¿Cuál es el lugar más extraño en que te has echado un round de placer? ¿En el auto? ¿Un elevador? ¿El baño de un avión? ¿Te imaginas hacerlo en gravedad cero, mucho más cerca de la luna que de otro terrícola? Comienza elconteo para el despegue: 10, 9, 8, 7…
Por: Sergio Sepúlveda
“En un elevador”, fue la respuesta más común al preguntar sobre el lugar más extraño para el sexo. Nada sorprendente. Desde que yo era adolescente y aprovechaba con eficiencia las ausencias de mis suegros en turno, el mentado elevador, sonaba como el escenario que más aventura podría proporcionar a una pareja fogosa, capaz de saciar su deseo en menos de treinta segundos. Sí, leyeron bien, menos de treinta segundos, tiempo que tarda un elevador promedio al recorrer por completo un edificio de veinte pisos sin detenerse. Imagino que con este dato, muchos descartarán el elevador de su lugar de trabajo para despeinar a la compañera, a menos que lo precoz sea lo suyo.
Ante el desencanto del elevador, les confío mi mayor fantasía sexual: tener sexo en el espacio, fuera del planeta, en gravedad cero o microgravedad. Ya me vi flotando con mi mujer en una cápsula espacial, tratando de controlar los cuerpos con movimientos arrebatados.
Si piensan que es un deseo casi imposible de cumplir, tienen razón. Tan sólo un boleto para volar a la frontera de la Tierra, a cien kilómetros de altura, ronda los cien mil dólares, y como para jugar se necesitan dos, alcanzar el cielo en pareja costaría más de dos millones y medio de pesos. Eso sí, escucharías “dime vaquero”, literalmente, con la mejor vista del mundo.
Ahora: ¿Será fácil conseguir un orgasmo fuera de la atmósfera terrestre?. En este sentido, coincido con @Mau_Mancera: “el orgasmo es de quien lo trabaja”; pero para hacer el amor en el espacio se tiene que hacer una chambota.
Primero, el nivel de testosterona baja disminuyendo así el deseo sexual, entonces una erección sería heroica; segundo, al flotar en la cabina, deberíamos cuidar los movimientos, pues una maroma de 3.3 de dificultad estilo @PaolaEspinosaOF podría provocar hasta la fractura del pene; tercero, el mayor problema sería mantenerse piel con piel con los cuerpos flotando. ¿Cómo resolver esto?. La escritora Vanna Bonta (@NearVanna), confirmando que las mujeres piensan tanto en sexo como nosotros, diseñó el traje 2Suit que con velcro en la parte del tórax permite engancharse cara a cara a la pareja manteniendo los pechos descubiertos para sentirse. Un traje funcional pero nada sugestivo.
No obstante los obstáculos para el cachondeo sideral, estar en el espacio exterior nos ayudaría a lucir más atractivos; los guapos discretos pasaríamos a ser guapos descarados, ¿la razón? Los fluidos del cuerpo humano se distribuyen de otra forma, así las piernas lucen más delgadas y los rostros con menos arrugas.
Otra ventaja de la microgravedad para la intimidad, sería que las mujeres podrían no usar brassiere, pues sin gravedad, nada atrae los pechos hacia abajo. Por cierto, permítanme compartirles
que al escribir lo anterior imagine a @SabrinaSabrok como en película de Cinema Golden Choice sin el sostén talla 250 ZZZZZ que usa, flotando en una cabina espacial, eso sí sería ciencia fiXXXión.
En cuanto a la mejor posición para tener placer, mucho queda a la imaginación, pero al menos de acuerdo con un rumor publicado por Pierre Kohler (pierrekohler.com), un estudio ordenado por @NASA para elegir las posiciones sexuales más adecuadas en el espacio dice que la posición del misionero es imposible en gravedad cero.
Conclusión: Sexo en el Espacio es caro, complicado, y cero sexy. Mejor, ¡qué tal en la media cancha del Estadio de CU!, casa de mis Pumas, con el Goya del @ClubUniversidad animando. Es Difícil de Creer.