Campeche es por mucho una ciudad que hipnotiza a sus visitantes y los conquista con el calor de su gente, basta caminar por el centro histórico o tomar una deliciosa cerveza por la calle 59 para darse cuenta de lo increíble que es.
Comenzamos el recorrido sobre la avenida principal, junto al malecón de más de 5km de extensión. La gente comienza a reunirse preparándose para las festividades del carnaval, muchos llevan sillas, bancos y hasta cajas para poder disfrutar cómodamente. Los casi 27 grados de temperatura y la humedad contagian de un estado mágico, casi indescriptible, en el que la algarabía es todo lo que necesitas.
Fotografía de Jorge Guadarrama
Amigos, familias, gente disfrutando el momento y esperando con ansias el inicio de los carros alegóricos que por meses se estuvieron preparando, buscando un tema especial para esa noche. Después de comprar una deliciosa marquesita, típica del lugar, se comienza a escuchar la música, todos se levantan, la fiesta ha comenzado.
Música, alegría, verbena, sonrisas y festividades. En ese momento el tiempo se detiene para olvidar todos los problemas que pudiéramos tener, solo hay felicidad, caros alegóricos y noches de carnaval en el grandioso Campeche. Los carros pasan, uno a uno, con diferentes bailes, temáticas y dentro de los más esperados, el de los reyes y reinas que engalanan el festejo.
Por mucho, el carnaval de Campeche es uno de los más antiguos de nuestro país y no es para menos, es único en fiesta y diversión para todo aquel que lo visita.
La ciudad amurallada de Campeche está rodeada por 6 baluartes que la custodiaban hace algunos años y justo en medio, conectada por la Puerta de Mar y Puerta de Tierra, se extiende la calle 59, la más popular, cuyo esplendor continúa hasta nuestra actualidad.
Entramos por Puerta de Mar, dimos algunos pasos, justo terminando el carnaval; las luces comenzaban a brillar con más intensidad y ahí se encontraba… la calle 59.
Personas de todas nacionalidades, gustos y preferencias disfrutaban de una deliciosa cerveza, ron, tequila y diferentes bebidas nacionales e internacionales.
El lugar está lleno de restaurantes y bares que ofrecen gastronomía local y mundial, no pueden dejar de pedir un rico pan de cazón o la deliciosa parrillada. Tomar un carajillo con los amigos y hacer nuevas amistades con los visitantes que cada noche hacen de este lugar una verdadera celebración.