Margules, una auténtica máquina del tiempo sonora

Si en algún momento he pensado en viajar al pasado para lograr escuchar el sonido más puro de cada canción grabada en estudio, hasta hace algunos años hubiera creído que los conciertos y algunas tornamesas eran casi las únicas opciones posibles.
Margules: estos son los bares y restaurantes con mejor sonido
La experiencia de estar frente a una leyenda o, en el caso de los tocadiscos, poder reproducir pistas y lados B que a veces no aparecen en escena, sólo podrían apreciarse de cierta manera. Incluso con los nuevos gadgets se puede tener acceso pero la realidad es que a veces es un mero entretenimiento o acompañamiento, deja de lado la fidelidad que es tan importante para generar ciertas emociones en el escucha.
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Margules: el volumen ideal
Margules, con una bofetada de finísima y exquisita sonoridad, derriba el mito; nos devuelve al sillón de la casa, enciende las bocinas Intermezzo y Overture al volumen ideal para que a manera de iniciación, revisitemos no sólo hits, sino canciones que en su momento fueron satanizadas, incluso éxitos que no merecieron estar en primeros lugares porque los errores en su ejecución, producción y postproducción no eran percibidos.
El set list de Arturo López Gavito
En una velada donde el productor musical Arturo López Gavito fue el piloto de este viaje musical, donde sólo contamos con tecnología a base de bulbos, Dreams de Fleetwood Mac fue la telonera de la noche. La canción se reprodujo en ambas bocinas para diferenciar cómo la voz de Stevie Nicks flota y destaca sobre la instrumentación en Overture, sin disminuir la calidad del resto; mientras que Intermezzo abre más espacio para distinguir a cada una de las partes, aunque el bajo y la batería se vuelven los protagonistas.
Como segundo tiempo, llega Money del The Dark Side of the Moon, donde de por sí la destreza de la pieza original no es discutible, en los equipos de Margules cada capa, cada elemento, como la caja registradora -que por momentos te transporta a la caja del merendero de barrio- resuenan. Los bajos, los solos de guitarra, se convierten en una experiencia precisa y tridimensional.
Para entender la inspiración de este emblemático disco de Pink Floyd, el jazz de John Coltrane es la referencia y A love Supreme en Intermezzo fue la elegida para una reproducción que no da espacio a ser llana y permite que el saxofón, cada redoble de batería, sea un diálogo íntimo con el escucha.
Por si no fuera suficiente, Gavito, acompañado del gran Mario Lafontaine, saca otro as bajo la manga y presentan el Let it be…NAKED; reproducen Get back, crudo, sin capas de producción, esta edición simplemente se hizo a capricho y solicitud de Paul McCartney -porque no le gustó lo que en su momento hizo el productor Phil Spector- y Margules capta sin descaro y lo muestra como es.
Outline: un spot en la Roma que te tardaste en descubrir
Eric Clapton hace su aparición con la versión acústica de Layla de los noventa, presentada en los famosos Unplugged de MTV y que le mereció un Grammy por Mejor Canción de Rock. Los equipos Margules nos permiten percibir hasta el mínimo movimiento de los dedos de Clapton que recorren las cuerdas de la guitarra Martin que utilizó en esa ocasión.
La noche se pone ochentera con Give me One Reason de Tracy Chapman y da el giro a esta velada; este himno de los años ochenta y que en estos dosmiles las bocinas rinden un homenaje porque no sólo la reivindican, sino la ponen en nuevo nivel. Incluso, a manera de desafío, los productores deciden reproducirla en un equipo digital contemporáneo donde todo se escucha plano.
Everybody wants to rule the world y Shout, otros éxitos ochenteros de Tears for Fears, tratan de ganar pero Margules revela ciertas fallas en la producción y masterización que sólo reeditando podrían eliminarse.
Para despedir y cerrar con broche de oro, La Ciudad de la Furia de Soda Stereo nos invita a reflexionar cómo todavía a finales de los noventa se hicieron LPs de buena manufactura; pensados en la reproducción como todo un arte.
¿Dónde está Margules?
Margules, ubicado en la calle de Morelia #38, de la Roma, ofrece una sala de experiencia donde puedes reproducir tu pista de vinilo y conocer a detalle cada producto. Como parte del centenario de la empresa, creó Intermezzo y Overture, obras de ingeniería sonora y pasión artesanal cien por ciento mexicanas.
Margules revela la verdad que hay detrás de cada grabación que al final son parte de la atmósfera que genera un puente entre el escucha y el artista.