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Oscar 85, una noche cualquiera

Por: Jafet Gallardo 22 Feb 2013
Erase una vez… “Hace mucho, mucho tiempo”, reza el lugar común para iniciar un cuento y como Hollywood es la […]
Oscar 85, una noche cualquiera

Erase una vez…

“Hace mucho, mucho tiempo”, reza el lugar común para iniciar un cuento y como Hollywood es la fábrica de sueños no existe una mejor manera de empezar. Ese soleado Valle en California, que ostenta pomposo su letrero sobre los montes que lo rodean,  es un lugar creado exprofeso para albergar la industria cinematográfica. En los albores del cine mudo, Nueva York era la ciudad más boyante de la Unión Americana y la ideal para desarrollar una industria cinematográfica; sin embargo la mafia había sentado sus reales y las productoras de aquellos tiempos decidieron aceptar la oferta que el condado de Los Ángeles les hizo. La policía prometió y cumplió conformar pequeñas fuerzas anti-gansters que correrían de mala manera a los enviados de Chicago y Nueva York.
 
Para 1928, el año en que Louis B. Mayer decide proponer “un premio de la Academia al mérito”, Hollywood ya era esa maquinaria perfectamente aceitada de hacer películas y dinero. La estatuilla, un hombre desnudo deteniendo una espada, fue dibujada por CedricGibbons y esculpida por George Stanley. Lo curioso es que el Emilio “El Indio” Fernández fue el modelo del premio gracias a la intermediación de su amiga, Dolores del Río.
 
La sobriedad de aquella primera entrega del 16 de mayo de 1929, en el Hotel Roosevelt de Los Ángeles ha quedado ya muy lejos de la superproducción en la que se ha convertido. La de hoy se transmite vía satélite a más de cien países y otros tantos idiomas, miles de medios se acreditan, tiene una alfombra roja que es en sí misma un desfile de diseñadores, sitian L.A. para evitar sorpresas terroristas, contratan hombres con frac para que ocupen los lugares apenas uno de los asistentes se levante para recibir su premio y las tomas sean siempre de lugares llenos. Y los consabidos discursos de aceptación del premio en los que pasa de todo: unos declarar abiertamente su homosexualidad, otros tartamudean y lloran, gritan su repudio al presidente en turno o, como Marlon Brando, lo utilizan como plataforma política.
 
 
And the Oscar goes to…
La caballada está flaca, se podría decir con respecto a la calidad de las películas seleccionadas este año. Exceptuando a la francesa Amour, la mayoría son de una calidad inferior a la de otros años. Hollywood está en crisis y no quiere verlo porque los números le siguen resultado positivos, pese a sonados fracaso como Abraham Lincoln: Cazador de vampiros y John Carter.
 
Argo es la cinta que se ha llevado todos los premios previos al “Oscar”. Ben Affleck dirige correctamente una historia que en cualquier otro director acabaría siendo una película de balazos. La trama de unos refugiados en Irán que son rescatados por la CIA, la hermana con Zero darkthirty, de la directora KathrynBigelow –donde un malvado Osama  Bin Laden es capturado y asesinado, ambas aspiran a un premio de la academia. Bigelow ya se lo llevó en el 2009 con una película similar, The Hurt Locker. En ese rubro patriotero norteamericano está también está la muy pesada Lincoln, del veterano Steven Spielberg.
 
El resto son historias variopintas como Beasts of thesouthern wild, drama fantástico protagonizada por Quvenzhané Wallis, que la llevó a estar seleccionada para el Oscar; el desigual trabajo de Tarantino en Django unchained;  esa exageración musical llamada Les miserables, donde Wolverin, Gladiador y Gatúbela comparten créditos mientras aúllan en una Francia convulsionada; Life of Pi donde un tigre de CGI hace de las suyas en una lancha, y el regreso a los buenos papales de Robert De Niro en  Silver linings playbook.
 
Es revelador que una cinta intimista como Amour, con un planteamiento tan sencillo como el envejecimiento en el umbral de la muerte, con un triste y desolador desenlace comparta sección con todas estas películas que echan mano de elencos famosos y presupuestos millonarios.
 
 
Facebook y Twitter allá voy
Las cadenas mexicanas se preparan para transmitir la entrega brindándole al público una noche de cine mainstream y traductores comentaristas que se quieren hacer los chistosos. La tradicional gala en Televisa, que ahora tiene una seria competencia en TV Azteca,  puede complementarse si seguimos una de las más antiguas de la televisión norteamericana, la de TNT o la frívola de E!. Sin embargo, los dispositivos móviles e Internet nos ofrecen una especie de televisión interactiva. Tan es así que Twitter puso en línea una página que diagrama las valoraciones de las candidatas a la estatuilla, entre otros rubros. Uno teclea esta dirección: oscars.twitter.comy puede verlo que opinan los twiteros. 
 
Pese a los infumables números musicales es interesante atestiguar los pormenores de un evento con tanta tradición y comentarlo en las redes sociales con los amigos. Uno nunca sabe cuando un terrorista meta en el sobre de mejor película una tremenda bomba.

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Jafet Gallardo DIGITAL EDITOR Periodista de formación. Creador de contenidos, analista, especialista en viajes, entretenimiento y estilo de vida.
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