Su nombre proviene de uno de los arcanos mayores del Tarot: el loco. En Matti Osteria se sirve la cocina italiana, pero con fusiones mexicanas y asiáticas. Están locos.
Lo de Julio: una cocina pensada en el desenfado
La pizza representa uno de sus platillos emblema. Ls redondez se cocina en el interior de un horno napolitano de leña. Elaborada con masa madre a partir de un fermento de cuatro años, sus ingredientes son cuidadosamente manipulados de modo que entreguen lo mejor de sí a tu paladar. Prueba de ello es el tomate de San Marzano, con el que se elabora la salsa que le brinda el toque distintivo.
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A diferencia de las pizzas “de cadena comercial”, en Matti se presentan a la mesa sin cortes y te proveen unas tijeras con las cuales irás decidiendo el tamaño de tu rebanada, dándole tiempo y espacio al resto del platillo para que libere sus jugos y benditas esencias. Es por ello que, además de su sabor, compartir una pizza con queso, carnes y vegetales al centro de la mesa se convierte por sí misma en una experiencia.
Matti posee un diseño inspirado en la antigua casona italiana, el Palazzo, mediante una cocina abierta en el que los interesados pueden seguir de cerca el proceso y preparación de los platillos. De la vista nace el amor y estas suculentas especialidades no son la excepción. A la derecha del horno, se encuentra la estación de pastas, que se amasan y cocinan a diario, resaltando su frescura. Y cerca de una de sus dos puertas, para que le dé la bienvenida a los comensales, está el fogón. Según nos cuenta el chef Hugo Ramos, se enciende a primera hora de la mañana, para el desayuno, y no se apaga hasta el momento del cierre, después de la cena.
Ahí se cuecen los pescados, los cortes de carne y algunas verduras. Una sugerencia especial, si es que acudes sin demasiado ánimo de pizza, es preguntar por la pesca del día o, quizá, animarte por un top sirloin. Este último maridado con una copa de la variedad de vinos que se ofertan, algo de coctelería (que juega con destilados como el tequila, el mezcal o la ginebra) o bien un vaso de la cerveza artesanal Monopolio, originaria de San Luis Potosí, y cuya IPA posee una exquisita frutalidad.
Imperdonable sería levantarse de la mesa sin pedir postre. Una opción puede ser la Pavlova, una compota de frutos rojos y crema que puede representar una forma maravillosa de clausurar una velada en Matti.
Parole: Reinventando la cocina italiana
Ya lo dijo Baudelaire y no se equivocó: “Son más bellos los sueños de los locos que los del hombre cuerdo”. Razón no le faltaba, aunque al escritor francés del siglo XIX no se pudo sentar en una de sus mesas, quizá hubiera agradecido que alguien supiera convertir la locura en un plato de comida y se lo sirviera en un barrio boyante, como la Juárez. Cuando menos uno piensa en ello entre bocado y bocado.
Tartar de Res
Mozzarellas fritas con salsa arrabiata y albahaca
Tostadas de atún con aguacate, cilantro, aceite de chile habanero y furikake;
Risotto Nero preparado con Arroz Carnarolli, tinta de sepia, pancetta y camarones al grill; Pizza de Huitlacoche
Londres 49, colonia Juárez
CDMX