Jazz y una noche en el bajocentro
Por:
Jafet Gallardo
05 Jun 2018
Se llama el Zinco Jazz Club, no es la primera vez que asisto y sin embargo, es un lugar que […]
Se llama el Zinco Jazz Club, no es la primera vez que asisto y sin embargo, es un lugar que tiene la versatilidad de mostrarte una nueva cara en cada noche. Ya sea por el cartel que constantemente cambia o por el sabor que así eliges dar a tu velada entre una vasta oferta de cocteles y vinos, entre otras bebidas, además de un menú rico y diferente.
Es miércoles y son las 9:30 pm. Entras, desciendes un nivel, estás en lo que antiguamente era el Banco de México (incluso puedes apreciar las puertas de las bóvedas cuando vas al baño). Tus ojos se abren y hacen un pequeño esfuerzo: están listos para el ambiente a contraluz.
Me a dan a elegir entre la barra o el sillón, ambos espacios son para varias personas y la barra me representa un lugar apretado donde choco coco con codo cuando quiero beber mi cerveza, pese a que es el mejor lugar, además de las mesas frente al escenario, para ver con lujo de detalle a músicos tocar sus instrumentos.
Elijo el sillón, pues también quiero cenar tacos de camarón a la mexicana. Me entusiasman los bares que a altas horas de la noche tienen abierta su cocina, es un refugio idóneo para rematar una jornada laboral entre semana y volver al otro día a trabajar como si fuera lunes.
Han llegado, se llaman los Tres Tristes Tangos. El reportorio de esta noche expone desde música de Rumania, melodías hechas por ellos mismos como Banana Break, o interpretaciones de música mexicana como La última palabra de David C. Pineda., hasta una que otra polca.
Se trata de un grupo compuesto por Alex Daniel (acordeón), Daniel Paz (clarinete) y Jorge González (contrabajo) que comenzó a tocar en 2010. Sus influencias son la música de Europa del este, aunque en el camino, dicen, “comenzaron a sonar otras cosas y así fue como fuimos desarrollándonos”.
Por ello, me explican que en su música se escuchan sonidos de Ucrania, Polonia, y Bulgaria. “La música tradicional no necesariamente tiene que ser aburrida o recatada. Nos podemos divertir. Se pueden incorporar varias influencias. Así es el público que tenemos”.
Si por alguna razón se están preguntando por qué se llaman Los Tres Tristes Tangos, en el camerino me platicaron que inicialmente se iban a dedicar a tocar este tipo de música, y aunque se saben las melodías “El Choclo, A media luz, Los mareados, Re Tin Tin, Lagrimas, Por una cabeza, es lo que menos tocamos”.
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