4 virus sin cura con los que aprendimos a convivir

¿Cuántas veces hemos leído “la Universidad ‘tal’ cerca de encontrar la vacuna contra el VIH”, sin una respuesta concreta?
Al igual que este virus, muchos depositan la confianza en que al obtener la vacuna contra el coronavirus, todo volverá a ser como antes, sin embargo, la realidad es otra. No se sabe a ciencia cierta si existirá, o cuánto tiempo tardarán en encontrarla.
Los expertos advierten que, incluso acelerando el paso, el desarrollo de una vacuna puede requerir mucho tiempo o, peor aún, simplemente no ocurrir.
“Podría convertirse en otro virus endémico en nuestras comunidades y estos virus pueden no irse nunca”, dijo el director de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Michael Ryan.
Es por ello, que la única respuesta al momento es aprender a convivir con el COVID-19 como lo hemos hecho ya con estos virus “silenciosos”.
VIH
Causante de la muerte de más de 32 millones de personas de acuerdo con la OMS, llevamos conviviendo con el VIH casi cuatro décadas.
Y aunque el preservativo tiene siglos de existir, fue en los años 80 que se volvió parte de la “nueva normalidad” modificando la forma de tener relaciones sexuales.
Incluso, fue una enfermedad tan alarmante que los contagiados eran sentenciados a muerte y aún en vida, sufrieron la discriminación de la sociedad, como fue el caso de Andy Beckett un abogado que se queda sin empleo debido al VIH y quien fue personificado por Tom Hanks en la película Filadelfia.
Recientemente dos personas se curaron a través de células madre, sin embargo, es un método de alto riesgo que aún no puede ser aprobada de forma genérica. La verdad aquí es que los tratamientos avanzados permiten que una persona contagiada lleve una vida normal y saludable.
Gripe aviar
Otra enfermedad proveniente de animales, es la gripe aviar dividida en dos cepas detectadas en los 90, que causaron la muerte de muchas personas.
Dicha enfermedad es transmitida entre aves que a su vez pasan a los humanos mediante cl contacto directo o con objetos contagiados por las heces de las aves enfermas.
La gripe aviar llevó al sacrificio de todos los pollos de Hong Kong en 1997 al ubicar los primeros casos de la cepa H5N1.
Luego de ello, se reportaron casos en más de 50 países en África, Asia y Europa con una tasa de mortalidad del 60%.
En 2013 pudimos conocer la cepa A H7N9 por primera vez en China, sin embargo, solo se han reportado brotes esporádicos del virus.
Entre 2013 y 2017 se reportaron 1,565 casos de los cuales murieron el 39% según la OMS quien también afirmó que no es usual que la gripe aviar se transmita de persona a persona por lo que se ha llevado un buen control de propagación del mismo.
SARS
Aunque aún no se sabe a ciencia cierta cuál fue el detonador del SARS-CoV, este virus es un tipo de coronavirus identificado por primera vez en 2003. Se cree que al igual que el COVID-19 fue transmitido por un murciélago.
Cantón, China fue la cuna de los primeros contagios y aunque no llegó a ser una pandemia como la actual afectó a 26 países con un total de más de 8,000 casos.
El SARS al igual que el COVID-19 es transmitido de persona a persona sin las medidas de prevención como la higiene o la distancia. Luego de estas medidas la propagación se detuvo dejando 916 muertes a su paso, lo que equivale solo al 11% de los infectados.
MERS
El MERS-CoV es otro tipo de coronavirus detectado por primera vez en 2012.
Dicha cepa es el causante de una enfermedad conocida como síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés) y trata de un virus con una alta tasa de letalidad: entre los 2,494 casos confirmados que se produjeron hasta el 2019, se reportaron 858 fallecidos.
El MERS fue descubierto por primera vez en Arabia Saudita y luego sumaron 27 países más, aunque los casos fuera de Medio Oriente, según la OMS fueron personas contagiadas en esta parte del globo y luego volaron fuera.
Se cree que los dromedarios son la principal fuente de contagio y existe un bajo índice de contagio entre personas.
En el caso del MERS, al igual que en el del SARS, tras haberse logrado el control de las epidemias se suspendieron los esfuerzos para desarrollar vacunas.