Sala de espera, un espectáculo improvisado

Los integrantes del Grupo Complot/Escena sale bien librado del problema en el que solitos se metieron. ¿Quién te manda hacer teatro en un país donde ni es bien visto ni bien pagado? Pues gracias a que Adrián Aranda, Iván Barrera, Marcos Duarte y Daniel Haddad se lanzan de cabeza al precipicio es que existe una alternativa para quedarse como poltrona delante del televisor los jueves de febrero.

 

Sala de espera es el nombre del espectáculo en el que los improvisadores se visten con bata de médicos y juegan a “diagnosticar” a los asistentes al Foro Shakespeare. Estetoscopio al pecho, pluma y papel en la mano el Dr. Sote, el Dr. Sete, el Dr. Sito y Dr. Ado (puede que haya errado algún nombre o es que acaso padezco alguno de los malos diagnosticados a los noctámbulos que ahí estuvimos en el estreno) se plantan delante de nosotros para por medio de hilarantes cuestionarios decirnos por qué se nos botó la canica; y unos tenemos bipolaridad, otros esquizofrenia, unos más hipocondría y hasta TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), quizá las principales culpables de que los mexicanos nos demos de topes contra la pared. Luego representan un sketch inspirado en las respuestas.

 

 

Cuesta trabajo decir qué hay en “Sala de espera” sin echar a perder la magia, por lo que es mejor enumerar lo que el curioso no encontrará: no hay escenografía, utilería, guión, intermedio ni un clímax. Lo que sí: sorpresas, risas y cervezas, porque en el Shakespeare la venden a un precio justo.

 

En medio de la euforia que impera por el Stand up comedy y que contagia como epidemia a la colonia Condesa, vale la pena sacar la cabeza de la inundación y echar una respirada de aire fresco: improvisación, ésa es la manera. Y sus responsables estarán ahí esperando a que se dé la tercera llamada para ver qué diantres hacen para hacernos reír. Cien a uno a que se salen con la suya.