con mucha facilidad. Por lo tanto, aunque inicialmente se aplique en zona vaginal, anal o en el miembro masculino, se va a evaporar rápidamente y el efecto lubricación va a durar poco (aunque dependerá de cada persona). Una vez seca, no protege de la fricción, por lo que puede provocar pequeñas lesiones. Ante esto hay dos opciones: estar constantemente aplicando saliva, cosa que no parece ni práctico ni cómodo, o utilizar lubricantes específicos a base de agua, como los muchos que hay en el mercado. Incluso hay algunos con cannabis que te llevarán al cielo.
Te invitamos a disfrutar de tu sexualidad al máximo y después nos cuentas cómo te fue, si aplicaste el “salivazo” o preferiste usar un lub.