Comparte
Compartir
Suscríbete al NEWSLETTER

José Fors

Por: Jafet Gallardo 05 Jun 2018
Nunca superas una adicción, sólo la toreas Por Arturo J. Flores Fotografía de Miguel Ángel Manrique Con total sinceridad, el […]
José Fors

Nunca superas una adicción, sólo la toreas

Por Arturo J. Flores Fotografía de Miguel Ángel Manrique

Con total sinceridad, el vocalista de Cuca platica de los problemas de alcoholismo que sufrió en la primera época de la banda. Decidió rehabilitarse cuando su pulso tembloroso le impedía dedicarse a su gran pasión: la pintura. José Fors –cubano de nacimiento pero adoptado por Guadalajara– descendió a los infiernos y vivió para contarlo. Hace dos años lanzó el disco Reproducciones Vol.1, en el que repasa sus primeros años en el rock junto a bandas como Mask o Duda Mata. Este viernes se presenta en México con Cuca en el Teatro Metropólitan y con ese pretexto nos reunimos para platicar largo y tendido. José promete que Reproducciones Vol.2 tendrá nuevas versiones de la banda tapatía que lidera.
¿Por qué deseas regrabar los viejos temas de Cuca?
Porque cuando pensé en Cara de pizza me imaginé una canción de Frank Zappa, con una orquestación y marimbas, pero no quedó así. Existen cancones así, que me he quedado con las ganas de escucharlas de otra forma. Con Forseps tocaba mucho repertorio de Cuca, pero en versiones bluseras, por ejemplo Puro camote o El rap de dar. Hay canciones de Cuca que quedaron mucho más rocanroleras aunque en mi cabeza iban para otro lado.
Dices que esta recopilación te ha permitido analizar lo que te gustó y lo que no de tu trayectoria, ¿qué no te gustó?
El disco 333 de Forseps, porque ataqué mucho la religión, de una manera obsesiva. Tampoco es que me arrepienta, pero sí me dije a mí mismo: “Ya deja el temita, que cada quien crea en lo que quiera. ¡Quédate con tu ateísmo y deja a la gente en paz!”. En general no me gusto yo mismo como letrista.
Fíjate que curioso, a mí Cuca me gusta especialmente por tus letras.
Los temas son buenos, pero no la manera de abordarlos. Falta poesía. Se nota mi falta de conocimiento al escribir. Aunque sean algo como La pucha asesina, quiero ver que existe valor poético, más madurez.
A mí me parece que El hombre de la marcha tiene mucha poesía.
¡Pero esa me ayudó a escribirla Ernesto Alcocer (escritor, autor de la novela Perversidad! Y Rosa Beltrán (esposa de Alcocer, autora de varias novelas entre las que destaca La corte de los ilusos), que está de directora de publicaciones en la UNAM me ayudo a escribir Sin palabras, de Duda Mata (una de las primeras bandas de José). Es muy sabroso trabajar con gente que se dedica a escribir. Con ella llegué y le dije: “Yo quiero hablar del complejo de Edipo” y ella, como madre, me dio su punto de vista.  Se puso más interesante, se hizo un debate y se enriqueció el tema.
¿Tienes complejo de Edipo?
Soy un Edipazo; esa rola fue un rollo autobiográfico.
Y no es la única, porque en el segundo de Cuca tienes Tu madre. Sí.
Hablemos de tu tierra madre, ¿Cuál es tu mejor recuerdo de Cuba?
Soy cubano porque dicen mis papás, yo no me acuerdo de nada porque salí de ahí a los dos años. Crecí comiendo arroz con picadillo, pero no conozco mi patria. Nunca he vuelto ni me interesa volver mientras esté el dictador hijo de puta ahí. En mi vida, he tratado de echar otras raíces y lo hice en Guadalajara. Me siento jalisquillo. Tengo amor por la música cubana, soy fan del Trío Matamoros y Celia Cruz, pero no fumo tabaco, ni tomo café, ni bailo. ¡Esas gracias de los cubanos no me pertenecen!
Una vez dijiste: “Si no fuera por Black Sabbath, yo sería otro cabrón”…
Es que en mi casa las bellas artes valían madres. No había un libro de pintura ni un disco de música clásica, pero Emerson, Lake and Palmer me acercaron a ella. Empecé a descubrir otras cosas a través del rock.
¿Y quién te presentó el rock?
Lo primerito fue mi hermano Alfonso, que cantó en el tercero de Cuca. Él me enseñó mis primeras pisadas de guitarra, pero rápidamente agarramos rollos distintos: él se fue al progresivo y yo al hard rock.
Ya que mencionaste a tu hermano, ¿te gusta La racha?
No.
Por eso nunca tocas en vivo temas de ese disco.
Me cuesta trabajo cantar canciones que no son mías. Tiene que ser Black Sabbath o algo que me prenda mucho. Los covers que toco en vivo con los lo que cantaba cuando tenía 16 años en un lugar aquí en el DF que se llamaba El submarino amarillo: cosas de Cat Stevens, Elton John o David Bowie. De repente con Forseps se me aloca y digo: ¡acompáñenme con Lucky man de Emerson, Lake &Palmer!
Y con La balada hiciste una excepción.
Cuando volví a la banda me propusieron grabar algo de La racha y las que me gustan son La balada y Toma. El resto del disco no me interesa.
Tu primer papel en teatro fue Jesucristo Súperestrella. Tú, tan ateo.
Sí, fue aquí en el DF con el grupo San Ángel. Es muy gracioso, hace como un mes me vine de Guadalajara a ponerme una peda como con 8 de esos güeyes. Teníamos 35 años de no vernos, imagínate todas las historias y recuerdos que salieron. Ya era ateo desde esa edad, pero cuando vi a las bailarinas dije ¡sí me quedo! Tenía 14 años y lo único en lo que piensas a esa edad es dónde están las viejas.
Pero te pudría cantar acerca de Dios, supongo…
Estaba peleado con la Iglesia. En esa época le tenía respeto al personaje, hoy en día ya ni eso. Lo que me gustaba eran las viejas y el rollo de estar en un escenario.
Y con Frankestein te sientes más cómodo…
Sí, apenas metí los pies en esas plataformas me sentí en casa. A los 14 años no piensas demasiado. Lo que me interesaba era salirme de la secundaria, ponerme a pintar y a hacer otras cosas. Odiaba la escuela, desde la primaria la detestaba. Cuando me enteré que en el Renacimiento si tenías algún talento artístico, desde los 7 años te mandaban con el maestro dije: “¡Puta madre! ¿Por qué no me tocó nacer ahí?”.
En el Renacimiento te hubieran quemado en leña verde…
Igual me mandaban con Rafael o con Miguel Ángel y hubiera estado poca madre; bueno, Miguel Ángel igual me hubiera cogido (risas).
Con Forseps escribiste Mañana nunca llegará. No es muy común que alguien hable tan abiertamente de sus adicciones.
Mañana y En el espejo fueron las primeras rolas que escribí cuando salí de la clínica. Es lo que traía en la cabeza y aún así, no suenan tan obvias, por eso me gustan. El segundo disco de Forseps es de las chambas que más me gustan, porque me encuero más. Crecer y pertenecer también es una rola autobiográficas.
¿Cómo saliste del alcoholismo?
Nunca sales, es algo que toreas. Una vez le preguntaron a Pete Townsend si se arrepentía de algo en la vida y dijo: lo único de lo que me arrepiento son las horas que invertí poniéndome hasta la madre. Es un sentimiento que te queda. Me arrepiento no de haberme atascado, sino de las horas que perdí metido en un pinche bar chupando; las horas que perdí crudo, dormido, inconsciente y que realmente perdí contacto con lo que me mantiene vivo que es la chamba. Lo que me convenció de meterme a una clínica fue el día que llegue a pintar y el pinche pulso era así (hace la mímica de una temblorina con su mano derecha). ¡Tuve que agarrarme un brazo con el otro para poder pintar! Fue cuando dije: ¡hasta aquí, porque el alcohol ya se metió en zonas que no debería! Pensé que ya no podría pintar que para mí es como cagar, una necesidad muy básica.
¿Cómo fue tu estancia en la clínica?
Cuando te metes a una clínica, te dicen que mínimo tienes que estar un mes. Yo aguanté una semana y dije: con permiso. Me trajeron pacheco, empecé con Válium pero lo que me ayudó fueron las juntas, conocer a cuates que estaban en el mismo hoyo que yo. Estuve yendo a las juntas durante un par de años todavía, después llegó el fanatismo religioso y dije: ya entendí, pero no me voy a quedar aquí. A partir de ese momento ha sido torear y ha habido épocas en las que vuelto a tomar, pero nunca a dejar de trabajar por tomar.
Te he visto tomar un caballito de tequila en el escenario.
Sí, ahorita sí. Siempre es como tocarle los huevos al tigre, por eso me cuido no tomar cuanto estoy deprimido o enojado, sólo cuando estoy celebrando.
Paradójicamente el alcohol ha sido un instrumento lúdico para escribir canciones de Cuca como Alcohol y rocanrol o Tetas y chelas.
Y de que empezó Cuca al año 2000 fue mi época más atascada. Sí viví el sex, drugs and rock and roll a todo lo que dio, pero la verdad no me llenó. No me gustaría volver a esa época ni por estar joven. Ahorita me siento más a gusto. Del 2000 para acá he hecho música y pintado más contento, consciente y disciplinado que nunca, disfrutándolo. Antes ni el escenario lo disfrutaba. Quería bajarme para irme al table a chupar a gusto y no tener que estar cantando. Cuando te agarra un rollo tan heavy, el que manda es el alcohol y todo lo demás vale madre.
Tú que pudiste superarlo, ¿crees que las campañas de Vive sin drogas sirven?
Son una mamada. Es como cuando me preguntan por qué hice La pucha Asesina. Siempre salía alguien en la tele decía: “Usa condón, salva tu vida” y yo pensaba no mames, hay que utilizar una frase mucho más contundente. “Se te ve divina, pero quién adivina, si tú tienes la pucha asesina”. ¡Eso es lo que te vas a preguntar cuando tengas la pucha enfrente y pienses si te la coges o no! Es de vida o muerte. Y las feministas saltaron, claro, pero sería lo mismo si cantara la verga asesina, solo que yo como heterosexual mi el pedo es la pucha asesina.
O sea que detrás de su desparpajo Cuca tenía sustancia.
Alguien que me inspiró mucho a hacer este rollo con humor fue El Personal. Con ellos te cagabas de la risa, pero si le rascabas había algo más importante. Quien se quiera quedar con el cascarón que salte, brinque y miente madres, pero no es tan vacío el pedo de Cuca. Si no, hubiera sido llamarada de petate. Un chiste lo dices dos, tres veces y a la cuarta lo deshechas. ¿Por qué Fors sigue siendo fan de Kiss a sus 52 años? (risas)
¿Bandas como Molotov te deben algo?
No, para nada. Me lo han preguntado, por su rola de Puto, pero ellos rapean y a mí me caga el rap. Cualquiera puede rapear. Como decía Frank Zappa: any cowboy can make a rang. No tenemos nada qué ver, excepto que somos bandas que salimos a prender a la gente. Nuestro cometido es entretener.
Pero quizá tuvo que haber una Cuca a principios de los 90 para que Molotov pudiera decir lo que dijo años después.
Se lo tendrías que preguntar a ellos, si oyeron a Cuca y pensaron: “¡sí se puede hacer! Antes estuvo un Álex Lora, una Botellita, El Personal, mucha gente que albureó en el escenario antes que Cuca. En realidad el valor de Cuca es otro; ha sido la mejor banda de rock pesado que ha tenido Mexico y lo digo sin pelos en la lengua. No es porque seamos tan chingones, sino que somos la única banda de rock pesado. La primera conversación que tuve con Carlos Avilés en 1998 fue: “por un lado hay una Soda Stereo que usa guitarras limpias, tecladitos y pura dulzura; por el otro está el nacimiento del deathmetal, los rugidos y la falta de melodía, ¿pero dónde quedaron Chuck Berry y AC/DC?”.¿Qué si Cuca hizo escuela? No veo ninguna otra banda, ni en letras ni nada. Para empezar en México el rollo de la guitarra distorsionada les da miedo, le sacan. Primero se enamoran del rock pesado pero después cuando ya grabaron su disco, le bajan al distorsionador y lo hacen accesible. Esa es la peor mentada de madre. ¡Mejor háganlo difícil! Por eso Cuca sigue viva.
Y como una cucaracha, no mueren, porque se separaron y regresaron.
Porque nos extrañamos. Tocamos con otros músicos que no le tienen tanto amor al rock pesado. Está cabrón. Cuando los músicos ya tocan bien, se van al jazz pero no se quedan en el rock pesado. Por eso las bandas pesadas tocan de la chingada. Los que tocan peor tocan Ska. Hay 17 mil bandas de Ska sólo en el DF.
¿Veintidós años y los Cuca aún son amigos?
Sí, Nacho y yo desde el primer día. Al principio, nos íbamos a chupar tres veces por semana ¡mínimo!. Desde que Carlos entró a Forseps nos hemos hecho hicimos más amigos y con Galo hay cosas que nos unen, como haber sido criados en Estados Unidos, pero al mismo tiempo somos agua y aceite. Eso es lo que ha hecho a Cuca. Ni él solo ni yo solo hemos hecho canciones como las de Cuca. Ni pretendo hacerlo.
Hablemos de amigos, ¿Cuál es tu mejor recuerdo de Memo del Toro?
Cuando fuimos a ver Barfly al cine y llevábamos cada uno una botella de vino bajo el saco. El no chupa pero fue su idea. Me dijo: “¡vamos a chupar con este cabrón, con Bukowski!”. Memo ha sido mi maestro, mi gurú de humor y de disciplina. Soy fan del cine de terror y lo mejor que he visto me lo enseñó él. Ya no lo veo nada, porque se volvió es intocable pero me da gusto que su sueño se le hizo realidad. Lástima que la gente como él esté en el extranjero, pero en México no tienen oportunidad.
Fantaseemos, ¿te gustaría que Mary Shelley pudiera ver lo que hiciste con Frankestein?
¡No! Me diría que me pasó de noche el mensaje. Además mi homenaje es más al Frankestein cinematográfico de . La otra no me gusta, lo platiqué una vez con Memo del Toro. La escena donde el doctor Frankestein se arranca la camisa hace se me revuelva el estómago.
Teatro Metropólitan
Viernes 3 de febrero
20:00 hrs.
Boletos: Ticketmaster

José Fors 0

Este video te puede interesar

Foto perfil de Jafet Gallardo
Jafet Gallardo Digital Editor Periodista de formación. Creador de contenidos, analista, especialista en viajes, entretenimiento y estilo de vida.
Descarga GRATIS Calendario Revive el Poder 2025
Calendario
Descarga AQUÍ nuestro especial CALENDARIO REVIVE EL PODER MAYO 2025.
Suscríbete al Newsletter
¡SUSCRÍBETE!