Trópico 2025: tres noches, renacer y miles de historias que regresan a bailar en Acapulco
La noche cae distinto sobre Acapulco cuando es diciembre y la playa vuelve a llenarse de gente. En el Pierre Mundo Imperial, entre la brisa, el olor a sal y las primeras luces neón encendidas al filo de las 5 de la tarde, empieza a sentirse que Trópico no es un solo festival: es un pulso colectivo que late entre miles de cuerpos que regresan a este puerto para bailar, sanar, celebrar y recordar por qué Acapulco es un destino emocional.
DÍA 1 – El french house como ceremonia
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La noche estelar quedó en manos de The Blaze, el dúo francés que convirtió el escenario principal en un envolvente ejercicio audiovisual.
Sus tres pantallas gigantes parecían respirar: a ratos proyectaban rostros, cuerpos en movimiento y hasta un bebé acurrucado a un perrito, paisajes abstractos; en otros, lanzaban destellos que iluminaban a más de dos mil asistentes que se movían entre euforia y contemplación.
Lo que pasó en esas dos horas fue una experiencia más cercana a un ritual que a un conciertp: The Blaze no solo tocó, narró.
Cada canción funcionó como una escena cinematográfica tejida con beats, silencios y momentos donde el público parecía fusionarse con las imágenes. Acapulco recibió el festival de pie y con los brazos arriba.
DÍA 2 – Meme Del Real convierte la playa en una montaña encendida
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La segunda noche trajo la energía cálida del viento y el tacto pegajoso de la humedad, pero nada de eso importó cuando Meme Del Real apareció frente al mar.
El integrante de Café Tacvba abrió con canciones de La Montaña Encendida y pronto transformó el jardín del Pierre en una mezcla nostálgica tacvbera y exploración sonora contemporánea.
Es la primera vez que toco en la playa. Gracias por venir a verme, dijo, y el público respondió con un coro tan amplio como la marea.
El set se volvió una fiesta íntima: suave en los momentos acústicos, expansiva cuando sacó los clásicos que hicieron que incluso quienes no venían preparados para cantar, terminaran gritando las letras como si fueran parte del ritual.
DÍA 3 -El mar como after infinito
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Para la tercera noche, el modo ya era total. Trópico se vive de madrugada: cuando la brisa baja, cuando el aire se vulve más fresco y cuando los ritmos graves resuenan mejor en el cuerpo.
La programación de electrónica se extendió hasta el amanecer, con asistentes que decidieron ver el primer rayo de sol desde arena, aun bailando.
Uno de los rasgos que más distinguen a este festival es su ritmo: no se apresura, fluye.
Puedes estar bailando un techno denso a las 3:00 a.m. y medio hora después un set suave, tomar aire, ver las estrellas y regresar al ruido.
La experiencia no está en una sola tarima; está en el tránsito en el tránsito entre estímulos.
Celebridades, creadores y comunidad festivalera
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Como en cada edición, Trópico atrajo a un público mixto: artistas, cinéfilos, influencers, modelos y turistas que vienen desde CDMX, Guadalajara o Monterrey.
Este año estuvieron presentes Manolo Caro, Luis Gerardo Méndez, Elyfer Torres y creadores digitales como Bastian Delfín o Andrea Lumina, que caminan por el festival sin prisa, como parte natural del paisaje cultural que se crea cada diciembre en Acapulco.
En Trópico convive el glamour con el barefoot, la moda con el sudor, el arte visual con el hedonismo tropical. Esa mezcla, tan poco replicable, es parte de su encanto.
Un festival sostenido por un hotel y un destino que renace
Grupo Imperial: reconstrucción, resiliencia y hospitalidad sin perder el hilo de la fiesta

Aunque el festival es el corazón, el cuerpo logístico lo sostiene el Pierre Mundo Imperial. Su gerente general, Lilibeth Moreno, describe Trópico como uno de los mayores retos operativos del hotel, pues combina hospitalidad, gastronomía y entretenimiento mientras aloja artistas, celebridades y miles de asistentes. Queremos regresar a Pierre a su esplendor sin perder su esencia, afirma.
Por su parte, el CEO Seyed Rezvani recuerda que este mismo hotel enfrentó la devastación del huracán Otis y hoy opera con una ocupación cercana a los mejores años del puerto. Mundo Imperial invirtió millones en renovación, sostuvo a sus colaboradores y activó eventos todo el año para demostrar que Acapulco puede levantarse con fuerza.
El contexto mayor: 82% de habitaciones operando y un 2026 que promete

El secretario de Turismo de Guerrero, Simón Quiñones, confirma que Acapulco cuenta ya con 16,200 habitaciones en operación, equivalentes al 82% de la capacidad previa Otis, junto con una renovada infraestructura pública, rutas aéreas directas y una agenda turística llena para 2026: Tianguis Turístico, Abierto Mexicano de Tenis, festivales ampliados y la gran apuesta del Mundial 2026, donde Acapulco será “la playa del fútbol”.
El plan es claro: recuperar la economía, atraer nuevas generaciones, posicionar al puerto como destino cultural y turístico de alto impacto, y asegurar que Acapulco 2.0 se sostenga en sostenibilidad, seguridad y movilidad.
Trópico es más que un festival: es un síntoma de vida

Cuando el último beat se apaga y las luces comienzan a desmontarse, queda algo que no se quita tan fácil: la sensación de que Acapulco está volviendo a latir con fuerza. Trópico no solo reunió a miles de personas; reunió historias, memorias, esperanzas y una comunidad que quiere ver al puerto renacer.
El sonido lo confirma: Acapulco volvió y lo hizo bailando.
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