Rod Stewart: de las Motomamis a las ‘Motomaggies’
En 1989, como este viernes y también en el mes de abril, Rod Stewart vino a México. Ofreció cuatro conciertos. Debido al centralismo que nos caracteriza, pocos hablan de los de Guadalajara y Monterrey. Pero los que ofreció en el Estadio Corregidora en Querétaro, el 9 y 10 de abril, se transformaron en leyenda.
¿Rod-salia?
Si alguien habla en el futuro de “la vez que Rosalía cantó en el zócalo”, existirán para constatarlo cientos, miles, quizá millones de fotografías y videos. Personas que transmitieron en vivo la actuación de la barcelonesa. Se tratará de un concierto determinante para la generación que primero sale a la calle sin un riñón que sin un dispositivo para documentar sus experiencias.
De Rod Stewart en Querétaro subsisten apenas algunos recortes de periódicos y videos en Youtube, tan borrosos como la memoria de algunas personas afortunadas que estuvieron ahí.
Forever Youngs
Pero en la sala de prensa del Palacio se estrechan la mano los reporteros que hacía tiempo no salían de su exilio. La broma constante es: “yo te hacía en el Zócalo viendo a Rosalía”. Ríen porque saben que ni las rodillas lo soportaría, ni su vocabulario daría entender qué es un “saoko” sin googlearlo.
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Algunos estuvieron en Querétaro. Atestiguaron y hasta participaron en el célebre portazo. Padecieron los macanazos y el baño de gases lacrimógenos. Porque en 1989, cuando los conciertos internacionales estaban prohibidos y no eran utilizados por gobierno de la Ciudad de México como moneda de cambio electoral, asistir significaba jugarse el pellejo.
Rod Stewart – Santiago Covarrubias / OCESA
Paradójicamente, si a Rosalía le tendieron el zócalo como alfombra para que deslumbrara como su sobrehumana habilidad de bailar, a finales de los 80 a Rod Stewart lo llevaron lejos de la capital del país, donde se temía que se repitiera el fenómeno Avándaro.
God save the Lion King
Pero quienes estuvieron ahí coinciden en algo. Fueron todos. Metaleros, góticos, fresas, punks y hippies. Era lo que había. Cualquiera a quien le sobrara juventud y no temiera a perder un ojo en la misión. Eso queda de los conciertos de Rod Stewart en Querétaro: narraciones orales que los revisten de un halo de misterio.
A partir de ese momento, el Caballero del Imperio Británico, ex futbolista y sobreviviente de ha vuelto varias veces a nuestro país. Incluso, a esta presentación acontecida el viernes 28 de este mes en el Palacio como parte de la gira mundial The Hits, la antecede una la Feria de San Marcos el 23 de abril.
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En algo se parecen a los conciertos de 1989. También han venido punks, metaleros, góticos y hippies. Algunos seguramente estuvieron en el Corregidora. Pero si 34 años antes huyeron de casa sin avisarle a sus papás, hoy son acompañados por sus hijos adultos. Se aferran a sus brazos para no desplomarse por las escaleras.
La mayoría de esos rockeros de vieja escuela ha perdido el cabello y ganado kilos. Muchos renquean y hay incluso quienes se apoyan en un bastón. La cabellera de Stewart se mantiene dorada y abundante como la de un león y su voz continúa raspando como si el cantante hiciera gárgaras con cristal cortado. Sigue siendo el Rey… León.
Una canción por Ucrania
A diferencia del escenario desnudo que se alcanza a ver en los reportes periodísticos de la época ochentera, hoy detrás de Rod Stewart se despliega una pantalla descomunal de alta definición. En eso se parece al concierto de Rosalía. Nos hemos acostumbrado a disfrutar de la música en proyecciones. Los más jóvenes en sus celulares y los de más años a través de un oráculo hecho de leds.
Rod Stewart – Santiago Covarrubias / OCESA
En esa pantalla aparece el rostro de Christine McVie, de Fleetwood Mac, quien murió el año pasado antes de cantar “I’d rather go blind”, pero también el presidente de Ucrania Volodymyr Zelenskyy cuando Rod Stewart le dedica a la nación invadida por Rusia “Rhythm of my heart”.
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Esta noche se sale con to’as mis “Motomaggies”
Al mismo tiempo que el nacido en Londres, a sus 78 años, se luce bailando sobre el escenario como si tuviera por lo menos dos décadas menos de edad, gracias quién sabe a qué brujería, una multitud se rinde a los pies de Rosalía, enlistándose en la armada de las “Motomamis” y perreando, seguramente, hasta barrer el suelo de la Plaza de la Constitución.
Rod Stewart – Santiago Covarrubias / OCESA
En el Palacio de los Deportes, interpreta canciones como “Young turks” a una audiencia para quien la juventud se parece al frasco de galletas imposible de alcanzar en lo alto de la alacena; o “Forever young” y “If ya think I’m sexy”, que seguramente habrán sonado también en aquella histórica de 1989.
Viva el presenta y larga vida al pasado. Algún día las “Motomamis” serán como las “Motomaggies” que felices acompañan a Rod Stewart en el que ojalá no sea su última actuación en México cuando interpreta “Maggie May”: “Cuando el sol de la mañana se refleja en tu rostro, muestra tu verdadera edad. Pero eso no me preocupa. Para mis ojos, lo eres todo”.
