Un grupo de físicos de la Universidad de Brigham Young se tomaron un descanso de estudios de mecánica y comportamiento de partículas para invertir su tiempo en un hallazo que puede cambiar el curso de la humanidad: cómo orinar sin salpicarse.
Estos especialistas, que se autoapodan “Wizz Kids” (cuyo slogan sugerido es “Somos el número uno”) analizaron las propiedades físicas de la orina masculina con el fin de determinar una técnica que garantizara el mínimo de liquido en uno mismo. En el camino descubrieron lo que llamaron “lo peor que podría suceder”, y no es que en el intento hagas un daño irreparable e inmensamente doloroso a tu “amiguito”, pero anda cerca.
Y es que encontraron que la ruina sigue la “Inestabilidad Plateau-Rayleigh”, lo que significa que el chorro se fragmenta en gotas antes de impactar otra cosa. ¡El horror! Pipí por doquier.
Al final llegaron a la conclusión de que para evitar salpicar hay que hacerlo como niña (la vieja técnica de sentarse, que, claro está, queda descartada). La segunda opción, cuando se está frente a un mingitorio, es acercase tanto como sea posible al urinal (o suficiente para no contagiarse de nada) y apuntar hacia el fondo de la porcelana en un ángulo descendente. Una maniobra que de perfeccionarse puede cambiar tu vida.
Las peores técnicas es apuntar directamente a la porcelana o directamente al charco que se forma abajo.
Los investigadores también descubrieron que esos limpiadores o refrescadores de goma que ponen en los mingitorios hace mucho peor la salpicadera porque reducen la tensión superficial.