Hay lugares que, apenas cruzas la puerta, te transportan a otro mundo (o país). Eso es lo que sucede al entrar a Katsu Sando, un rincón en la colonia Roma donde la cocina japonesa y el diseño urbano se fusionan para ofrecer una experiencia que va más allá del paladar.
Inspirado en los pequeños locales que hemos visto mil veces en películas de Ghibli o en animes con personajes que devoran ramen entre batallas y dramas existenciales, Katsu Sando te recibe con murales de gatitos en ramen, anime de fondo, cómico, dramático y filosófico, y una atmósfera que invita a quedarte más tiempo del que planeabas.
Una de las primeras cosas que hay que saber antes de sentarse a la mesa: los platillos están pensados para compartirse. Las porciones son generosas y la variedad en el menú da pie a probar un poco de todo. Y sí, definitivamente vas a querer probarlo TODO.
Comenzamos con los Baos, bollos al vapor rellenos de sabor. El de pulled pork fue nuestra elección, y desde el primer bocado supimos que estábamos en el lugar correcto: jugoso, ahumado, perfectamente equilibrado.
Pero el nombre lo dice todo: Katsu Sando es la casa de los famosos sándwiches japoneses o sandos. Estos no son los clásicos emparedados que encuentras en una panadería de paso: aquí hay arte, técnica y sabor en cada capa.
Nuestro favorito de la noche fue el Chicken Curry Sando: pollo empanizado, col morada crujiente y un curry japonés suave pero potente, todo envuelto en pan suave y ligeramente tostado. Un viaje de sabor que te hace cerrar los ojos por inercia.
Y cuando pensábamos que nada podía superar ese sando, llegó el protagonista: el Tonkotsu Ramen. Un caldo de cerdo cremoso, resultado de 16 horas de cocción lenta, con tocino braseado, huevo a baja temperatura, cebollín y algas. Cada cucharada revelaba una textura nueva, un matiz distinto.
Cerramos con el Cotton Cheesecake, versión nipona del clásico pastel de queso. Su textura, más sólida pero suave al paladar, es un broche de oro digno de una velada en Tokio… o en la Roma Norte.
Mientras degustábamos cada platillo, de fondo corría un anime extraño y entrañable: un pueblo donde las personas cambiaban de sexo y hasta de especie para entender al otro. No supimos el nombre, pero sumó a la atmósfera inmersiva que ofrece Katsu Sando: sabor, cultura pop japonesa y un ambiente íntimo que te hace sentir parte de algo especial.
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Katsu Sando no es solo un restaurante japonés. Es una experiencia que se vive con los sentidos, ideal para una cita con alguien especial, una salida foodie o simplemente para apapacharte con buen ramen y una dosis de cultura japonesa sin salir de la ciudad.
¿Dónde?
Chihuahua 93, Roma Norte, Cuauhtémoc, CDMX
Horarios
Martes a sábado de 13:00 a 17:00 y de 19:00 a 22:00; Domingo de 13:00 a 18:00
