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Renunciar no es opción

Escrito por:Jafet Gallardo

Destacar internacionalmente como deportista en México es una labor que, lamentablemente, sigue siendo titánica en nuestro país, pero además hacerlo en un deportes prácticamente desconocido, se aproxima a lo imposible. Nahila Hernández lo ha conseguido, luego de completar una de las pruebas físicas más importantes que existen (de acuerdo con la revista Time) y nada menos que ubicada como una de las tres mejores atletas femenina. Ella habló con nosotros sobre esta hazaña, ejemplo de fortaleza y temple para todos los mexicanos.

¿Cuál es la meta que cumpliste?

-Regresé de la Antártica que fue el último desierto del reto Across the Desert, organizado por Racing the Planet y que consiste en correr 250 kilómetros en cada uno de los cuatro desiertos más extremos de la Tierra. Yo empecé en Sahara en octubre de 2010, que es el más caliente; corrí el de Atacama, que es el más árido, en marzo de 2011; este año, en junio, corrí en el desierto de Gobi en China y ahora regreso del desierto más frío, el de la Antártica, feliz de la vida con un segundo lugar femenil. Con eso me convierto en la primera mujer de Iberoamérica que lo consigue, además con podio en tres de las cuatro carreras.

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En Atacama fuiste la mejor femenil.

-Así es. En Gobi quedé quinto lugar femenil y Antártica segundo. En China fue por una cuestión de un virus que agarramos varios corredores y que corrimos buena parte de una etapa de 86 kilómetros con diarrea y eso me relegó, porque además la edición de 2012 de Gobi fue considerada la más competitiva de la historia en mujeres, pero ese quinto lugar me deja muy contenta porque fue una carrera con obstáculo.

¿Hay algún tipo de ranking donde figures entre las primeras?

-No existe. El ultramaratón es una disciplina del a atletismo que en realidad no está regulada por una federación, pero existe un ranking informal. Porque además el ultramaratón tiene pruebas muy diferentes porque no es lo mismo correr una prueba de 100 millas en un día, que una prueba como estas cinco días a través del desierto con una mochila al hombro y en condiciones extremas. Sería muy difícil rankearlo, pero en mis preferencias te puedo decir las carreras del desierto son de las cinco mejores del mundo. Y es que tienen tantas variables y son tan específicas, que una torcedura de tobillo te puede llevar al décimo lugar.

¿Pero qué tanta resonancia está causando tener a una mexicana entre las mejores, algo que no es muy usual?

-Ha sido una experiencia maravillosa porque en realidad es una disciplina dominada por las europeas y las norteamericanas. Las latinas, pues una parte no consigue competir por cuestión de recursos porque no hay patrocinios del sector privado; pero también está es cuestión de los latinoamericanos nos sentimos menos, pero hoy por hoy hay una referente latina en el mundo del ultramaratón y haciendo mucho ruido.

Existen otros mexicanos que están destacando en las ultra pruebas como Javier Santiago en carrera vertical e Iñaki de la Parra en ultratriatlón, ¿dirías que es una características de los mexicanos destacar en estas pruebas extremas?

-Yo soy compartida, porque yo nací en Cuba aunque llevo muchos años en México, pero te puedo decir que definitivamente el mexicano está diseñado para la competencia. El arquetipo del mexicano está diseñado para al resistencia, lo que se demuestra en su cultura indígena. Incluso se puede comprobar en como los mexicanos destacamos en pruebas individuales.

Y también las mujeres son las que han dado la cara por nuestro deporte, ¿cómo ha sido la experiencia de ser una mujer destacada en nuestro país?

-Pues también venimos de una cultura con un machismo arraigado y donde no se ve tanto mujeres destacadas, incluso eso limita un poco nuestro desempeño en el alto rendimiento, implica que nos tengamos que dedicar a los hijos y tener menos tiempo, implica no atender tanto a tu familia porque entrenas y viajas todo el tiempo, pero me da gusto ver que progresivamente hay un cambio en la sociedad y que hay un respeto por nosotras. Que toman en cuenta nuestro trabajo y sacrificios para destacar y que lo estamos demostrando con buenos resultados.

¿Cómo te ha ido a ti con la cuestión de los patrocinios?

-Pues es difícil conseguir los recursos, todavía es insuficiente para la agenda que tengo y las metas que quiero cumplir. Ha sido un proceso largo, pero afortunadamente los medios me han ayudado, además de los resultados. Pero no alcanza, yo entreno menos de lo que debería entrenar porque trabajo muchas horas y tengo varias responsabilidades. Todo ha sido a base de gestión directa. Hoy ya se pagó lo de los cuatro desiertos, pero los objetivos para este año son mucho más extremos todavía, así que será necesario contar con más recursos, pero tengo la ventaja de que todos los patrocinadores que han trabajado conmigo van a seguir, pero falta mucho. He vendido mis cosas y he cambiado por un modo de vida mucho más austero para poder cumplir mis objetivos.

¿Cómo haces para pasar a esos extremos del desierto más cálido, al más árido, al más frío?

-Es antagónico, tanto clima como el tipo de terreno. Algunos son muy agresivos. Pero en el fondo, como atleta, la única forma de cumplir es programarte de que el cuerpo tiene que hacer lo que la mente le diga, porque sí son condiciones muy adversas. En el Sahara la arena te destroza los pies, corres todo el día y luego no puedes descansar porque el calor es insoportable; en la Antártica te congelas en un minuto, te resbalas, no puedes parar por el frío. En el fondo aunque todo sea tan duro, lo que hace a uno sobrevivir a todo es la capacidad mental de soportar.

¿Cómo se siente tener más temple y fortaleza que quizá el 99% de los hombres del mundo?

-(Risas) En realidad yo no le doy importancia a eso porque nunca me he sentido más fuerte que los hombres. Nunca he pensado que las mujeres tengamos que ser más fuerte, pienso que las mujeres tenemos que ser mujeres y podemos ser igual de fuertes que cualquiera. En el día a día a veces se convive con hombres que a veces sí se sienten amenazados por esa situación, pero yo prefiero obviarlo, no busco ser superior a nadie, yo vivo mi vida y sueños y trato de hacerlo lo mejor que puedo.

¿Qué se requiere para no quebrarse mentalmente, no sólo durante la prueba, si no con todos los sacrificios que has tenido que hacer?

-Pues hago varias técnicas que me ayudan a desarrollar mi trabajo mental como el yoga y la meditación, además de que leo mucho sobre la mente humana, pero básicamente el deseo es lo más fuerte. Cuando un sueño es realmente auténtico y lo quieres cumplir porque lo amas, no hay opción de renuncia. El problema de ceder al dolor o de no tener dinero y quedarse en un área de confort están fuera de mis opciones. Mi objetivo cuando llegó a un evento es tan fuerte que en ningún momento me planteó la necesidad de salirme de ahí. Obviamente hay mucho dolor y sufrimiento y es durísimo, se pasa por muchos conflictos mentales, pero cuando en realidad tienes la meta clara, pues sales adelante. Hay otros motivadores como mis hijas, mis sueños, el compromiso con México, con Cuba y todos te ayudan.

Y después de esta súper meta cumplida, ¿qué sigue para ti?

-Pues sigue algo más duro todavía. Este julio quiero hacer una carrera muy dura que se llama Badwater y se desarrolla en el Valle de la Muerte en California, una carrera de 217 kilómetros sin parar en 48 horas, con las condiciones de más calor en el planeta. Es un reto muy grande, es necesario clasificar, no cualquiera puede participar. Para calificar necesito hacer una carrera que se llama Brasil 135 que consiste en correr 217 kilómetros en Brasil, con condiciones menos extremas que en Badwater, pero necesariamente en 48 horas. Lograrlo sería histórico, es una carrera con 35 años de existencia y nunca una mujer latina se ha presentado. Todo mundo le ha sacado (risas). Está carrera está considerada por National Geographic como la competencia más dura del mundo. Vamos a tener que entrenar purísimo.

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