¿Sobredosis de placer? Las extrañas muertes sexuales
La vida sexual de Catalina II de Rusia fue motivo de escándalos en la época, a ella no le daba pena presumir sus múltiples amantes, por ello no es extraño que surgieran numerosos rumores alrededor de su increíble deseo sexual. Sin duda el más famoso narra que su repentina muerte se debió a una relación sexual con un caballo.
Lo más seguro es que esta historia se trata de un rumor creado para difamar a la renombrada monarca. No obstante, esta extraña narración no está tan alejada de la realidad, este tipo de muertes sexuales se han dado en diversos lugares y ocasiones e incluso en las mismas circunstancias que Catalina.
¿Los mejores amigos del hombre?
El ejemplo de esta situación se dio en Washington en 2005, un hombre fue a un “burdel animal” para cumplir sus extrañas fantasías sexuales. El amante que eligió fue un caballo, puede ser que quería revivir el supuesto rumor de la reina, debido al intenso sexo anal su colon se desgarró, lo que llevó a una muerte por peritonitis. La muerte fue pronunciada accidental, pero el estado inmediatamente pasó una ley que prohibía el sexo con animales.
Al parecer este tipo de relaciones no son nada seguras. Dos años después una mujer irlandesa tuvo relaciones con un pastor alemán, la situación se agravó debido a que la protagonista del encuentro era alérgica al semen de perro, lo que llevó a una anafilaxia que terminó en su muerte.
Lugares mortales
Un extraño compañero sexual puede ser la causa de una muerte sexual, pero la situación se puede tener consecuencias mortales si lo haces en un lugar poco convencional. Como en el caso de una pareja de empresarios de Houston decidieron terminar su velada en el balcón de su departamento, ambos estaban bajo los influjos del alcohol y querían satisfacer sus más bajos instintos. El licor redujo la capacidad motora de ambos y la dama cayó al vacío mientras estaban en pleno acto, el caso provocó una investigación por homicidio, pero encontraron al empresario inocente.
Otro caso es el de un futbolista rumano y su novia no podían contener su urgencia y al llegar a su hogar comenzaron con la romántica sesión en su vehículo. En principio hacerlo en el automóvil no es un peligro mortal, el problema fue que no lo apagaron y estaban en el garaje de su casa. Ambos murieron de intoxicación por monóxido de carbono.
Por último, Jimmy Ferrozzo creía ser el hombre más afortunado del mundo, trabajaba en el primer bar de Estados Unidos que presentó a una mujer en topless y salía con Theresa Hill, una bailarina exótica. Una noche decidieron hacerlo en el famoso piano blanco del recinto, el cual bajaba del techo para crear una entrada memorable, la acción era tan intensa que por accidente golpearon el botón de encendido de la plataforma y el instrumento subió rápidamente al techo, atrapando a la pareja. Ferrozzo murió asfixiado, mientras que Hill logró sobrevivir únicamente porque era más delgada.
En Zimbabue una pareja no pudo resistir sus deseos mientras caminaban en un suburbio de Mahombekombe y un arbusto pareció el sitio ideal para calmarlos, todo parecía una buena idea hasta que un rugido los interrumpió. En un segundo un enorme león los atacó, tomando a la mujer y lo único que el hombre pudo hacer fue huir; al poco tiempo el único sobreviviente fue encontrado por las autoridades con grandes heridas y únicamente portando un condón.
Armas de doble filo
En ocasiones los fetiches pueden ser fatales. En el 2008 el 911 recibió una llamada de un hombre desesperado porque su esposa se había electrocutado mientras planchaba su cabello, cuando las pruebas no coincidían con la versión confesó que a ambos les gustaba el sexo rudo y que ella había muerto tras usar unas pinzas para pezones electrificadas. A pesar de la versión el jurado no le creyó durante el juicio y fue acusado por homicidio.
Similar a este caso fue la muerte del escritor erótico Terence Charles Wakelin, que a los 77 años fue encontrado muerto por su amigo, el cuerpo estaba en su cama con un aparato de estímulos eléctricos conectado a sus pezones. Su corazón no aguantó semejante estímulo.
Para muchos la mejor forma de morir es haciendo lo que aman, en muchas de las muertes sexuales claramente su intención no era perder la vida, por lo menos estaban disfrutando de los mejores placeres de la vida en sus últimos momentos.
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