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Laura Bozzo. Que pase el desgraciado

Escrito por:Jafet Gallardo

Se describe a sí misma con una dureza espeluznante, pero presume sus 155 puntos de IQ (inteligencia lógico-matemática), esa misma inteligencia que no le servía a la hora de lidiar en escuelas y universidades, de donde llegaron a correrla por cuestionar todo. Le gusta tanto su delgadez que no le molesta verse “cadavérica” y ha adoptado una rutina de ejercicios que algunos días supera las tres horas. Fue sometida a juicio por sus presuntos nexos con la red de corrupción de Vladimiro Montesinos (ex asesor presidencial de Alberto Fujimori 1990?2000). En julio de 2002, eligió el estudio de televisión Monitor como prisión, desde donde no dejó de trasmitir Laura en América. La acusación de peculado (hurto de caudales del Estado) por recibir tres millones de dólares de Montesinos no fue probada. Si bien no puede coronarse la reina del rating, con un cuarenta por ciento de las personas que están viendo televisión en ese horario, eleva los niveles de audiencia de su emisora dejando un buen arranque para la barra de telenovelas. Cree que tiene una misión en la vida: ayudar a la gente.

PLAYBOY: ¿Cuándo fue la primera vez que dijiste “Qué pase el desgraciado”?

BOZZO: La primera vez fue cuando estaba en América Televisión, en el año 98. Era una historia de un hombre (un taxista) al que le había encontrado que tenía tres mujeres paralelamente. A todas les contaba una historia distinta. Primero hice pasar a las esposas y cuando lo tuve que hacer pasar a él, me nació del corazón decir: “que pase el desgraciado”. Y ahí se quedó.

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PLAYBOY: ¿Saliste corriendo a registrarlo?

BOZZO: No, en ese momento, no le di mucha importancia.

PLAYBOY: ¿Son desgraciados todos a los que les dices así?

BOZZO: Todos los que les digo desgraciados, sí lo son, definitivamente, porque desde el momento que engañas, mientes y traficas con las mujeres, para mí eres un desgraciado. El que no respeta una mujer, para mí es un desgraciado.

PLAYBOY: ¿Alguna vez te dijeron desgraciada?

BOZZO: No, hasta ahora no. Seguramente me lo han dicho, pero no en mi cara. No se atreven.

PLAYBOY: ¿Impones respeto o miedo?

BOZZO: Es curioso, me pasan cosas divertidas. Los niños tienen pasión por mí. Hay criaturitas, chiquitos de dos años o tres, que recién aprenden a hablar y dicen : “Te quiero Laura”. Hay una química impresionante entre los niños y yo. Sin embargo, sí veo cierto respeto, en algunas personas cierto temor. Más en los hombres que en las mujeres, definitivamente.

PLAYBOY: ¿Tú eliges meterle temor a los hombres?

BOZZO: No, yo no elijo meterle temor a nadie, tuve un padre maravilloso. En mi casa jamás viví algún tipo de violencia. Mi familia es italiana, del sur de Italia. Pero la que tenía los pantalones era ella, no mi padre. Él era un genio, ingeniero, brillante, ha publicado no sé cuantos libros, enseñó en la UNAM y en muchas partes del mundo, premiado en España. Un genio de esos que vivía para su trabajo. Mi madre tenía un carácter muy fuerte.

PLAYBOY: ¿La gente eligió el personaje que se creó de ti o tú lo fuiste formando?

BOZZO: A ver, creo que estás equivocado: para empezar yo no soy un personaje. Yo soy Laura. Lo que tú ves, es lo que yo soy. No he formado un personaje para la televisión. Mucha gente lo hace. Una cosa es Don Francisco, el personaje, y otra cosa es Mario, que es él. Pero Laura es Laura. La señorita Laura es la misma en la casa, en la calle, con sus hijas, con su pareja. Así fui desde que nací, desde chiquita, medio salvaje, rebelde, tengo un problema de hiperactividad cerebral. Me sacaban del colegio, me botaban de las universidades, tenía muchos problemas de conducta. Elegí ser rebelde de por vida.

PLAYBOY: Cuando estuviste acusada de peculado, ¿por qué elegiste vivir tu arresto en un estudio de televisión?

BOZZO: Yo no vivía en Perú, sino en Miami, en ese momento iba a grabar a Perú. Sabía cuando venía de Miami a Perú que me iban a arrestar, ya me lo habían advertido los abogados. En ningún momento temí ni pensé: “Me quedo en Miami”. Podía tranquilamente no haber regresado, simplemente como ciudadana italiana podía haberme quedado, sin embargo dije “no”, le debo a mi audiencia y a mi público una credibilidad que no voy a manchar porque además soy inocente, nunca recibí dinero, se probó que el cuento de los 3 y medio millones era falso. Cuando volví a Perú sabía a lo que me atenía. Cuando estaba por regresar a Miami, en el aeropuerto la policía me paró, ya había pasado migraciones. Pude haber subido al avión tranquilamente, pero dije “No, yo me quedo”. Claro, no sabía hasta qué punto la política manejaba la justicia. Encontré en México una nueva vida, volví a nacer. Llegué en un estado de depresión, muy mal. La gente me acogió con tanto amor y me protegió, me dio cariño, una nueva vida. Por eso digo “Soy mexicana”, no porque deje de ser peruana, pues le agradezco al Perú todo lo que me dio en mi vida anterior, sino que para mí yo he muerto. Cuando terminó lo del arresto, terminó toda esa etapa de mi vida. Aquella Laura murió.

PLAYBOY: ¿Sufriste el arresto domiciliario?

BOZZO: Terriblemente.

PLAYBOY: ¿No te sentías feliz, como un animal de televisión?

BOZZO: No, yo me sentía feliz en un canal, pero todos los días me decían que me iban a meter a la cárcel. Hacían un trabajo psicosocial conmigo realmente espantoso, todos los días aparecían titulares que decían: “Laura Bozzo va a ser trasladada a Santa Mónica”, “La van a violar”, “La van matar” o “La van a cortar”.

PLAYBOY: ¿Qué era lo que más temías?

BOZZO: Lo único que me daba temor eran mis hijas, que eran chicas, la menor en ese momento tenía 14 años, tuvo que vivir sola en Miami, no la podía llevar a Perú a leer todos los días las cosas que decían de su madre. No tener el contacto con mis hijas en edades tan difíciles para ellas, fue muy difícil para mí, no temía por mí, solamente temía por mis hijas. Cristian (su pareja) de alguna manera era un cable contra la depresión y los ataques de pánico. Mi padre, Cristian y el equipo de producción de Perú, la gente de Perú, fueron la fuerza que me dieron para no terminar peor o en un Psiquiátrico.

PLAYBOY: ¿Le tienes miedo a la locura?

BOZZO: A la locura no, pero me daban muchos ataques de pánico, en un principio tenía muchos problemas con la comida, o dejaba de comer o me embutía de una manera voraz. En la primera etapa de mi arresto, subí 10 kilos, comía un pastel por día. Pero en la segunda etapa dije “no”. Hicimos una cancha de tenis, de vóley, empezamos con una entrenadora que venía todos los días a hacerme spinning y ejercicio. Cristian fue un personaje muy importante en ese momento, un escape.

PLAYBOY: ¿Ahora qué es Cristian?

BOZZO: Es mi pareja, hace 12 años que estamos juntos. Sufrí muchísimo esos años, pero siempre digo que jamás podría ser la conductora que soy ahora si no hubiera vivido eso. Me acercó primero al dolor, sé lo que es estar privada de la libertad, sé lo que es la injusticia, y lo sé por que soy doctora en ciencias políticas, he visto la injusticia de Perú, cosas atroces.

PLAYBOY: ¿Cómo haces para compactar toda esa injusticia en el programa? Porque todo el mundo acusa que son casos fingidos.

BOZZO: Bueno, hay una estructura que hay que respetar y hay que meter toda la historia en media hora o en una hora. Es difícil muchas veces. Pero la gente, cuando he tenido casos que no han sido reales, ha visto cómo los he botado al aire. Si me doy cuenta de que un caso no es real, inmediatamente fuera, y al aire lo digo.

PLAYBOY: ¿Cómo haces para que todas esas emociones salgan en esa hora de programa?

BOZZO: Pues salen, ¿sabes? No sé qué es lo que pasa, magia o qué, pero veces la gente llora desde que me ve. Es porque han luchado años de su vida por tenerte cerca, mi presencia en Laura en América fue de 7 años, dos horas en vivo, la gente me conoce. La defensora de las mujeres. Hay mucha gente que ha soñado con alguna vez estar frente a mí. Entonces, me ven y se ponen a llorar. No tengo que forzar a que salga nada.

PLAYBOY: Bueno, en tu programa de hoy dijiste: “Voy a cambiar la escaleta”.

BOZZO: Tienes un orden, porque el orden es necesario.

PLAYBOY: ¿Tú sabes toda la historia que quieres contar?

BOZZO: A mí nadie me dirige, nadie me dice nada, no tengo un prompter, un chícharo, no tengo nada como lo tienen muchas conductoras de este género, que les van dirigiendo por el aparatito qué deben preguntar y qué no. Acá la productora soy yo, produzco, conduzco, y todo lo demás. Está Maru, que es productora también, y que ejecuta lo que yo quiero.

PLAYBOY: ¿No crees que el exhibicionismo sentimental es Tele-basura?

BOZZO: He ayudado a tanta gente en mi programa y me siento tan orgullosa de lo que he hecho que puedo darme el lujo de ir a Coyotepec, hablar con una madre cuya hija ha sido asesinada y le echa la culpa a una persona del asesinato. Puedo darme el lujo de ir donde vive la familia del acusado, que la familia me agarre la mano y me diga “Por fin viniste, sólo confío en ti, no confío en la justicia “. Que por primera vez dos familias que se han estado matando durante 15 días, una diciendo “tu hijo mató a mi hija” y la otra respondiendo “tú eres una desgraciada”, lleguen a un pacto de conciliación, a esperar que el ministerio público y yo encontremos la solución. Yo apoyando al ministerio público, ¿qué te puedo decir? Si eso es “tele-basura”, estoy muy orgullosa de hacerla.

PLAYBOY: Te comparaban con Eva Perón, por acción social.

BOZZO: Amo a Evita.

PLAYBOY: Pero Evita también tenía un lado duro.

BOZZO: La amo mucho. No me voy a comparar con una mujer que ha trascendido en toda América. Para mí es un símbolo inalcanzable, veo a Evita como ver para arriba. Obviamente tenía un lado duro, un lado oscuro para mucha gente.

PLAYBOY: ¿Cuál es tu lado oscuro?

BOZZO: Nadie es perfecto. Por ejemplo yo soy una persona demasiado impulsiva, a veces hago brutalidad y media por mi impulsividad. Él (pienso que se refiere a Cristian) me corrige muchas veces mi lado impulsivo, soy sumamente inmadura. Digo que tengo el síndrome de Peter Pan. Cuando estaba en 5º. de primaria me tuvieron que hacer un test especial, evaluaciones con psicólogos y todo eso. Lo que le dijeron a mi madre fue que tenía que estar en un colegio especial, porque tenía 155 de coeficiente intelectual, era una niña genio. Ser muy inteligente tampoco creas que es ser bueno. A veces ser un poquito más brutita me hubiera gustado, te lo digo con toda sinceridad, porque sufres más cuando te das cuenta de muchas cosas.

PLAYBOY: Sí, una amiga decía : “En mi próxima vida quiero ser tarada”.

BOZZO: Exacto, una rubia tonta y tetona. ¡Ay no, no, no! (grita) Me muero, no.

PLAYBOY: Una vez te dijeron “fea” y tú respondiste…

BOZZO: Si, la más fea. La reina de las feas.

PLAYBOY: ¿No es una jactancia extraña?

BOZZO: Me encanta que digan que soy fea, pero eso sí, no admito que me digan bruta. Hasta puta te admito, pero bruta no.

PLAYBOY: ¿Admites que te digan puta?

BOZZO: Es que no lo soy, entonces me da mucha risa. No es que me importe sino que cuando tú sabes lo que eres, que te digan lo que quieran. Además, yo me siento hermosa. Eso es lo que vale, porque tú proyectas lo que sientes. Me siento regia, me encanta, entreno, hago ejercicio, me cuido con la comida, soy muy maniática de mi imagen, me volví más maniática con él (Cristian), porque obviamente cuando estás con un hombre menor tienes que serlo. Quiero estar bien para que él me vea.

PLAYBOY: Sin preguntarle a él, ¿cómo lo seduces?

BOZZO: En esas cosas no entro en detalles, porque entonces se pierde la magia. Lo primero que le impacto a él de mí era justamente la sensibilidad que tengo para ayudar a la gente. Primero tuvo una pésima imagen de mí, porque me escuchaba dar de gritos y decía “¿Quién es esta loca?”. Pero luego vio la labor social que hago y muy poca gente conoce hasta donde llego. Fue lo primero que lo fascinó. Compartimos la admiración por Eva. Cumplimos años el mismo día, obviamente soy mayor, pero es el mismo día. Hubo muchas cosas que nos unieron, si te digo qué lo sedujo, pierdo el encanto.

PLAYBOY: Eres consciente de ello.

BOZZO: Exactamente, pero la mujer es tonta si cree que sólo puede seducir a un hombre con el físico. Se necesita una personalidad fuerte, una mente brillante, una mujer que sabe conversar, que puede tener la inteligencia de deslumbrar más con la mente, porque a las mujeres nos catalogan como vacas. Una mujer no solamente es sexy por lo que enseña, uno puede ser sexy con la mente.

PLAYBOY: ¿Te desnudarías para Playboy?

BOZZO: No.

PLAYBOY: ¿Por qué no?

BOZZO: No es que lo vea malo, es algo que no va conmigo, he luchado toda mi vida por mostrar mi intelecto por encima de mi físico. No es que me sienta mal conmigo misma, me pongo minifalda, no me siento mal. Creo que la imagen de vejez en la mujer debería cambiar, eso es un estereotipo porque todo depende de lo que hagas con tu vida, me veo las piernas y digo “wow”, no tengo nada que envidiar de una chica de 30.

PLAYBOY: Entonces todavía te podemos convencer para que te desnudes para Playboy.

BOZZO: De eso no podemos hablar todavía, vamos a concentrarnos ahora. (Cristian acota: Mira, Laura nunca dice nunca.)

PLAYBOY: Eso está bien: “Laura nunca dice nunca”.

BOZZO: Porque yo decía: “nunca voy a estar con un hombre menor que yo, jamás en mi vida“. Lo criticaba en el programa y mira…

PLAYBOY: ¿Por qué estás con él?

BOZZO: Porque nunca lo vi como un hombre menor que yo, lo vi como un hombre viejo. Es mucho mayor que yo, si conversas con él. 

PLAYBOY: ¿Que te seduce de él? No es la juventud evidentemente…

BOZZO: No, que es un hombre maduro.

PLAYBOY: ¿Qué es ser exitosa?

BOZZO: Trascender, para mí ser exitosa no es tener rating, sino por ejemplo encontrar al asesino de Karen. Llegar a un sitio y en Juárez me agarren y me digan: “Sólo dependemos de ti para que mi hija aparezca”, eso es ser exitosa. Soy sencilla, habitualmente ando de jeans y tenis. Hoy me vestí así para recibirlos.

PLAYBOY: Que te vistas para nosotros y que “nunca dices nunca”, significa que hay una posibilidad. ¿Quién te preocuparía si te desnudas?

BOZZO: Mis hijas me asesinan, me cortan la cabeza.

PLAYBOY: ¿Tus hijas son como tu mamá?

BOZZO: Mi hija mayor asumió un poco el rol de mi mamá, por que yo soy como muy … (pide que le traigan su laptop) Mi hija menor es como yo… (enseña las fotos de su hija) Teniendo una hija como la que yo tengo ¿Tú crees que yo me voy a desnudar?

PLAYBOY: ¿Ella te lo prohibiría o es por miedo?

BOZZO: No, no sé si ella me lo prohibiría, pero creo que ella está mejor para una revista de Playboy que yo, sinceramente.

PLAYBOY: Hay que buscarla. ¿A ella le gusta ser la hija de “La señorita Laura”?

BOZZO: A ella le gusta ser Alejandra, ella quiere hacer teatro, le gusta el modelaje. Como verás, entrena tres horas diarias (me muestra las fotos de la hija, increíblemente guapa).

PLAYBOY: Sabes que le van a decir que es la hija de Laura.

BOZZO: Hasta que ella demuestre que no necesita de mí para ser talentosa.

PLAYBOY: ¿Tú actuarías?

BOZZO: Sí, actuaría, definitivamente para algo determinado, digamos. Me gustaría hacer de mujer maltratada.

PLAYBOY: Pero ¿te creerían a ti de mujer maltratada?

BOZZO: Sí, una que termina vengándose.

PLAYBOY: ¿Te gustaría ser la vengadora?

BOZZO: Sí, me gustaría ser la mujer vengadora. Yo siempre he luchado por la imagen “mente-personalidad”. Es importante, pero también me gustaría luchar en contra de muchos prejuicios, por ejemplo: “mujer mayor que anda con hombre menor, mantiene al hombre menor”. 

PLAYBOY: ¿Te duele que alguien te diga: “ésta lo mantiene”?

BOZZO: ¡Ah, no! A estas alturas me río.

PLAYBOY: No ha de ser tan caro, seguro se mantiene solo.

BOZZO: Sí, claro, se mantiene solo.

PLAYBOY: ¿Te sientes mexicana?

BOZZO: Yo soy 100% mexicana, no remuevo mis raíces ni reniego de Perú.

PLAYBOY: ¿Qué te aleja ahora de Perú?

BOZZO: Mis padres fallecieron, ellos eran el vínculo más fuerte que tenía con Perú, mis hermanas vienen todo el tiempo para acá. Mi hermano menor, con el que mejor me entiendo, vive en España, pero construye en Guadalajara. Es el que acaba de hacer el (Estadio) Omnilife.

PLAYBOY: ¿Qué cosas te quedan pendientes?

BOZZO: ¿En mi vida? Uy, un montón de cosas. Primero necesito crecer mucho más en el programa, si tú me dices “¿a cuanto está?”, yo te diría a un 20% de lo que quiero que esté. Cuando dicen qué bueno tu rating, qué maravilla llegar a 55 puntos del share a las tres de la tarde, es histórico, yo digo “no, hasta llegar a los 60”. Los ejecutivos me dicen: “¿Estás enferma?”. La primera que llama para ver mi rating soy yo, nunca estoy conforme.

PLAYBOY: ¿Checas el rating minuto a minuto?

BOZZO: Por supuesto. Yo reviso cada minuto, cada cosa que sube.

PLAYBOY: ¿Qué funciona más?

BOZZO: Funciona cuando la gente se identifica con la historia. Mucha gente vive en la injusticia en toda América. Funciona cuando yo grito, sí, funciona muchísimo; o cuando hay un debate fuerte, inmediatamente se engancha la gente. Otra cosa que funciona mucho son los casos de jóvenes. Tenía un target que eran básicamente mujeres y hombres mayores o de mediana edad. ¿Qué ha pasado con México? Con México he ocupado el lugar de la mamá que trabaja, que a las tres de la tarde no está en la casa muchas veces para comer con sus hijos, entonces los chicos comen con Laura.

PLAYBOY: ¿Eres la nueva mamacita mexicana?

BOZZO: Es, digamos, Laura. No es la mamá, es la amiga, la loca que se viste de jeans y zapatillas y critica a los padres, que les llama la atención, que defiende a los jóvenes.

PLAYBOY: ¿Has pensado en tener hijos con Cristian?

BOZZO: No, no, Cristian tiene su hija, yo tengo mis hijas. Además, no estoy en edad de tener un hijo. Tienes que ser realista.

PLAYBOY: Bueno, un hijo no es sólo procrearlo.

BOZZO: Los hijos joden. A mí no me vienen con el cuento de que los hijos crecen y ya no joden, joden más cuando crecen que cuando son chicos. Él tiene una hija maravillosa que es Macarena, de 17 años; mis hijas tienen 23 y 28. Yo creo que él muy probablemente hubiera querido tener más hijos, no sé qué pasará el día de mañana.

PLAYBOY: ¿Le tienes miedo a la muerte?

BOZZO: No, en absoluto, estuve en coma cuando nació mi hija mayor, me pusieron unos santos óleos, me miraban de arriba para abajo. Soy una persona que ya vivió con una experiencia que la hizo creer en el más allá, creo en la otra vida porque además lo viví, a mí me pasó, estuve prácticamente muerta, en coma. Era muy chica y me pasó algo muy divertido. En ese momento yo era catedrática en la universidad, ni pensaba en la televisión, soñé en ese momento y dije textual: “Tengo una misión que cumplir, no me voy a morir todavía, no me voy a morir”. Los médicos discutían que me iba morir, pero yo decía: “Yo no me voy a morir, tengo una misión que cumplir con la gente”. Algo que ni pensaba, me veía rodeada de miles de personas, nunca imaginé lo que iba a ser mi vida después. Todo lo que vi cuando me estaba muriendo es lo que estoy viviendo ahora. Entonces te puedo decir que aún me falta mucho por hacer. Todavía no he cumplido la misión por la que vine.

PLAYBOY: Yo me voy con la fantasía de que Laura va a hablar con la hija mayor y le va decir: “sí mamá, me encantaría”. Y Laura se desnuda para Playboy.

BOZZO: Vamos a ver qué pasa, nunca digo nunca, lo que Dios quiera.

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