Imaginemos cosas con ch: chicharrón con mariscos
¿Chicharrón con mariscos? ¿Qué clase de locura es ésta? Seguro tú también lo hubieras pensado. Pero bastaron unos 15 minutos de espera para quitarnos esa idea. El taco de alambre se presentó con su humeante sensualidad para convencernos de que no era ninguna necedad: pedazos de pulpo, camarón, pescado, pimientos y chicharrón prensado, todo ello gratinado y envuelto en una tortilla, representaba la más exquisita combinación.
De El Merito de Mar hay que decir muchas cosas. Que se encuentra perfectamente ubicado en la Condesa, por ejemplo. O que su decoración simula la de un barco pesquero bien iluminado. Para acabar pronto, que dejarse consentir por su embrujo es permitirse la idea de fantasear con la playa en mitad del bullicio citadino.
Pero como en los buenos restaurantes, los protagonistas de esta historia salen de la cocina y se colocan al centro de la mesa.
Pozole del mar
Un momento… ¿Pozole de mariscos? Sí. Habitante del mismo plato te saludan el maíz, el mix de mariscos, la lechuga y el orégano. Se trata de un lugar común, ¿pero qué importa? No hay resaca que resista el picoso embate de esta carta, diseñada en un instante de iluminación gastronómica por el Chef Gabriel Alatriste, anfitrión del restaurante, y el Chef ejecutivo, Rogelio Peñaflor. Ambos entienden que la destrucción de las fronteras entre los estados es lo que define mejor a la cocina mexicana. Así que reunieron en una carta lo mejor de las recetas de Baja California, Jalisco, Sinaloa y Nayarit.
Uno de los infaltables ejemplifica al pie de la letra lo anterior. Unos Mejillones Roger, empanizados y aderezados con mayonesa de jalapeño, sirven como pretexto para abrir boca. Además se trata de un platillo ideal para compartir, fomentar la conversación y acabarse la primera cerveza como si de agua bendita –y para los beerlovers como quien escribe eso es– se tratara.
Sus precios son razonables, las porciones suficientes como para vestir el traje de un gitano y hacer varias paradas por el menú. Uno de ellas es el paraíso de los pescados, el Zarandeado al Pibil, que alcanza para dos personas y se presenta bien cubierto de adobo de achiote. Para quienes el mar no basta, también se sirve la misma receta con arrachera.
El Merito de Mar rompe con todas las ideas preconcebidas que tengas sobre mariscos. Sólo se trata, como dijo el Chicharito, de imaginarse cosas con ch.
Av. Tamaulipas 55, Local B,
Col. Condesa.
Instagram/elmeritodemar
