Por Rodrigo Álvarez
@ralvmed
Muchos ex futbolistas no asumen bien el retiro, pues es muy complicado para ellos cambiar su estilo de vida, sus hábitos y tener que dejar la fama o reconocimiento que les daba el deporte.
Entre los que combinaron bien su amor por la fama y el retiro, fueron aquellos que hicieron sus pininos o de plano, una carrera profesional en la música como es el caso del medio, Gaizka Mendieta, que después de ser seleccionado español y héroe del Valencia con el que llegó a dos finales de Champions, hoy dedica su tiempo a ser el DJ Mendienta.
Tal vez el nombre de Jonathan De Falco no te suene, pero era un defensa de la segunda división de Bélgica que finalmente no pudo dar el paso al máximo circuito y se retiró a los 26 años. Después de pasar por varias discotecas como bailarín fue contratado como actor porno homosexual, en donde ahora goza de la fama que no consiguió en las canchas.
Chase Hilgenbrinck fue jugador profesional de futbol. Aunque le costó trabajo ganarse un puesto, fue contratado por un equipo de la segunda división de Chile y después logró dar el paso a la MLS, la liga de futbol de su país, para integrarse al New England Revolution, equipo al que finalmente abandonó para dedicarse a su verdadera vocación.
Hilgenbrinck se metió a un seminario y terminó logrando su sueño de ser sacerdote católico y finalmente dejar las canchas profesionales para siempre.
En México el caso de Cuauhtémoc Blanco que es el alcalde de Cuernavaca es otro ejemplo de un ex deportista que cambió de giro, en este caso hacia la política, en donde ya tuvo problemas por no querer aceptar el mando único y cometer algunos errores francamente graciosos.
