Historia de la cerveza, o la bebida que nos hizo hombres
Probablemente gracias a nuestro amor por la cerveza alcanzamos los mayores logros de la humanidad. Más allá de la inspiración o motivación que nos pudo brindar, existen teorías de que esta fabulosa bebida es más antigua que el pan, por lo que sería central en el desarrollo de la agricultura y la creación de las primeras comunidades sedentarias.
La teoría tradicional nos dice que los hombres dejaron de ser nómadas para cosechar granos y crear el pan, alimento fundamental para su supervivencia. No obstante, recientes fuentes demuestran que los primeros humanos cosecharon granos para crear cerveza y no alimento.
Diferente pero familiar
Las pruebas del origen de la cerveza se pueden observar en una tableta sumeria de 6 mil años de antigüedad, donde se representaron a personas tomando una bebida de un tazón comunal con popotes de caña; a esto se le suman los restos de cerveza encontrados en jarrones de esta civilización.
La bebida, al ser una mezcla de granos y agua, parecía más una sopa que la cerveza actual, pero conocían el principio: se trataba de una bebida fermentada a base de cereales.
Probablemente, los primeros hombres que idearon la cerveza comieron un fruto o grano que estaba en proceso de fermentación, y al experimentar sus efectos intentaron replicar el fantástico resultado. De esta manera, se dieron cuenta que la codiciada sustancia podía ser creada si se dejaban reposar cereales en agua por algún tiempo, pasos mucho más sencillos que crear una rebanada de pan.
Las pruebas
La cultura Natufiense se desarrolló alrededor de 15 mil años y se ubicó en la región que vio nacer a la agricultura. Un grupo de investigadores decidieron poner fin a la controversia e investigaron las primeras herramientas construidas por la comunidad. Los restos arqueológicos lo demostraron: la producción de cerveza era central para toda esa sociedad.
Los detractores argumentan que se trata de un hecho aislado y que lo más probable es que la cerveza se descubrió cuando una persona decidió comer un pan que se había fermentado. Las discusiones continuarán, pero es un hecho que se trata de una bebida que nos ha acompañado desde hace muchos más años de que lo creímos.
La conquista del mundo
La primera cerveza no fue tomada con popote para que se les “subiera” más rápido, más bien se debe a que no tenía ningún proceso de filtración y se tomaba de esa manera para evitar los malos olores y los sabores amargos.
Nuestro amor por la bebida y sus efectos hicieron que mejoráramos el producto: comenzamos a filtrarla, a crear diversos métodos y a utilizar múltiples ingredientes. En tiempos medievales se convirtió en un elemento central en la dieta de todas las personas, sin importar las edades. Por esta razón, en 1516 los alemanes crearon la Ley de pureza, en la que se estableció que la cerveza únicamente podía ser elaborada con agua, cebada malteada y lúpulo. Se trató del primer esfuerzo para alcanzar una calidad, no cualquiera podía realizar el líquido vital del hombre.
En esta receta se dejó fuera a la levadura debido a que en su tiempo no se conocía sus efectos, la fermentación deseada se obtenía al utilizar los restos del lote anterior. Sin embargo, esto cambió completamente en 1857, cuando Louis Pasteur descubrió el papel de los microrganismos en el proceso de fermentación. Al conocer el secreto de la levadura se tuvieron todos los elementos necesarios para ampliar el mundo de la cerveza a lugares inimaginables.
Lager, Porter, Old Ale, Stout, Mild y Bitter, el descubrimiento del secreto nos brindó un mundo de variedad que complace hasta al paladar más exigente. Todo este mundo de diversidad no nos deja duda que la cerveza continuará como nuestra favorita.
