Show your Bones es el segundo disco de los Yeah Yeah Yeahs y está cumpliendo 15 años en este 2021.
Reinventarse no siempre es una opción. Probar una fórmula musical y ver cómo de inmediato no sólo funciona, sino que además es exitosa, puede llevar a sus creadores a repetirla una y otra vez.
Pero cuando se quiere salir de la comodidad, lo ya probado queda a un lado y se abre paso a nuevos sonidos que, sin atentar contra la esencia e identidad, logran capturar la atención de quien los escucha, tal como sucedió con el disco Show Your Bones de los Yeah Yeah Yeahs.
UN INICIO INTENSO, RASPOSO Y COMPACTO
Aunque ya había tenido su primera presentación oficial en el Mercy Lounge de Lower Eats Side en Manhattan, tres años atrás, el trío neoyorkino con Karen O a la cabeza, Nick Zinner en la guitarra y Brian Chase en la batería, tardó tres años en cristalizar su ópera prima titulada Fever To Tell, álbum que no tardó en capturar la atención de miles de adolescentes que, como su escriba, de inmediato fuimos seducidos por las potentes cuerdas vocales de la nacida en Busan, Corea del Sur, unos riffs electrizantes y la vigorosidad de unos platillos y bombos que destrozaban amplificadores.
Canciones de menos de tres minutos, interpretaciones caóticas, guitarras con cuerdas que sacaban chispas, una batería pesada y sonidos sucios que iban a mil revoluciones por minuto, fueron los ingredientes de ese primer disco, producido por David Andrew Sitek y la traída estadounidense, y que les daba el banderazo de salida para ir a la conquista de una generación que ya comenzaba a vivir a través de Internet.
Con esta entrada oficial a la escena musical en 2003, Yeah Yeah Yeahs se convirtió en una de las agrupaciones de indie rock más sobresalientes de Nueva York, que junto con The Strokes, ponían a la Gran Manzana como uno de los semilleros de una nueva ola de músicos que dejaban atrás los sonidos del nu metal que había acaparado la radio y MTV a inicios de los 2000.
MENOS REVOLUCIONES, MISMA CALIDAD
Fever to Tell había dejado la vara alta para el trío estadounidense que, en cierto modo, se impuso un reto, tal vez sin quererlo o buscarlo, pues ante las buenas críticas, ventas y el gran recibimiento de parte del público, los integrantes de los Yeah Yeah Yeahs tenían un compromiso consigo mismos de ir más allá, de superar lo logrado tres años antes, pero sobre todo de no emular la fórmula patentada en temas como “Rich”, “Date with the Night” y “Tick”.
Entre 2005 y 2006 la triada comandada por Karen O se metió a los estudios Stay Gold, en Nueva York, para repetir la mancuerna con Sitek y sumando a Squeak E. Clean a la producción de 12 temas que integran este segundo material discográfico bajo el sello Interscope Records.
“Gold Lion” es la canción que marca el inicio de un recorrido de poco más de 42 minutos. Una batería mucho más sólida, la repentina aparición de una guitarra acústica y una voz melodiosa, sin el mínimo tinte de agresividad, son los elementos que anticipan que no se trata de un Fever to Tell 2, ni de algo que se le asemeje.
Una interpretación mucho más contenido, melódica, pero no por ello menos emocional, es lo que la líder de los Yeah Yeah Yeahs pone en nuestros oídos y alimenta la curiosidad por seguir el viaje, rola que tras ser elegida como sencillo fue la responsable de dar luz verde a la promoción del Show Your Bones y que estuvo acompañada de un video que, si bien complementaba la composición, también era un elemento necesario ante la popularidad y penetración de YouTube, plataforma que había sido reconocida por la revista Time como el mejor invento de ese año.
UN TRÍO PERFECTAMENTE ENSAMBLADO
La guitarra acústica salta de nuevo en “Way out”, instrumento que prevalece no solo en esta canción, sino en prácticamente todo el disco. Aquí la voz contenida y con breves pero contundentes destellos delirantes de Karen O envuelven al escucha, uno que en segundos se ve inmerso en una atmósfera melódica gracias a la sutileza de la batería de Brian Chase y guitarra de Nick Zinner.
Con “Fancy” y “Phenomena” la nacida el 22 de noviembre de 1978 hace un guiño a sus estridentes y rasposas interpretaciones del primer LP que, aunque más contenidas, continúan siendo fieles a su estilo.
Lo mismo ocurre con los instrumentos, unos que al ritmo de la voz de su líder elevan ligeramente los decibeles y aumentan la velocidad, elementos que se mantienen en “Honeybear”, tema que con la adición de sintetizadores invita a todo aquel la escucha a levantarse de su asiento e imaginar a Karen O saltando sobre un escenario.
Zinner reaparece con una guitarra eléctrica, seguido del bombo de Chase, quienes en breves segundos son acompañados por las cuerdas vocales de una Karen que aparenta ternura, pero que es capaz de poner a bailar y a tararear a quien esté del otro lado del reproductor.
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HUESOS AL DESCUBIERTO
Lo que podría suponer un regreso tardío a su sonido desenfrenado del primer disco, pronto se esfuma con la llegada de “Dudley”, canción que pone de manifiesto la influencia de PJ Harvey en la interpretación de su líder, al igual que la de los Pixies en los sonidos y arreglos musicales de sus instrumentistas.
Y aun cuando en “Mysteries” la estridencia y suciedad de la guitarra, batería y voz regresan, se tornan efímeros con los primeros acordes de “The Sweets”, tema que desde el título le dice a quien la escucha que se trata de un tema suave, delicado y apacible, tal como sucede con “Warrior”.
Ya para el final del LP, se hacen presentes “Turn Into” y “Deja Vu”, canciones con las que cierra un segundo álbum rebosante de sonidos acústicos y dóciles, y con interpretaciones más finas que distan de la ferocidad de aquel debut.
En alguna ocasión Karen O dijo que no tuvo la intención de hacer un segundo Fever to Tell, y en efecto no lo fue, lo que le permitió explorar otras opciones musicales, añadir nuevas influencias y abrirse a la reinvención, una que al estar en comunión con Brian Chase y Nick Zinner los llevó a crear un Show Your Bones que, pese a no lograr el mismo éxito que su primer LP, no le quita mérito al riesgo tomado, los sonidos logrados, ni a la nueva fórmula que lo caracteriza y lo distingue del resto de su discografía.