El rock latinoamericano no deja suficiente dinero para llevar vida de Rolling Stone, pero sí brinda la oportunidad de compartir el escenario con amigos. Los chilenos lideran uno de los días del festival El Rock Nos Une, a celebrarse sábado y domingo en el Pepsi Center.
Por Arturo J. Flores
¿Y te gustaría que tu hijo fuera estrella de rock?, le pregunto a Mauricio Basualto, batería de Los Bunkers. Él tiene 44 años y su vástago ronda los 20.
“¡No! Hace poco lo llevé de gira como técnico y aunque lo pasó bien, se dio cuenta que no es tan glamuroso como creía. Dormimos pésimo y comimos peor, cargamos cosas todo el tiempo y nos la pasamos viajando. Por eso, ahora está feliz estudiando la Universidad.”
¿Y qué estudia el muchacho?, insisto. “Periodismo”, dice el chileno. Las carcajadas de ambos son inevitables y resuenan por toda la cafetería donde nos encontramos. Ahora soy quien le dice: esa profesión tampoco es tan glamurosa como parece. Hoy me desperté con el gallo, para llegar a tiempo a esta entrevista.
“No sé, pero me gusta. Tengo amigos periodistas y los veo muy curiosos, muy intelectuales, compran revistas y libros, tiene opinión y usan chaquetas muy bonitas…”, me responde antes de sumergirse hasta la barbilla en su capuchino.
Yo sólo quería viajar
Los Bunkers están de regreso en México como uno de los grupos estelares del Festival El Rock Nos Une, que se celebrará este sábado y domingo en el Pepsi Center con la participación de Paté de Fua, Ely Guerra, Los Daniels, Cuca, Panteón Rococó, El Gran Silencio y Los de Abajo, entre muchas otras bandas.
En el caso de Los Bunkers, será una de las últimas actuaciones para promover el disco Música libre, que la banda lanzó en 2010 bajo la producción de Meme del Real (Café Tacvba) y en el que interpreta una docena de canciones del cubano Silvio Rodríguez como Sueño con serpientes, Quién fuera y Al final de este viaje en la vida.
“Cuando era niño quería estar en una banda de rock para viajar, porque durante la dictadura no se podía ni viajar ni tener un grupo. Sólo podías ver a los militares tocando en la banda de guerra. Y un bajo o una batería sólo las veíamos en las tiendas.”, explica Mauricio.
De alguna manera el deseo se vio cumplido, aunque no como en el primer mundo.
“Nosotros, los chilenos, no hemos conocido el sexo, drogas y rock and roll como en las leyendas; en México, quizá, hubo un tiempo en que las bandas ganaban como un gerente de banco, pero allá no. Ahora sólo disfruto de la vida nómada, del placer de levantarme un día a las 4 de la tarde, esos son los beneficios. Pero claro, me gustaría haber ganado el dinero que ganaron los Rolling Stones. Hace poco leí la autobiografía de Keith Richards… ese manual de estrella de rock no es para nosotros. No tenemos el dinero ni siquiera para ser aprendices.”
Lo cierto es que el rock latinoamericano si algo deja, en vez de dinero, son buenos amigos. Y Los Bunkers tendrán la oportunidad de compartir con algunos de ellos este fin de semana.
¿Y si tu hijo escribe algo con lo que no estés de acuerdo?, atajo al final. “Para eso están los chicos”, sonríe Mauricio, “para equivocarse (risas)”.
El Rock Nos Une
Sábado 15 y domingo 16
Pepsi Center
Boletos en ticketmaster